BRUJERÍA EN LA NOCHE DE NOCHE DE SAN JUAN CON RITUALES ILEGALES

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El uso de animales en rituales ilegales de santería se dispara en Canarias por San Juan. La plataforma leales.org ha decidido ocultar hasta este 25 de junio el contacto en los anuncios de acogida y adopción de animales como medida de seguridad para evitar la actuación de los santeros durante la Noche de San Juan en las playas de Canarias.

Desde la plataforma isleña se ha explicado que, si bien existe la tasa más alta de abandonos por habitantes y que junio es el mes con más abandonos, en este mes «se le suma la noche de San Juan».

«Donde personas sin alma y sin escrúpulos van decapitando animales por nuestras playas canarias. Estamos en San Juan y desgraciadamente hay personas que usan a los animales para rituales,sacrificándolos cruelmente», afirma la entidad.

La plataforma Leales.org ha resaltado que por el mismo motivo se ocultará también y de forma automática entre el 27 de octubre y el 1 de noviembre, día de Todos los Santos. Aprovechando el mismo sistema, se ampliado para que se oculte el contacto en las publicaciones entre los días 20 y 25 de diciembre para evitar los abandonos de los regalos impulsivos por Navidad, ocultándose también entre los días 1 y 6 de enero para evitar futuros abandonos por regalos de Reyes.

 

RAMOS: «ES UNA NOTICIA MUY DURA PARA TODOS LA PÉRDIDA DE ESTE MENOR»

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El PSOE de Telde se suma al luto del municipio tras el fallecimiento del menor, esta madrugada, durante la celebración por las fiestas de San Juan en la ciudad. La agrupación traslada sus condolencias y todo el apoyo a la familia del niño y se pone a disposición de esta para todo lo que necesite.

“Es una noticia muy dura para todos y todas y la ciudad entera sufre la pérdida de este menor y las circunstancias bajo las que ocurrieron los hechos”, señala el secretario general de partido socialista en Telde, Alejandro Ramos. “Queremos trasladar a los padres del pequeño, en especial, y también a sus allegados, nuestro más sincero pesar y nuestra predisposición para prestarles toda la ayuda que demanden, del tipo que sea”, agrega.

Además, Ramos ofrece la disponibilidad de la agrupación para colaborar con el gobierno municipal en aquello que haga falta, “en estos momento tan duros en los que nuestros vecinos y vecinas nos necesitan”, afirma.

EL ALCALDE DE TELDE TRASLADA EL PÉSAME A LA FAMILIA DEL NIÑO FALLECIDO

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El alcalde de Telde, Héctor Suárez, ha trasladado este su pésame y el de todo el Ayuntamiento a familia del niño de ocho años que falleció en la pasada noche al atragantarse cuando comía en un chiringuito de las Fiestas de San Juan Bautista.

En declaraciones a los medios de comunicación, el primer edil explicó que se estuvo intentando reanimar al menor durante unos 45 minutos sin éxito, por lo que se tuvo que confirmar el fallecimiento del pequeño que hubiera cumplido nueve años en diciembre. Por su parte, el alcalde señaló que el menor estaba con sus padres en las Fiestas de San Juan cuando se atragantó y que el lugar contaba con el dispositivo habitual de Policía Local, Protección Civil y ambulancia, siendo asistidos por médicos especializados antes de los cuatro minutos, aunque la situación fue irreversible.

«De forma inmediata el Ayuntamiento suspendió todos los actos e hicimos un decreto para declarar dos días de luto oficial, por lo que las banderas ondearán a media asta y se suspenderán todos los actos lúdicos, festivos y culturales programadas en las estas», dijo. Suárez quiso transmitir así a la familia y amigos del niño su pésame y el de toda la Corporación por este triste hecho. «Estamos consternados –resaltó– y muy afectados».

