Identificar dulzura con artistas marciales es un arduo esfuerzo que si no imposible para el neófito, para el que desconoce y hace un paseo analítico periférico en el continente olvidando el contenido.
En ciertos niveles de marketing la portada de un libro invita en muchas ocasiones al lector a adquirirlo y ser impactado por falta de esencia de su contenido. En otros casos ocurre lo contrario, la portada minimiza la esencia del contenido de la obra.
Ese hermoso gesto que nos regala la naturaleza cuando una cría de pájaro empieza a quebrar el cascarón para salir a la búsqueda del néctar de la vida.
Unos setenta artistas marciales nos reúnimos el sábado en La ciudad de Madrid para debatir mediante la acción y la palabra desde la espontaneidad sobre aspectos esenciales para quienes deseamos convertirnos en artistas marciales.
Los profesores Javi y David mostraron varias técnicas de Gyokko Ryu Ge Ryaku no Maki. No fueron las técnicas sino sus movimientos los que me inspiraron profundamente para desarrollar durante cuatro horas sin descanso la esencia de los movimientos con el mudare, el taijutsu y el tanbo obviamente al volante de este vehículo el seisshin teki kyoyo, el primer e importante aspecto de los 18 niveles de aprendizaje que debe seguir un aspirante a convertirse en artista marcial.
El seisshin teki kyoyo, es decir el refinamiento espiritual es el primer escalón, la rampa los 17 niveles que le siguen.
La labor organizativa de Toni Sánchez y su equipo impecable como es habitual. La progresión y la entrega de los maestros allí presentes y sus discípulos de matrícula de honor. Todavía siento la emoción del momento. Intenso, verídico y crucial.
Gracias una y mil veces más por la entrega de todos más del grado de experiencia.
Nos vemos muy pronto, nuevamente en cual lugar donde el kukan (espacio vacío) pueda ser percibido.
Con cariño y respeto,
Pedro