Jugar al baloncesto en las canchas de Narea, en el casco de Telde, se ha convertido en una actividad de alto riesgo para los niños y jóvenes del Basket Tara, que se ven forzados a esquivar grietas, pedazos del pavimento levantados y vegetación, y todo ello sin la iluminación adecuada. Las familias se han cansado de esperar por una solución, que pasa por la ejecución de un proyecto municipal que fue aprobado en 2021 y cuenta desde entonces con financiación por parte del Cabildo de Gran Canaria, una inversión de 378.000 euros que debería justificarse antes de final de año para no perderse, afirman las familias de esta entidad deportiva.
Diana Rivero es madre de dos adolescentes que juegan en este club sin ánimo de lucro y asegura que está cansada de que el Ayuntamiento, «tanto este gobierno como el anterior», les dé largas y siga sin mejorar las condiciones de esta cancha situada junto al actual mercado municipal.
Proyecto elaborado por el club
Según explican las familias, el club proporcionó el proyecto de rehabilitación al Ayuntamiento de forma gratuita «y el Cabildo lo aprobó», pero como se tardó en ejecutar hubo que hacer algunas modificaciones para, entre otros aspectos, actualizar los costes. El último de estos cambios fue en febrero de 2023. «A día de hoy el Ayuntamiento tiene el dinero, pero no licita la obra, por lo que corremos el riesgo de que al final tengan que devolverlo y todo siga igual».
La última información que manejan es que la institución local «está en precario por la falta de personal técnico y quería encomendar esta obra y el resto de proyectos del paquete, que suman 3 millones, a Fomentas, pero la interventora ha dicho que no es posible». Así, aseguran, se lo ha trasladado el propio alcalde, Juan Antonio Peña, a uno de los progenitores por WhatsApp.
Rodillas destrozadas
Mientras, los deportistas lidian con caídas casi a diario «destrozándose las rodillas» y «el club está teniendo una fuga importante de niños porque los padres ven cómo están las instalaciones y, por supuesto, temen por su seguridad». Aseguran que los menores que no pueden quedarse en el otro club de Telde «se van a otros municipios por el mal estado de estas canchas».
Raúl Suárez, padre de unos mellizos de diez años que juegan en el Basket Tara, asevera que «hay un agravio comparativo y en Telde, donde hay dos clubes de baloncesto, la Concejalía de Deportes trata a uno como de primera y a nosotros, como de segunda». En ese sentido, explica que tanto al anterior concejal del área como al actual, Diego Ojeda y Cristhian Santana, respectivamente, le han solicitado la posibilidad de compartir, mientras, las instalaciones del Rita Hernández, donde además de canchas exteriores hay interiores, todas ellas en buen estado. Sin embargo, «los dos nos han dicho que eso no es posible».
«Se está cayendo», aseveran estos padres que aseguran que a las grietas y desconchones en el pavimento, se unen el mal estado de los muros, la oxidación de algunas canastas, el mal funcionamiento de las luces, que las cajas de los cuadros eléctricos están abiertas y que hay varias averías en los baños, entre otras muchas reivindicaciones.
Pagan para poder entrenar
Para poder atender a los niños en mejores condiciones, Basket Tara está pagando al IES La Herradura para utilizar sus instalaciones, explican. «Tuvimos que poner una alarma que costó 1.400 euros, pagamos 150 euros mensuales y cambiamos todas las canastas», un gasto difícil de sostener para una entidad sin ánimo de lucro que cobra anualmente a los chicos, dependiendo de las edades y categorías, entre 360 y 460 euros anuales, una cantidad que incluye la federación y el seguro deportivo. Actualmente, el número de deportistas ronda los 60. También comparten con un club de gimnasia rítmica las instalaciones del instituto de Arnao.
«Este es el único club de Telde que no tiene una instalación propia», reclaman.
Sin subvenciones para el deporte
Esta situación se ha visto agravada, además, con la decisión del Consistorio de no abonar las subvenciones a los clubes deportivos que ya habían sido aprobadas. «Nos pidieron a todos los clubes que subsanáramos unas documentaciones, las presentamos y el 13 de diciembre nos dijeron que las bases estaban mal y que se anulaban las convocatorias», explica Raúl Suárez, que añade que tanto esta entidad como otras, contando con ese dinero y ateniendo a los plazos para la justificación de los gastos, ya habían comprometido las cuantías asignadas, por lo que ahora arrastran una peor situación financiera.
Para denunciar esta situación han creado una cuenta de Instagram, @salvarnarea, en la que los propios padres publican el mal estado de las instalaciones en las que juegan sus hijos.
La Provincia-Dlp (Esther Medina)