Visitas de políticos a los barrios que acaban en nada, reuniones ineficaces, promesas que se las lleva el viento, proyectos que se quedan en la estantería… Todo eso ha tenido que soportar en los últimos años los vecinos de La Solana y Valle de Casares, que ya se han hartado de esperar por el Ayuntamiento para que este ejecute la instalación de una red de abasto con la que suministrar agua tratada en la desaladora en sus viviendas los 365 días del año. Es por ello que organizaron una concentración este martes ante los medios de comunicación para reivindicar su derecho a recibir este servicio básico por parte de la administración local.
Actualmente cerca de 800 teldenses están siendo afectados por esta deficiencia en la zona de medianía del municipio. Están empadronados en Telde y pagan sus impuestos como cualquier otro ciudadano de San Gregorio, San Juan o La Garita. Aun así, en pleno 2022, muchos solo reciben en sus casas agua proveniente de pozos los lunes, martes y miércoles. Otros ni siquiera tienen esa suerte. Algunos vecinos explican que solo les abren el grifo dos días por semana o, incluso, otros indican que tienen que llamar a las cubas para rellenar sus aljibes dos veces al año.
Cuentan también que en determinadas ocasiones esta situación ha dejado a algunas personas sin agua en mitad de un baño o de cualquier otra tarea doméstica. Esta problemática, que quedó atrás desde hace décadas y resulta impensable en cualquier otro barrio costero o céntrico, sigue siendo el día a día en las medianías teldenses.
Una batalla de cuatro años sin resultado
Hace cuatro años -en el final del mandato anterior- ya empezaron a protestar para conseguir que el Consistorio hiciese caso a sus peticiones. Pero todo continúa igual. La única mejora que han logrado es que en 2019 se pusiesen unas tuberías más anchas y que ahora, solo en algunas casas, se abra el grifo tres veces en semana en lugar de dos.
Pocas son las instituciones que no conocen este caso. Representantes vecinales, entre los que se destaca Pablo Agriela, han trasladado sus quejas en reiteradas ocasiones durante estos últimos cuatro años en el Ayuntamiento local, en el Parlamento canario, en el Cabildo, al Diputado del Común y al Delegado del Gobierno en Canarias. Pero para nada ha servido.
Los vecinos instan a los representantes políticos a que haya «menos palabras y más acciones», sobre todo ahora, con las nuevas elecciones a la vuelta de la esquina. Agriela exclama que: «Hemos tenido a un alcalde dos años que ahora es Concejal de Aguas. Nos ha hecho varias visitas para conocer cómo nos las arreglamos y no nos ha solucionado nada. Mientras ciudadanos de otros barrios se preocupan por un muro en una playa o por si un parque tiene bancos bonitos, nosotros tenemos que seguir luchando y mendigando por un servicio tan básico como el agua».
Una zona importante para el cultivo de berros
Muchos vecinos también se tienen que preocupar de sus cultivos. A estos la dificultad para conseguir agua les dispara por partida doble. Cabe recordar que esta es una de las principales zonas de la isla donde se cultivan los berros, un vegetal muy consumido en el archipiélago y que necesita abundante riego para crecer. «Necesitamos cuidar con urgencia a nuestros agricultores», reclama una vecina.
En épocas de sequía las plantaciones muchas veces se pierden. Cada vez son más los agricultores que dejan de plantar este alimento. Del mismo modo, si se sigue por este camino, poco a poco serán más las personas que abandonen estos pueblos descentralizados empujados por el injusto trato politico, un hecho que podría desembocar en la desertización de los montes y la pérdida de una de las joyas de las islas.
Canarias7