«El día que Asier Antona se cortó las venas»

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Lo que a continuación se narra es la historia de cómo un partido político tuvo la oportunidad de gobernar Canarias, pero dejó pasar el tren hasta en tres ocasiones. Nadie entendió por qué su máximo dirigente parecía empeñado en boicotear a su propia formación y para cuando los que estaban por encima de él tomaron cartas en el asunto, como suele ocurrir, era ya demasiado tarde y Asier Antona –en sentido metafórico– había cortado las venas del Partido Popular. Porque, sí, esta es la historia de un suicidio político. El del hombre que pudo presidir Canarias y ahora tendrá que conformarse con continuar calentando un simple escaño en la oposición mientras en su partido suenan tambores de guerra por lo que consideran una deslealtad inaudita.

El primer capítulo de esta historia se escribe mucho antes de las elecciones del pasado 26 de mayo; antes incluso de la cita del 28 de abril, donde el PP comenzó su calvario electoral. Hay que remontarse a los meses de junio y julio de 2017, cuando populares y nacionalistas iniciaban una negociación para formar un gobierno de coalición que tendría el apoyo externo de la Agrupación Socialista Gomera. Apenas seis meses antes, Coalición Canaria había roto su pacto con el Partido Socialista para continuar gobernando en solitario. Por ese entonces, la sintonía entre CC, PP y ASG había permitido garantizar la aprobación de la ley del Suelo, el proyecto estrella del Ejecutivo nacionalista. Cuando el acuerdo estaba prácticamente cerrado, el líder popular abortó la entrada en el Gobierno. La excusa fue la negativa de CC a acometer una rebaja del IGIC –que un año después llegaría vía Presupuestos de la Comunidad Autónoma–.

En lugar de entrar en el Gobierno, Antona prefirió prestar un soporte externo al Ejecutivo –apoyó las cuentas de los dos años siguientes, así como otras iniciativas promovidas por Clavijo– a integrarse en el Consejo de Gobierno y hacer lo mismo pero desde el poder. Renunció a rentabilizar la visibilidad que otorga manejar el presupuesto público. Nadie lo entendió.

El segundo gran error del líder del PP canario fue el diseño y la ejecución de la campaña electoral. Quizá por necesidad de demostrar su independencia, Asier Antona puso al frente de esa tarea, la más importante a la que se enfrenta una formación política cada cuatro años, a Ángel Llanos, a quien José Manuel Soria había apartado de cualquier cargo con un mínimo de responsabilidad varios años antes de dejar la presidencia del partido. Muchos interpretaron la decisión como una provocación. Lo fuera o no, lo cierto es que la campaña se reveló desastrosa –incapaz de marcar la agenda y con candidatos prácticamente desaparecidos de cualquier debate publico– y cosechó los peores resultados del PP canario en su historia más reciente. La formación conservadora perdió seis senadores y tres escaños en el Congreso en abril y, en mayo, un diputado regional en un Parlamento de Canarias que incrementaba en diez asientos su composición.

En 1999, José Miguel Bravo de Laguna presentaba su dimisión como presidente regional del PP la misma noche de las elecciones, después de cosechar unos malos resultados –el partido mantuvo la misma cuota de poder que había logrado cuatro años antes– y dio paso a la era de José Manuel Soria. El sucesor de este último, con unos resultados infinitamente peores, no sólo no pensó en dimitir sino que tuvo –por segunda vez– la oportunidad de entrar a formar parte del Gobierno. No ya como vicepresidente, sino liderándolo. Y, de nuevo, lo volvió a frustrar.

El pasado 26 de mayo, las urnas otorgaron a la suma de CC, PP y ASG 34 escaños, dos por debajo de la mayoría absoluta. Ciudadanos podía completar la suma que diera el poder a los socios que ya habían sostenido al Ejecutivo durante los dos años y medio anteriores. Sin embargo –y a pesar de las llamadas de atención de la dirección nacional de los populares– Antona se empeñó en proclamar que disponía de libertad absoluta para explorar cualquier clase de pacto y, de la mano con Ciudadanos, pretendía dejarse querer por el PSOE. Partido con el que llegó a acuerdos en Lanzarote y coqueteó en La Palma, sembrando la desconfianza en los nacionalistas y disparando las alarmas en la sede de Génova, donde no olvidan el apoyo del político palmero a Soraya Sáenz de Santamaría en su lucha con el actual presidente, Pablo Casado, por liderar el partido.

