La palabra ‘gracias’ retumbó en el teatro municipal Juan Ramón Jiménez de Telde en el acto oficial que conmemoró los 35 años de la Fundación Canaria Yrichen, que se celebró bajo el lema ‘Sembramos esperanza’.
Personalidades del mundo de la política insular, local y de otros municipios, la cultura, la sociedad, la iglesia y personas usuarias de Yrichen, que han estado o están, no dudaron en asistir para brindar su reconocimiento a la labor de esta oenegé por la que han pasado hasta la actualidad más de 8.000 personas y que ha recogido a lo largo de su trayectoria premios tan distinguidos como el Reina Sofía en 1996, por su labor social, o el premio Canarias, en 2004, a las acciones altruistas y solidarias.
El verseador Yeray Rodríguez y Paula Pérez abrieron el acto con unas sentidas estrofas sobre la trayectoria de la fundación.
Seguidamente, la organización entregó premios por su 35 aniversario al alcalde de Telde, Juan Antonio Peña; al presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales; a la Delegación de Gobierno de Canarias, que recogió la secretaria general Laura Betancourt; al Gobierno de Canarias, representado por la consejera de Bienestar Social Candelaria Delgado; y a los representantes de los usuarios, el voluntariado, los profesionales y del empresariado, Gustavo González, Rafael Rodríguez, Gustavo Pulido y Agustín Manrique de Lara, respectivamente.
El alcalde de Telde se refirió a la fundación como «un faro de luz para quienes se sienten perdidos en la oscuridad de la soledad y del rechazo», y añadió que Yrichen «no solo ha sido un refugio, ha sido un hogar para aquellos que han buscado una segunda oportunidad, y cada historia de superación es un testimonio del poder transformador del compromiso de quienes forman parte de este proyecto».
Antonio Morales subrayó en su discurso que «no se trata de una conmemoración más, sino el momento de festejar el éxito de un compromiso, una trayectoria, un proyecto que contribuye a hacer comunidad, a crear isla».
Para el presidente del Cabildo, se refirió a Jorge Hernández, fundador de Yrichen como un ‘morrudo’, por poner a rodar un proyecto «que se ha desarrollado como una espiral que el viento social ha hecho crecer y consolidarse como una de las herramientas más eficaces e innovadoras en la acción para el cambio social, individual y colectivo, abriendo el abanico de actividades hacia todos aquellos aspectos que permitan vivir de otra manera, más humana, sanando heridas que la vida y las injusticias sociales producen».
Jorge Hernández se emocionó varias veces en su intervención, que llenó de anécdotas y personas con nombre propio. El presidente de Yrichen rememoró cómo nació esta organización en la parroquia de La Pardilla, y recordó que «sin ese barrio no hubiera ocurrido esto». Hernández se refirió como ‘cuidadanos’ de Telde, a la sociedad del municipio, «porque nos hemos sentido cuidados, acompañados y queridos». El presidente volvió a señalar que «esta fundación nació del dolor, el sufrimiento y la esperanza de las personas». La palabra ‘esperanza’ fue otra de las más nombradas a lo largo de la noche en las diferentes discursos.
Usuarios agradecidos
Sentados entre el público, de forma anónima, dos personas que pasaron por la organización es la búsqueda de soluciones y oportunidades para sus vidas. Jacinto y Ramón no escatimaron en agradecimientos hacia la fundación y su equipo de profesionales, «personas humanas y comprensibles que te abren el corazón. Los dos hombres aseguraron que asistieron al acto oficial «para devolverles de alguna forma todo lo que hicieron por nosotros. Gracias a ellos hemos salido de las drogas y ahora tenemos una vida nueva».
El pianista Ignacio Clemente y el tenor Gabriel Álvarez, ambos de Telde, cerraron el acto interpretando en estreno absoluto el himno de la Fundación Yrichen, compuesto por Emilio Vicente Matéu , y que lleva por título Cada mañana somos espiga.
La Provincia-Dlp (José Neketan)