En antaño a Telde se le consideraba la ciudad de las higueras, que apenas ya ni se ven o están mermando por muchas cuestiones e incluso por el cambio climático que está afectando a todos en el planeta.
Esta ciudad, fértil en los tiempos aborígenes, donde corrían los barrancos, ahora apenas queda árboles frutales donde comer al son del paso o disfrutar de la brisa del atardecer bajo las higueras, los olivos, las palmeras, etc…
La palabra sostenibilidad no solo se basa en los árboles, también debemos de pensar en todo lo que nos rodea, así como los insectos, los animales, las aves,… todo está desapareciendo a pasos gigantes y el ser humano, como me describió hace poco un amigo se ha convertido para el planeta como un virus o una plaga, por la superpoblación que albergamos.
No cabe duda, que el ser humano es muy inteligente, pero no aprovecha su inteligencia para ser funcional y vivir en armonía con la naturaleza. Quizás pecamos de ese error y tenemos que darnos cuenta que este municipio cuenta con viento, sol, mar y montañas. Debemos sí o sí, plantearnos construir un mundo mejor lo antes posible en cuanto a energías limpias se refiere y respetar el ecosistema tal cual como habla por sí solo la pacha mama. Al mismo tiempo, por observación y razonamiento, vemos que se han introducido especies en las islas que no son propias del lugar, así como: las serpientes, el rabo de gato… pero como ser humano capacitado de hacer cualquier cosa en este planeta, debemos de trabajar juntos y sabemos de hecho que somos capaces de solventar este gran problema que tenemos con la sostenibilidad con el medio.
Este tema que trato no se basa solo en Greenpeace, los verdes, turcón, ecologistas en acción, etc… se basa en la participación de todo individuo sea la clase a la que pertenezca o sienta. Todos venimos de la madre naturaleza, la cual tenemos que respetar como a nosotros mismos nos respetamos. Si no existe un equilibrio en este municipio o en otros lugares del mundo, tarde o temprano la naturaleza estallará por algún lado y posiblemente será demasiado tarde para darnos cuenta.
Otro tema a destacar es que a Gran Canaria se le consideraba tierras de canes y cada día que pasa me entristezco porque veo perros abandonados en la calle que pueden ser atropellados, comiendo de la basura de los contenedores y siendo menospreciados. Es una pena que el animal más fiel del ser humano, lo tratemos así y es el ejemplo que damos a la raza animal. No sé si somos más crueles nosotros o el resto del mundo animal.
Quizás hasta podemos hacer a Telde como la isla de El Hierro es actualmente, totalmente sostenible con energía limpia. Ese mismo proyecto se podría hacer en este municipio y vivir de las energías limpias.
Por otro lado, existe la posibilidad en ciertas zonas como en San Roque, el Valle Los Nueve, Lomo Magullo, de tener depuradoras naturales, como es el caso de Masca en Tenerife, todo un ejemplo a seguir y les adjunto el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=HfXCuKNMRok
Un problema que solo salva a algunos poderosos o magnates, es la posibilidad que le están dando al tren en Gran Canaria, que recorrerá de una punta a la otra la isla en cuarenta minutos y no como en la península que se emplea para grandes distancias. Desde mi humilde opinión, destruirá más nuestras tierras y todo será cada vez más árido. Si viviera el artista César Manrique, creo que sería el primero en oponerse a esta locura , no respetando a quien nos da de comer y de tener un mundo o una tierra más sostenible, donde podamos comer de los árboles que nos da la naturaleza sin problemas.
Por qué no buscamos otras alternativas en vez de destruir la sostenibilidad con el medio ambiente, pudiendo ser, por ejemplo: la mayor redistribución de guaguas o servicios públicos a lugares de trabajos, a colegios….Creo que estamos en los límites de seguir tirando piedras sobre nuestro tejado y todo tejado tiene un límite de estabilidad al aguante, como toda carga, y tarde o temprano nos iremos al garete si seguimos sin orden y armonía con la naturaleza o el medio ambiente.
Por último, destacar que a las inclemencias metereológicas, yo personalmente lo llamo “borrachera ambiental”, por la sencilla razón que vivimos unos inviernos calurosos, con las temperaturas de septiembre, con un sol que raja las piedras, apenas viento, el mar en calma… todos son indicios que el ser humano está haciendo algo mal y tenemos que despertar.
Postdata: El ser humano puede ser destructivo o constructivo con la naturaleza, ustedes deciden.
(*) Jorge Santana Romero, vecino de Telde y Arquitecto Técnico (Universidad de La Laguna)