Día: 23 de julio de 2025
SINTRA SEÑALA AL EMPAQUETADO DE TOMATES DE BONNY EN ARINAGA POR FALTA DE MEDIDAS DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
Recientemente hemos tenido conocimiento que en el almacén de empaquetado de tomates que la empresa Juliano Bonny Gómez, S.L, tiene en Arinaga, una trabajadora como consecuencia del calor que hemos estado soportando en estos meses, se ha mareado. En este sentido venimos a poner en conocimiento la ineficaz política de prevención de riesgos laborales existentes en la empresa, que perjudica notablemente a la salud de los trabajadores y trabajadoras del almacén de empaquetado de tomates de Arinaga.
Cuando se está expuesto a altas temperaturas, el cuerpo trabaja arduamente para mantenerse fresco. Esto implica aumentar la producción de sudor y dilatar los vasos sanguíneos en la piel para liberar calor. Sin embargo, este proceso puede sobrecargar el sistema cardiovascular y provocar una disminución en el flujo sanguíneo hacia el cerebro.
Además, el calor también puede desencadenar una respuesta de estrés en el cuerpo, lo que provoca la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden afectar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que a su vez puede contribuir a los mareos.
Ante situaciones como estas, lo que hay que hacer es enviar a la trabajadora afectada a la mutua, al objeto de que se realicen las pruebas pertinentes, evitando así la aparición de cualquier mal mayor.
Lo que aquí se relata no es un hecho aislado, sino que las trabajadoras y trabajadores de dicho almacén de empaquetados, están soportando los días de calor temperaturas de por sí elevadas, no llevando a cabo la empresa ninguna evaluación de dicho factor de riesgo, para evitar cualquier accidente laboral.
En este sentido los artículos 316 y 317 del Código Penal castigan a “Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales (como es el caso relatado), no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física”.
Por tanto, desde SINTRA venimos a EXIGIRLE a la empresa de empaquetado de tomates de Arinaga de Juliano Bonny Gómez, S.L. que, se realice de forma urgente e inmediata una evaluación del puesto de trabajo de todos los trabajadores afectados por las altas temperaturas, al ser una obligación inequívoca de la empresa el velar por la salud e integridad física de los trabajadores.
Esperamos desde SINTRA que la empresa tome en consideración lo aquí expuesto, pues en caso de que algún trabajador o trabajadora le suceda algo como consecuencia de lo aquí relatado, denunciaremos a la empresa ante el Juzgado de lo Penal.
La seguridad no tiene que suceder por accidente
Alejandro Jesús Olivares Cabrera. PRESIDENTE DE SINTRA
«NO DEJEMOS CAER LA PINTADERA»
El otro día, asistí a una de esas fiestas de barrio que tanto nos identifican como pueblo. Música, vecinos reunidos, olores familiares de comida hecha con cariño y alegría sincera. Todo parecía en su sitio, salvo un detalle que no pude dejar pasar: en el escenario, alguien había colocado una pintadera, uno de nuestros símbolos más antiguos y representativos… torcida.
No pude evitar acercarme a uno de los vecinos que había colaborado en el montaje. Le pregunté si se había dado cuenta. Su respuesta fue simple, casi resignada: «No cabía de otra manera, si ponía el panel en vertical, la pintadera taparía parte del escenario. Espero que nadie se dé cuenta.»
A lo que respondí con el alma en un hilo: «Espero que sí se den cuenta. Espero que haya más personas con sentimiento de identidad canaria, si no, tiro la toalla.»
Esa conversación me dejó pensando durante días. ¿Hasta qué punto conocemos y respetamos nuestros propios símbolos? ¿Cuánto valor le damos a lo que somos como pueblo? ¿Valoramos nuestra cultura?
La pintadera no es un simple adorno. Es un símbolo ancestral, un sello utilizado por los antiguos canarios, los primeros habitantes de Gran Canaria. Se usaban, probablemente, para marcar pertenencia, identidad, propiedad o incluso con funciones rituales. Su diseño geométrico, tan característico, no se ha encontrado en ninguna otra isla: es única de Gran Canaria. Y sin embargo, muchos la ven como un simple dibujo “bonito” sin conocer su profundo significado.
