“APARCAMIENTO DE SAN GREGORIO: CAPÍTULO 1, LA OBRA IMAGINARIA”

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En Telde ya no se inauguran obras, se inauguran promesas. Y no con cemento ni hormigón, sino con vídeos, fotos, discursos… y una buena dosis de teatro institucional. La última entrega del serial político local se titula:
 
“¿De quién es el aparcamiento de San Gregorio?”
 
Por un lado, el Partido Popular de Gran Canaria se lanza en tromba a anunciar el comienzo de las obras del esperado aparcamiento. Y no lo hace en solitario: publican un vídeo perfectamente orquestado, con el presidente del PP insular, la presidenta local del partido, la concejala de Playas, María Calderín (quizás invitada para bendecir el asfalto con agua salada), y, cómo no, el concejal de Vías y Obras, Iván Sánchez, quien aparece sonriente, aunque su gestión se caracteriza por todo lo contrario: retrasos, silencio y una notable dedicación a asuntos privados más que al interés público.
 
Dicen tanto el presidente del PP de Gran Canaria como la presidenta del PP en Telde, que los concejales llevan dos años “desbloqueando” el inicio de las obras del aparcamiento. Lo dicen con una seriedad conmovedora. Pero por otro lado, el alcalde de Telde —que también quiere su parte del pastel— anunció el pasado 18 de julio que la Junta de Gobierno Local (que él mismo preside) había aprobado finalmente la ejecución de la obra.
 
Entonces… ¿quién desbloqueó qué? ¿Quién empujó la pala imaginaria? ¿Y sobre todo, de verdad hay que dar medallas por hacer lo que es un deber básico de un concejal liberado con sueldo público? Porque si empezamos a aplaudir a los cargos públicos por desbloquear expedientes, entonces también deberíamos aplaudir al médico por tomarnos la tensión o al bombero por apagar un incendio. Vamos, lo que viene siendo cumplir con tu trabajo.
 
La cruda realidad es que la obra no ha comenzado. Lo que sí ha comenzado es el reparto de méritos, las zancadillas por detrás y las guerras de egos por delante. El Ayuntamiento parece un escenario de Got Talent político, donde lo que importa es lucirse, no ejecutar.
Mientras tanto, los vecinos siguen circulando en bucle por San Gregorio, buscando aparcamiento como quien busca un trébol de cuatro hojas en una rotonda. El hartazgo crece, pero los vídeos institucionales siguen saliendo como churros.
 
Y ya que estamos en la zona, una pregunta inocente —pero no menos pertinente—:
 
¿Qué piensa hacer el grupo de gobierno con el esqueleto abandonado del Palacio de las Artes? Ese edificio mastodóntico que prometía cultura y se ha convertido en un símbolo del fracaso colectivo. ¿Y qué pasa con la galería comercial y los cines cerrados desde hace años, oxidados, saqueados y olvidados? ¿Dónde está la planificación integral para San Gregorio? ¿Dónde está la reactivación económica y social de un barrio que fue motor comercial del municipio?
 
Porque si no hay un plan para todo eso, el aparcamiento —cuando algún día se termine— sólo servirá para aparcar frustraciones.
 
Y lo decimos en serio: si el gobierno municipal pretende seguir gobernando a golpe de vídeo y pose, que al menos alguien les recuerde que Telde no es un plató de televisión, sino una ciudad con vecinos reales, problemas urgentes y espacios públicos deteriorados.
La política del ‘postureo’ ya cansa. 
 
Nos sobran los vídeos y nos faltan proyectos reales.
 
Nos sobran las medallas simbólicas y nos faltan soluciones físicas.
 
Nos sobran los discursos institucionales… y nos faltan adoquines, luces, actividad, cultura, limpieza y planificación.
 
Juan Santana, periodista y locutor de radio
 
 

TELDE DA LA BIENVENIDA A LOS DIEZ MENORES QUE DISFRUTAN DE UNAS ‘VACACIONES EN PAZ’ EN EL MUNICIPIO

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El Ayuntamiento de Telde ha dado la bienvenida oficial a los diez menores saharauis —cinco niños y cinco niñas— que disfrutarán de unas Vacaciones en Paz en el municipio hasta el próximo 2 de septiembre. Esta iniciativa, impulsada por la Asociación Canaria de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, permite a estos niños y niñas dejar atrás durante unas semanas las duras condiciones del desierto en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia.
 
