Son sin dudas unas fechas especiales, de encuentros, de magia, de ilusión, de buenos deseos. De plantearse nuevas metas o de coger impulso para retomar algunas que se quedaron por el camino. Marcarnos objetivos y, al menos, desear cumplirlos próximamente. Sin embargo, para otras tantas personas o familias, son fechas comunes y que desean que pasen lo antes posible; respetables las dos opciones.
Con este buen espíritu y esperanza, deseo que estas fechas nos sirvan para seguir soñando con un mundo mejor, y en la parte que nos toca, con un Telde mejor. Es posible. Pero para ello, lo primero que debemos perseguir, bajo la responsabilidad que tiene cada uno, es el bienestar de la ciudadanía, y para conseguirlos es necesario poner todo nuestro empeño cada día para que sea una realidad, porque en su bienestar están incluídos sus sueños.
Un deseo sincero, en el que los jóvenes deben desarrollar su talento en estas fronteras y no tener que marcharse lejos de aquí para poder ser entendidos o apoyados por la sociedad o colectivos. ¡Cuántos teldenses llegan en estas fechas a sus casas para poder estar con su familia, al menos una vez al año!
El empleo y la calidad del mismo es otra tarea pendiente. Al igual que la lucha por los servicios esenciales que se merece la ciudadanía y en concreto nuestras personas mayores. Para ellas, y especialmente para las que en estas fechas viven la soledad, un abrazo cargado de fuerza y de ánimo.
En estos días también nacen los teldenses del mañana, en el que sus padres, madres o tutores esperan dejarles un mundo mejor que el actual. Para ello, para el Telde que viene, también debemos construir y emprender acciones que visualicen el futuro del municipio. Tampoco debemos olvidar a nuestros antepasados, hombres y mujeres valientes que construyeron los cimientos de un municipio fuerte, solidario y servicial.
Y si debemos desear por terceros, que también sean por los animales, por la defensa de sus derechos, por la apuesta decidida del sacrificio cero y el fomento de la adopción de los que son abandonados. ¡Qué esta lacra también termine!
¡Feliz Navidad! ¡Qué nunca dejemos de soñar! Y que esta magia, esperanza y buenos deseos, no se queden solo en estas fechas, sino durante toda nuestra vida. ¡Qué los buenos momentos superen a los más amargos! Y por supuesto, que no nos falte salud, amor y los nuestros.
Juan Antonio Peña, concejal y portavoz de Ciuca en Telde