A pesar de todo ello, el acuerdo pudo cerrarse el viernes 14 de junio, tras una cumbre celebrada en el palacete presidencial de Ciudad Jardín, en la que también estuvo presente el líder de NC, dispuesto a contribuir a la investidura con una abstención. El pacto otorgaba a Antona la Presidencia, pero, de nuevo, utilizó el veto de Ciudadanos –que estaba ya prácticamente superado– a la presencia de Fernando Clavijo en el Ejecutivo, así como una mayor demanda de cargos en el Gobierno para dinamitarlo. Segunda oportunidad perdida. El PP entra en pánico y, tras la constitución de los ayuntamientos, arranca una frenética operación, con José Manuel Soria en la trastienda, para reconducir la negociación. Mientras, el bloque de izquierdas –que veía la Presidencia perdida– se rearma.

Cuatro días de negociaciones frenéticas y al más alto nivel –con la presencia de los números dos y tres del PP, Teodoro García Egea y Javier Maroto, el jueves en Gran Canaria–, culminan con la última oferta de los nacionalistas: Fernando Clavijo da un paso a un lado y abandona el Gobierno, cuya presidencia ceden a los populares siempre que lo lidere la número dos del partido en las Islas, Australia Navarro. A cambio, Antona –del que a esas alturas ya no se fiaba nadie– desempeñaría un papel “relevante” en ese Ejecutivo, si bien no ha trascendido el cargo concreto. Casimiro Curbelo, cuya lealtad estaba con Clavijo, a quien considera un amigo personal, dio el visto bueno al acuerdo a petición de este último. Y el PP, con García Egea y Maroto comandando las negociaciones, aceptó el trato. Al cumplir sus dos condiciones –Presidencia para un partido no nacionalista y ausencia de investigados judicialmente en el Consejo de Gobierno–, Cs también apoyaba la solución. Asier Antona, no.

Ese mismo jueves, minutos antes de que Curbelo se reuniera con el bloque de izquierdas –tenía previsto hacer lo propio horas después con el secretario general de CC, José Manuel Barragán, para firmar el acuerdo de centro-derecha–, recibió una llamada de Antona que lo reventó todo. “Yo y otros diputados del PP como Fernando Enseñat, Carlos Ester, Lorena Hernández y José Manuel García Casañas votaremos en contra de Australia Navarro en una sesión de investidura”, le vino a decir el líder de los populares canarios que, ajeno a las frenéticas negociaciones que se habían desarrollado durante toda la jornada, había pasado la mañana en la primera conferencia que pronunciaba Mariano Rajoy tras su salida del Gobierno, hace ya algo más de un año. La pataleta del palmero colmó la paciencia de Curbelo, que aceptó la oferta del PSOE para investir presidente a Ángel Víctor Torres. Y lo que ocurrió después es ya historia.

La desconfianza que había ido filtrándose entre los dirigentes del PP canario a lo largo de las últimas semanas se ha convertido en una herida que ha abierto el partido por la mitad ante lo que casi todos consideran un gesto de deslealtad inaudito. De hecho, los propios García Egea y Maroto reconocieron ante el todavía jefe del Ejecutivo en funciones que fue más leal al pacto Fernando Clavijo –que había decidido sacrificarse para asegurar el buen fin del acuerdo– que su propio candidato. El PP canario que, por tres veces, pudo gobernar acaba la negociación en la oposición parlamentaria, sin apenas poder en los grandes ayuntamientos y cabildos y dejando al partido sumido en la mayor crisis interna de los últimos años. Todos señalan una política desastrosa, fruto de las inexplicables decisiones de su líder, como la causa de lo ocurrido. Y, mientras Génova medita cuál será el futuro político de un Asier Antona desaparecido desde su traición, José Manuel Soria afila la navaja.