Este desconocimiento no es culpa de uno solo. Es el reflejo de una desconexión que se ha ido gestando con los años, entre nuestra vida cotidiana y nuestras raíces. El sentimiento de pertenencia no se transmite solo con banderas o camisetas. Se cultiva con respeto, con educación, con cariño a nuestra tierra, nuestras costumbres, nuestra historia, nuestros juegos y deportes y nuestra cultura. Y también con pequeños gestos, como colocar una pintadera correctamente.
Mantener vivas nuestras tradiciones no es una cuestión de nostalgia, es una necesidad vital. En un mundo que globaliza y uniforma, el canarismo no debe ser una moda pasajera, sino un compromiso con lo que somos. No para cerrarnos al mundo, sino para tener algo auténtico que ofrecer desde nuestra identidad.
La cultura indígena de los canaris es parte de ese tesoro que no podemos permitirnos olvidar ni tergiversar. Cada vez que explicamos a un niño lo que significa una pintadera, cada vez que elegimos palabras canaris para nombrar lo nuestro, cada vez que cantamos una folía o contamos una historia de los antiguos, estamos defendiendo la memoria colectiva.
No es solo cuestión de que la pintadera esté bien colocada en un escenario. Es que no podemos permitir que se tuerza el símbolo si queremos que se mantenga recta nuestra identidad.
Ojalá seamos muchas personas las que nos demos cuenta. Y las que no tiremos la toalla.
Diego Fernando Ojeda Ramos, fue concejal del Ayuntamiento de Telde y actualmente es asesor en la Consejería del sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo Insular de Gran Canaria
«LA NORMALIZACIÓN DEL ODIO»
Este “clima de terror” no ha surgido de forma espontánea, sino que es consecuencia de la normalización de los discursos de odio, bulos y declaraciones políticas que criminalizan a las personas en función de su orientación política, origen étnico o creencias religiosas, pero muy especialmente por lo abultado de su cartera… El dinero suele suavizar, a ojos de los odiadores, el color de piel del inmigrante. A más dinero menos rechazo…
Lo que empieza con insultos y mentiras en medios de comunicación, redes sociales y tribunas políticas, termina con amenazas y agresiones físicas a familias aterrorizadas. Son igualmente culpables de estas acciones, los que las inducen y alientan a través de los medios de comunicación, así como los ciudadanos que las comparten de forma despreocupada en las redes sociales, mientras no sean ellos las víctimas claro…
Como decía el pastor luterano alemán Martin Niemöller:
Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, pero no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mi, pero para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre.
Y en estas estamos. Hay un exceso de impunidad sobre determinado tipo de violencias. Este mismo Gobierno de España, que se hace llamar “socialista”, se ha mostrado con frecuencia excesivamente permisivo ante ciertas conductas antidemocráticas, cuando eran otras las víctimas. Ahora que pintan bastos lo lamentan.
Comprobamos además que, las fuerzas de seguridad se muestran excesivamente violentos en manifestaciones de pensionistas y trabajadores, que no reivindican otra cosa que sus derechos, mientras que abundan muestras de “colegueo” con los violentos en otras concentraciones de la extrema derecha.
No hay lugar a dudas de que ALGO NO SE ESTÁ HACIENDO BIEN. Los “contratos de formación” entre determinados sindicatos policiales y organizaciones de violentos desocupas no apuntan precisamente en la dirección correcta, puesto que las fuerzas de seguridad no pueden ofrecer esa imagen tan lamentable. ¿En qué nos estamos convirtiendo? Tampoco las concentraciones de jueces con toga a la puerta de los juzgados haciendo política, favorece el deseado clima democrático. Cuando jueces y policías se alejan de sus reivindicaciones laborales para acercarse al estado profundo, es que los cimientos democráticos del país están colapsando. Alguien debería poner pie en pared ante tanto despropósito.