El recibimiento tuvo lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, en un acto emotivo en el que participaron varios concejales de la corporación local, entre ellos Juan Pablo Rodríguez, edil de Solidaridad, área encargada de la coordinación del programa en Telde. Durante el encuentro, las autoridades agradecieron la labor desinteresada de las familias teldenses que han abierto las puertas de sus hogares para ofrecer a estos menores un verano lleno de cuidados y experiencias positivas.
 
La ciudad obsequió a los infantes con bolsas de regalos educativos y de ocio. Además, durante el acto, la actuación sorpresa de dos payasos inundaron de risas de pequeños y mayores la cámara municipal.
 
Una iniciativa solidaria con décadas de historia
 
Vacaciones en Paz es un programa que se desarrolla en España desde la década de los 90, como respuesta a la situación de exilio del pueblo saharaui tras la ocupación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos en 1976. El objetivo principal es ofrecer a los menores un respiro frente a las extremas temperaturas del desierto —que pueden superar los 50 grados en verano— y brindarles atención médica, alimentación equilibrada y una convivencia enriquecedora en un entorno seguro.
 
La iniciativa se lleva a cabo gracias a la colaboración entre las asociaciones de solidaridad con el pueblo saharaui, el Gobierno Saharaui, las instituciones públicas y la implicación de la sociedad civil. Cada año, miles de menores son acogidos en todo el territorio español dentro de este proyecto humanitario.
 
Con su participación, Telde reafirma su compromiso con la solidaridad internacional y con los derechos de la infancia, sumándose una vez más a este gesto de humanidad y esperanza.

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«LA PRETENDIDA RENOVACIÓN DE NUEVA CANARIAS SE HA QUEDADO EN UNA BURDA OPERACIÓN DE MAQUILLAJE»

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Con la debacle acontecida en las elecciones locales de 2023, con la marcha de muchísimos miembros a la formación política, “Canarias lo primero”, de Teodoro Sosa, una creía que Nueva Canarias había aprendido la lección e iba a actuar cual cirujano cortando por lo sano todo aquello que les había enterrado políticamente.

Román Rodríguez y Carmelo Ramírez, habían asegurado que se retirarían de la primera línea de la política, pero nuestro gozo en un pozo, Román aparece como secretario de Estrategia, Programa y Formación, que será quien defina la política de Nueva Canarias y Carmelo Ramírez, asume la secretaría de Solidaridad, lo que le permitirá seguir con su activismo rancio y caduco propolisario.

Ha resultado tragicómico poner como segunda del partido a Carmen Hernández, la culpable de que se perdiera la plaza de Telde y con ello la sangría de votos y desgracias que le han caído desde entonces a esta organización, son cosas que no se comprenden y lo único que puede decirles es, “con su pan se lo coman” van directos al abismo.

Todo sigue igual, o peor el congreso celebrado en el Cicca, solo ha servido para dar la razón a lo que aseguraba Teodoro Sosa, no están en la presidencia pero siguen dirigiendo el partido una “renovación maquillada”, es como si se hubieran conjurado para hacer una implosión de Nueva Canarias.

Han perdido en este VI Congreso la oportunidad de salvar los restos del naufragio, lejos de eso han optado por permitir que Román Rodríguez siga dirigiendo la orquesta hasta que a el le de la realísima gana, la anunciada renovación de Nueva Canarias se ha esfumado y con ella la oportunidad de cual ave fénix, renacer de las cenizas.

En política hay que saber retirarse a tiempo y la continuidad de Román Rodríguez y Carmelo Ramírez, certifica la muerte política de Nueva Canarias. 

Maribel Castro Melian; directora de canariasinformativa.com

“NUEVA CANARIAS CELEBRA SU CONGRESO… Y ALGUNOS JURAN HABER OÍDO UN CRUJIDO DESDE EL ATAÚD”

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Nueva Canarias celebró este fin de semana su VI Congreso Nacional. Y digo “celebró” como quien celebra un cumpleaños sabiendo que nadie vino con regalo y que la tarta es del Mercadona. Porque una cosa es reunirse con aplausos, y otra bien distinta es fingir que todo está de maravilla mientras los cimientos del partido tiemblan como un gofio mal amasado.
 
El congreso nos dejó una imagen: la de Luis Campos proclamado nuevo secretario general, con el 92,6% de los votos. Pero eso no es noticia. La verdadera noticia sería que hubiera habido otra candidatura, o al menos algún valiente que levantara la mano y dijera: “Perdón, ¿y si esto no lo estamos haciendo tan bien?”. Pero no. Aquí todos en fila, como si estuviéramos repartiendo billetes para el viaje de fin de curso… al pasado.
 