Canariasenhora.com (Ruymán J. Jiménez)

EL DÍA QUE ASIER ANTONA SE CORTÓ LAS VENAS

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Lo que a continuación se narra es la historia de cómo un partido político tuvo la oportunidad de gobernar Canarias, pero dejó pasar el tren hasta en tres ocasiones. Nadie entendió por qué su máximo dirigente parecía empeñado en boicotear a su propia formación y para cuando los que estaban por encima de él tomaron cartas en el asunto, como suele ocurrir, era ya demasiado tarde y Asier Antona –en sentido metafórico– había cortado las venas del Partido Popular. Porque, sí, esta es la historia de un suicidio político. El del hombre que pudo presidir Canarias y ahora tendrá que conformarse con continuar calentando un simple escaño en la oposición mientras en su partido suenan tambores de guerra por lo que consideran una deslealtad inaudita.

El primer capítulo de esta historia se escribe mucho antes de las elecciones del pasado 26 de mayo; antes incluso de la cita del 28 de abril, donde el PP comenzó su calvario electoral. Hay que remontarse a los meses de junio y julio de 2017, cuando populares y nacionalistas iniciaban una negociación para formar un gobierno de coalición que tendría el apoyo externo de la Agrupación Socialista Gomera. Apenas seis meses antes, Coalición Canaria había roto su pacto con el Partido Socialista para continuar gobernando en solitario. Por ese entonces, la sintonía entre CC, PP y ASG había permitido garantizar la aprobación de la ley del Suelo, el proyecto estrella del Ejecutivo nacionalista. Cuando el acuerdo estaba prácticamente cerrado, el líder popular abortó la entrada en el Gobierno. La excusa fue la negativa de CC a acometer una rebaja del IGIC –que un año después llegaría vía Presupuestos de la Comunidad Autónoma–.

En lugar de entrar en el Gobierno, Antona prefirió prestar un soporte externo al Ejecutivo –apoyó las cuentas de los dos años siguientes, así como otras iniciativas promovidas por Clavijo– a integrarse en el Consejo de Gobierno y hacer lo mismo pero desde el poder. Renunció a rentabilizar la visibilidad que otorga manejar el presupuesto público. Nadie lo entendió.

El segundo gran error del líder del PP canario fue el diseño y la ejecución de la campaña electoral. Quizá por necesidad de demostrar su independencia, Asier Antona puso al frente de esa tarea, la más importante a la que se enfrenta una formación política cada cuatro años, a Ángel Llanos, a quien José Manuel Soria había apartado de cualquier cargo con un mínimo de responsabilidad varios años antes de dejar la presidencia del partido. Muchos interpretaron la decisión como una provocación. Lo fuera o no, lo cierto es que la campaña se reveló desastrosa –incapaz de marcar la agenda y con candidatos prácticamente desaparecidos de cualquier debate publico– y cosechó los peores resultados del PP canario en su historia más reciente. La formación conservadora perdió seis senadores y tres escaños en el Congreso en abril y, en mayo, un diputado regional en un Parlamento de Canarias que incrementaba en diez asientos su composición.

En 1999, José Miguel Bravo de Laguna presentaba su dimisión como presidente regional del PP la misma noche de las elecciones, después de cosechar unos malos resultados –el partido mantuvo la misma cuota de poder que había logrado cuatro años antes– y dio paso a la era de José Manuel Soria. El sucesor de este último, con unos resultados infinitamente peores, no sólo no pensó en dimitir sino que tuvo –por segunda vez– la oportunidad de entrar a formar parte del Gobierno. No ya como vicepresidente, sino liderándolo. Y, de nuevo, lo volvió a frustrar.

El pasado 26 de mayo, las urnas otorgaron a la suma de CC, PP y ASG 34 escaños, dos por debajo de la mayoría absoluta. Ciudadanos podía completar la suma que diera el poder a los socios que ya habían sostenido al Ejecutivo durante los dos años y medio anteriores. Sin embargo –y a pesar de las llamadas de atención de la dirección nacional de los populares– Antona se empeñó en proclamar que disponía de libertad absoluta para explorar cualquier clase de pacto y, de la mano con Ciudadanos, pretendía dejarse querer por el PSOE. Partido con el que llegó a acuerdos en Lanzarote y coqueteó en La Palma, sembrando la desconfianza en los nacionalistas y disparando las alarmas en la sede de Génova, donde no olvidan el apoyo del político palmero a Soraya Sáenz de Santamaría en su lucha con el actual presidente, Pablo Casado, por liderar el partido.