Un apunte, por poner sólo un ejemplo de los tiempos que vivimos: En la última manifestación celebrada en la Playa de Las Canteras de la capital grancanaria, con el lema “canarias tiene un límite”, se pudo observar una presencia policial DESPROPORCIONADA, “casi intimidatoria” y más propia de otros tiempos, teniendo en cuenta a los convocantes, el motivo de la protesta, el carácter pacífico de la misma y de los canarios por extensión. Menos mal que el Sr. Delegado del Gobierno es socialista…
Son sin duda los medios de comunicación los máximos colaboradores en la normalización de estas “irregularidades democráticas”.
La mayor parte de la población fía a los medios de comunicación, de una forma casi inconsciente, LA INFORMACIÓN, su tono y enfoque. Es como al que han colocado una venga en los ojos y se deja guiar confiado por la senda de la vida. Te puede salir bien, pero confiar en exceso es peligroso. De vez en cuando hay que levantar la venda y ver lo que pasa ahí afuera. Son pocos los medios, al margen de su orientación política, que informan con objetividad.
Contrastar la información es fundamental para tener opinión propia y para evitar normalizar el odio.
Paco Vega
EL COMITÉ INTERCENTROS DE LA TELEVISIÓN PÚBLICA DE CANARIAS EXPRESA SU PREOCUPACIÓN POR EL PROCESO DE SELECCIÓN DE LA NUEVA DIRECCIÓN DE MEDIOS Y CONTENIDOS
El Comité Intercentros de la Televisión Pública de Canarias desea manifestar su preocupación por los términos en que se ha desarrollado el proceso de selección para designar a la nueva dirección de Medios y Contenidos del grupo Radio Televisión Canaria.
Nos sorprende que, en una empresa pública de comunicación, no se haya exigido como requisito mínimo estar en posesión de una licenciatura o grado universitario en Periodismo o Comunicación Audiovisual. Recordamos que, a día de hoy, cualquier persona que aspire a incorporarse como redactora o redactor en nuestra plantilla debe acreditar esa titulación. Resulta, por tanto, difícil de entender que no se haya establecido ese mismo nivel de exigencia para un puesto directivo de tan alta responsabilidad, especialmente cuando tendrá competencias sobre los contenidos editoriales que se emiten en nombre de la Televisión y la Radio públicas de Canarias.
Por otro lado, lamentamos que no haya existido una comunicación interna formal por parte de la empresa para informar sobre este proceso. Ha sido la representación legal de las personas trabajadoras la que ha dado a conocer su apertura, lo que demuestra una preocupante falta de transparencia institucional. Como resultado de esa escasa difusión, únicamente figura una persona candidata al puesto, algo que consideramos inusual tratándose de una convocatoria de tal relevancia.
Desde el Comité Intercentros abogamos por una mayor transparencia en todos los procesos de cobertura de vacantes y creación de nuevos puestos, así como por la exigencia de titulación universitaria adecuada para cargos que así lo requieren. A día de hoy se siguen otorgando puestos de forma discrecional, sin respetar las condiciones de promoción interna que establece el convenio colectivo y que son preceptivas en una empresa financiada con dinero público. Se da la paradoja de que la propia empresa defiende que los responsables de departamento pueden designar a dedo atribuciones y funciones, mientras que sus servicios jurídicos, en sede judicial, han llegado a esgrimir esa designación “a dedo” como argumento para negar derechos laborales que la legislación reconoce. Esta incoherencia es inadmisible y evidencia la necesidad de revisar de manera urgente los procedimientos internos.
Desde este comité no queremos anticipar juicios de valor sobre la idoneidad de la persona que finalmente pueda ser designada. Confiamos en que la elección responda a criterios objetivos de mérito, cualificación y trayectoria profesional, y no a factores ajenos al interés general.
La ciudadanía necesita una Radiotelevisión Pública independiente, profesional y de calidad. Y para ello, la dirección debe estar a la altura de las exigencias que cada día se les imponen a quienes trabajamos en ella.