Luis Campos, con esa sonrisa de quien sabe que ha heredado más problemas que soluciones, dijo que “Nueva Canarias no ha desaparecido nunca”. Hombre, técnicamente no. Pero es como decir que el Teide está activo porque aún echa humo los domingos. Una cosa es estar presente, y otra viva. Y lo cierto es que muchos municipios ya apagaron la luz y echaron el pestillo a la sede.
 
Y ahí estaban, en primera fila, Román Rodríguez y Carmelo Ramírez, el dúo dinámico de la política insular, aplaudiendo su propia retirada… que en realidad no lo es. Porque no se han ido. Solo han bajado un escalón, como quien dice “yo ya no soy el jefe, pero sigo mandando en la sombra, por si acaso te da por pensar por tu cuenta”. Román se va a Estrategia —como si antes no lo fuera— y Carmelo se queda en Internacional, a ver si nos invitan a alguna cumbre de pueblos oprimidos con merienda incluida.
 
Mientras tanto, la mitad del partido se fue por la puerta de atrás hace meses, cabreados, desengañados o simplemente hartos. Teodoro Sosa, Óscar Hernández y otros tantos —esos sí que se fueron de verdad— ahora juegan en el equipo de “Primero Canarias”, que suena a movimiento ciudadano, pero huele a vendetta. Y con razón: les robaron el partido como quien te cambia el candado del garaje sin avisar.
 
En su discurso, Campos habló de renovar la base, de sumar desde abajo, de conectar con la ciudadanía. Todo precioso. Pero si el partido lleva años conectado… ¡al gotero!. Porque esta gente lleva tanto tiempo en política que cuando llegaron, Internet era por modem. Renovar no es poner gente joven en el cartel; renovar es soltar el micrófono y dejar que otros hablen sin que el ego les corte el audio.
 
La puesta en escena fue bonita: colores verdes, discursos motivadores y promesas de refundación. Hasta hubo quien habló de “volver a ser una herramienta al servicio del pueblo canario”. Qué bonito. Lo curioso es que cuando un partido empieza a llamarse a sí mismo “herramienta” es porque ya no le sirve ni al que lo fundó. Y si no, pregúntenle al martillo que se usó para construir el pacto con el PSOE, Coalición Canaria y hasta el apuntador.
 
A pesar de todo, no hay que subestimar a Nueva Canarias. Los partidos canarios son como las tuneras: aunque los arranques, vuelven a brotar en cualquier cuneta institucional. Sobre todo si hay elecciones cerca, o si queda alguna concejalía despistada por la que pelear.
 
 ¿Y en Telde qué puede pasar?
 
Ah, Telde, esa joya del surrealismo político canario donde los pactos cambian más rápido que los nombres en los currículums de ciertos vicepresidentes de Gobierno de Canarias.
 
En Telde lo que puede pasar es que no pase nada… o que pase de todo. Nueva Canarias está políticamente descuartizada, con las siglas oficialistas por un lado —ya sin estructura real en la ciudad— y los exmilitantes reorganizándose con Teodoro en ese nuevo  partido llamado “Primero Canarias”.
 
El problema es que la gente ya no sabe quién representa a quién, y los antiguos votantes de NC están más perdidos que el Plan General de Ordenación Urbana de Telde.
 
Lo más probable es que, de aquí a 2027, Primero Canarias se quede con el espacio que antes ocupaban los de Román en la ciudad. Y Nueva Canarias… bueno, en Telde puede terminar como el antiguo mercado: cerrado, tapiado y con una placa que diga “Aquí hubo algo una vez”.
 
Porque entre los fuegos cruzados, las traiciones internas, los desencantos, las mochilas llenas de pasado y la ciudadanía cada vez más escéptica, lo que puede pasar en Telde es que el electorado diga: “váyanse todos”.
 
Así que sí: hubo congreso. Y hubo discursos. Y hubo ilusión, o eso dicen. Pero el canarismo político —ese que decía representar a la gente de aquí— está hoy partido en dos mitades que no se hablan y que se echan las culpas con una sonrisa de cartón piedra.
 
Y en Telde, como en otros municipios, la historia de Nueva Canarias puede acabar en los archivos… salvo que los nuevos, los que se fueron, sepan construir algo nuevo que no huela a rencor ni a sillón reciclado.
 
Porque Canarias no necesita más símbolos vacíos. Necesita liderazgo real, nuevas caras y menos dinosaurios disfrazados de renovación.
 
Juan Santana, periodista y locutor de radio