A pesar de todo ello, el acuerdo pudo cerrarse el viernes 14 de junio, tras una cumbre celebrada en el palacete presidencial de Ciudad Jardín, en la que también estuvo presente el líder de NC, dispuesto a contribuir a la investidura con una abstención. El pacto otorgaba a Antona la Presidencia, pero, de nuevo, utilizó el veto de Ciudadanos –que estaba ya prácticamente superado– a la presencia de Fernando Clavijo en el Ejecutivo, así como una mayor demanda de cargos en el Gobierno para dinamitarlo. Segunda oportunidad perdida. El PP entra en pánico y, tras la constitución de los ayuntamientos, arranca una frenética operación, con José Manuel Soria en la trastienda, para reconducir la negociación. Mientras, el bloque de izquierdas –que veía la Presidencia perdida– se rearma.

Cuatro días de negociaciones frenéticas y al más alto nivel –con la presencia de los números dos y tres del PP, Teodoro García Egea y Javier Maroto, el jueves en Gran Canaria–, culminan con la última oferta de los nacionalistas: Fernando Clavijo da un paso a un lado y abandona el Gobierno, cuya presidencia ceden a los populares siempre que lo lidere la número dos del partido en las Islas, Australia Navarro. A cambio, Antona –del que a esas alturas ya no se fiaba nadie– desempeñaría un papel «relevante» en ese Ejecutivo, si bien no ha trascendido el cargo concreto. Casimiro Curbelo, cuya lealtad estaba con Clavijo, a quien considera un amigo personal, dio el visto bueno al acuerdo a petición de este último. Y el PP, con García Egea y Maroto comandando las negociaciones, aceptó el trato. Al cumplir sus dos condiciones –Presidencia para un partido no nacionalista y ausencia de investigados judicialmente en el Consejo de Gobierno–, Cs también apoyaba la solución. Asier Antona, no.

Ese mismo jueves, minutos antes de que Curbelo se reuniera con el bloque de izquierdas –tenía previsto hacer lo propio horas después con el secretario general de CC, José Manuel Barragán, para firmar el acuerdo de centro-derecha–, recibió una llamada de Antona que lo reventó todo. «Yo y otros diputados del PP como Fernando Enseñat, Carlos Ester, Lorena Hernández y José Manuel García Casañas votaremos en contra de Australia Navarro en una sesión de investidura», le vino a decir el líder de los populares canarios que, ajeno a las frenéticas negociaciones que se habían desarrollado durante toda la jornada, había pasado la mañana en la primera conferencia que pronunciaba Mariano Rajoy tras su salida del Gobierno, hace ya algo más de un año. La pataleta del palmero colmó la paciencia de Curbelo, que aceptó la oferta del PSOE para investir presidente a Ángel Víctor Torres. Y lo que ocurrió después es ya historia.

La desconfianza que había ido filtrándose entre los dirigentes del PP canario a lo largo de las últimas semanas se ha convertido en una herida que ha abierto el partido por la mitad ante lo que casi todos consideran un gesto de deslealtad inaudito. De hecho, los propios García Egea y Maroto reconocieron ante el todavía jefe del Ejecutivo en funciones que fue más leal al pacto Fernando Clavijo –que había decidido sacrificarse para asegurar el buen fin del acuerdo– que su propio candidato. El PP canario que, por tres veces, pudo gobernar acaba la negociación en la oposición parlamentaria, sin apenas poder en los grandes ayuntamientos y cabildos y dejando al partido sumido en la mayor crisis interna de los últimos años. Todos señalan una política desastrosa, fruto de las inexplicables decisiones de su líder, como la causa de lo ocurrido. Y, mientras Génova medita cuál será el futuro político de un Asier Antona desaparecido desde su traición, José Manuel Soria afila la navaja.

