Las urnas confirmaron ayer lo que muchas de las encuestas y el mismo ambiente social dejaban traslucir, aunque con matices. Caída generalizada de los partidos mayoritarios, especialmente dura la del Partido Popular (PP), ampliamente castigado por la ciudadanía, y ascenso de Podemos. Entre los muchos titulares que se derivan de los datos se encuentra la posibilidad de que Coalición Canaria (CC) y Partido Socialista Canario (PSC-PSOE) reediten su pacto de gobierno en el Archipiélago.
Patricia Hernández aguantó el tipo y repitió los quince diputados regionales. Si algún aspecto revela que se ha abierto un nuevo ciclo, es que los socialistas no bebieron ni una gota en el charco de lágrimas popular. Los socialistas perdieron alrededor de 10.000 votos y, sin embargo, resultaron ser los que más papeletas cosecharon para la Cámara regional. El porqué es sencillo, la caída de CC -pierde casi 60.000 papeletas con respecto a hace cuatro años- y la sangría popular -sobre los 120.000- son de mayor tamaño.
Otra de las especificidades que presentaron los comicios de ayer fue lo inservible que es la abstención como indicador de lo que estaba por venir. Hasta el momento, cuanto mayor era el número de ciudadanos que decidía quedarse en su casa, más grandes las posibilidades del PP, cuyos votantes mostraban una fidelidad a prueba de casi cualquier suceso. Sin embargo, la participación bajó y con mucho más énfasis el apoyo ciudadano al PP, que coleccionó alguna amarga victoria, como la de Juan José Cardona en la capital grancanaria, muy lejos de reeditar su mayoría absoluta, y descalabros de tamaño desconocido, como la pérdida de Mogán y la caída en el ostracismo en Telde.
Con el 99% de los votos escrutados, la mayor pérdida de ediles la sufrió Coalición -91-, seguida de los populares -67- y solo once los socialistas. En términos porcentuales, el PP, que venía de cosechar en 2011 el 31,94% de los votos válidos emitidos para el Parlamento de Canarias, tomó tierra en un escuálido 18,62%, que, sin embargo, mejora el registro de CC -18,20%-, incontestable triunfadora en la Cámara regional a pesar de perder tres representantes. Cosas de la ley electoral, que afectó principalmente a Ciudadanos (C´s), para mal, e hizo feliz a Casimiro Curbelo y su Agrupación Socialista Gomera (ASG).
Melisa Rodríguez (C´s) se quedó a siete centésimas de romper la barrera regional del 6%, por lo que los 53.549 sufragios cosechados por la formación naranja en todas las Islas se convirtieron en papel mojado. Curbelo, con poco más de 5.000 votos, sentará tres diputados regionales en el Parlamento canario.
En la letra pequeña, feudos tan propios del nacionalismo en los últimos tiempos como La Laguna, donde es alcalde el próximo presidente canario, Fernando Clavijo, fueron tomados por nuevos actores, en este caso Unidos se Puede. Otra marca de Podemos, Las Palmas de Gran Canaria Puede, apareció con ruido en el Ayuntamiento de la capital grancanaria, constituyéndose en tercera fuerza a solo un paso de los socialistas. En la Cámara autónoma alcanzaron siete representantes.
Nueva Canarias (NC) fue otra de las grandes triunfadoras. Antonio Morales será presidente del Cabildo de Gran Canaria. Su candidatura recaudó más votos que la formación que preside Román Rodríguez en el conjunto de las siete islas para el Parlamento. Además, la ausencia de Morales en Agüimes, donde ha sido alcalde durante los últimos 28 años, no se tradujo en un retroceso, todo lo contrario.
NC tiene además la vacuna para evitar que males como los de CC en La Laguna pasen a mayores. Por contra, necesitará de socialistas y nacionalistas para acercarse a una mayoría de gobierno en Telde. Cuestiones como estas acercan a Román Rodríguez incluso a formar parte del Ejecutivo de Clavijo, lo que significará un acercamiento de las dos facciones nacionalistas canarias mayoritarias.
En el ámbito nacional, los populares obtuvieron más victorias con sabor a hiel. En especial, la obtenida por Esperanza Aguirre, que ganó por los pelos a Manuel Carmena, pero dilapidó la tradicional mayoría absoluta en Madrid.