En unos días se cumplirá el 4º aniversario del 15M. Aquel día, y durante semanas, cientos de miles de personas salieron a las calles no sólo, a mostrar su indignación con la grave situación del país, sino también manifestando que otra forma de hacer política era posible.
Si bien eran muchos los reclamos y reivindicaciones que procedían de las plazas públicas, dos de ellas eran las más exigidas por los llamados indignados: Democracia Participativa y Transparencia.
Vivimos actualmente en la Sociedad de la Información. La ciudadanía se ha acostumbrado a recibir información rápida y directa. Incluso muchas de las personas que votarán el próximo 24M son nativos digitales, jóvenes que han nacido y crecido junto a las Nuevas Tecnologías. Jóvenes que han crecido conociendo de primera mano algo ocurrido en la otra punta del planeta sólo minutos después. La sociedad ha avanzado, si podemos saber que ocurre en las antípodas, debemos poder saber qué ocurre en nuestro ayuntamiento. La política debe avanzar junto con la sociedad, de lo contrario, no tendría sentido. Tenemos una sociedad más formada e informada que quiere participar de la toma de decisiones. Los medios tecnológicos existen, la voluntad política es más difícil de encontrar.
Si nos centramos en Telde, el suspenso en Transparencia y Participación Ciudadana es de libro.
Transparencia Internacional, único organismo no gubernamental a escala global que persigue combatir la corrupción a través de una gestión estrictamente transparente, llevó a cabo una valoración de 110 ayuntamientos españoles, quedando Telde en el puesto 105 (de 110!) como uno de los ayuntamientos más opacos. Esta cuestión es de extremada gravedad, ya que este oscurantismo favorece que se pueda llevar a cabo una gestión dirigida a beneficiar intereses particulares en lugar de observar el necesario bien común.
Los escándalos de corrupción han llevado a Telde a abrir telediarios nacionales y han derivado en una paupérrima situación financiera que ha obligado al consistorio a someterse a un plan de ajuste, lo que ha supuesto, entre otras cosas, un incremento de la carga fiscal que han de soportar los teldenses, así como un recorte de prestaciones sociales, incrementándose considerablemente la tasa de pobreza del municipio. Aún con este deshonroso historial, quienes han asumido responsabilidades de gobierno durante los últimos años no han tomado las medidas necesarias para acabar con este oscurantismo.
Por otro lado, la efectiva Participación Ciudadana brilla por su ausencia, lo que resulta más que preocupante, ya que el consistorio cuenta con un reglamento, aunque muy mejorable, de participación ciudadana que contempla mecanismos de participación que no se han llevado a cabo. Data de noviembre de 2005, por tanto cabe concluir que ninguno de los partidos que ha asumido responsabilidades de gobierno en todos estos años, ha tenido la voluntad política necesaria para ponerlos en marcha. Acorde con las formas de la vieja política, se elabora un reglamento para poder decir que existe regulación al respecto, sin embargo, dicho reglamento descansa en el fondo de un cajón sin que su contenido se ponga en práctica.
Uno de los mecanismos de participación recogidos en el citado reglamento son las Audiencias Públicas, que constituyen “un espacio de participación para la presentación pública por parte del ayuntamiento y posterior debate entre éste y la ciudadanía” Esta Audiencia Pública puede ser convocada a petición de la población o por iniciativa propia. ¿Cuántas Audiencias Públicas se han llevado a cabo en Telde? ¿Por qué quienes nos han gobernado durante los últimos años no han dado ejemplo convocándolas a iniciativa propia fomentando así el interés y la participación ciudadana?
Además de este reglamento, la ley Reguladora de las Bases de Régimen Local, ley 7/1985, recoge la posibilidad de realizar consultas populares para cuestiones relevantes de competencia municipal (con excepción de la Hacienda local). ¿Cuántas consultas populares se han hecho en Telde desde la entrada en vigor de dicha ley hace más de 30 años? ¿Por qué los partidos que han llevado las riendas del municipio no se han molestado en recabar la opinión pública? ¿Acaso no ha habido, en estos treinta años, cuestiones lo suficientemente relevantes como para poner en marcha una consulta popular?
El pasado mes de Febrero, el pleno aprobó inicialmente el nuevo PGO que afecta a gran parte de nuestro territorio ¿no es éste un proyecto lo suficientemente relevante como para poner en marcha los mecanismos de Audiencia Pública y Consulta Popular?
Ahora todos los partidos se llenan la boca hablando de participación, pero lo cierto es que, teniendo los mecanismos, cuando han tenido la oportunidad no lo han hecho. ¿Por qué iba a ser diferente ahora?
Se Puede Ganar asume como propias las reivindicaciones del 15M. Nos comprometemos con la gestión transparente y el fomento de la participación ciudadana. Nuestro compromiso queda plasmado en un contrato ético, asumiendo, en caso de incumplimiento, la obligación a renunciar al acta o pagar una multa económica cuyas beneficiarias serán las organizaciones sociales del municipio.
El paso de la Democracia Representativa a la Democracia Participativa no es sencillo. Implica un alto grado de corresponsabilidad social, una mayor necesidad de formación relativa a la gestión de lo público y el bien común, así como comprender que la colaboración, en contraposición con la competitividad, es lo que hace a una sociedad avanzar de forma igualitaria, justa y sostenible. Es un reto complejo pero que debemos afrontar. La sociedad cambia, la política debe cambiar con ella. Podemos hacerlo.
(*) Esther González, número dos de la candidatura Se Puede Ganar