Canariasenhora.com (Ruymán J. Jiménez)

RED DE VIGILANCIA CIUDADANA ANTIRROBOS EN LA ESTRELLA

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Los vecinos de este sector de La Garita decidieron ayer en una asamblea en la calle reflotar la asociación que los representaba. Agradecen el esfuerzo de la Policía Nacional y piden más de la Local.

Los vecinos de La Estrella, un sector poblacional situado en el lado norte de La Garita, se reunieron este sábado en una asamblea celebrada en la misma calle para consensuar un posible plan de acción frente a los robos que dicen estar sufriendo en el barrio. Y una de las medidas acordadas pasa por crear una especie de red de vigilancia ciudadana. Pactaron habilitar mejores canales de comunicación e información entre los vecinos para alertarse de movimientos sospechosos en torno a sus casas o de la presencia de individuos desconocidos. Con esa idea organizarán grupos de wasap para cada calle, al margen de mantener uno comunitario y general.

Los residentes se quejan de que en los últimos meses han sido víctimas de lo que entienden que es una oleada de robos. Solo en lo que va de junio, y por los datos y experiencias personales que ayer compartió la treintena de personas que se reunieron en un solar, han sufrido entre 7 y 10 robos o intentos de robo. A la Policía Nacional les consta ese número aproximado de hechos denunciados, pero en todo el año, no en junio.

El encuentro de este sábado les permitió además ponerse caras unos a otros y reconocerse a partir de ahora como miembros de una comunidad, por lo que también decidieron que para garantizar la defensa de sus derechos e intereses como barrio se hace necesario reflotar la asociación de vecinos Urbanización Los Vientos de La Estrella. Creen que a través de ella pueden canalizar mejor las demandas de este barrio de cara sobre todo a las instituciones, como el Ayuntamiento o los cuerpos policiales.

Seguridad privada

Aunque no descartan la posibilidad de llegar a contratar a una empresa de seguridad privada, para que vigile las calles al más puro y estilo de las que existen en los polígonos industriales, los vecinos mostraron su confianza en la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en particular, de la Policía Nacional, de la que les consta sus esfuerzos porque patrulla la zona e investiga cada caso denunciado. Aún así, creen que hacen falta más, sobre todo de la Policía Local, a la que reclaman más apoyo aun cuando saben que tiene serias limitaciones de plantilla.

Canarias7

FALLECE UN NIÑO ATRAGANTADO EN LAS FIESTAS DE SAN JUAN DE TELDE

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Un menor de 8 años de edad ha fallecido esta medianoche cuando comía en un chiringuito de las fiestas de San Juan que se celebra en Telde. El Ayuntamiento ha suspendido todos los actos en señal de luto. Según fuentes municipales el niño se atragantó con un perrito caliente y fue imposible hacer nada para salvarle la vida.

Los hechos sucedieron sobre las 12.30 de la noche en los chiringuitos instalados en la zona de la Hoya de San Juan. El menor, que estaba acompañado de su padre, se comía un perrito caliente cuando, de forma inesperada, se atragantó al primer bocado.

Al menos dos ambulancias del Servicio de Urgencias Canario, una medicalizada y otra de soporte vital básico acudieron al lugar de los hechos sin que pudiesen hacer nada para salvar su vida. El equipo forense certificó su fallecimiento a las 01.00 horas de la madrugada y el cadáver fue levantado por el juez de guardia a las

2.45 horas.

El padre del menor, vecino del barrio teldense de Las Remudas, sufrió un fuerte shock ante la muerte de su hijo y tuvo que ser contenido a la fuerza por los agentes que prestaban servicio en ese momento.

Testigos del suceso han relatado que el menor se encontraba con sus padres y con otros miembros de la familia disfrutando de las atracciones instaladas en la Hoya de San Pedro en las proximidades de El Cubillo cuando se atragantó.

En esos momentos se estaba celebrando una verbena joven en la plaza de San Juan que fue suspendida al conocerse el hecho. El mismo concejal de festejos del Ayuntamiento de Telde ha comunicado que se suspenden todos los actos que se iban a celebrar en las próximas horas, tanto los previstos para hoy domingo como para mañana, día de San Juan. El Ayuntamiento de Telde ha declarado 48 horas de luto oficial.

Canarias7