«¿Y Nueva Canarias, qué…?»

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Nueva Canarias se enfrenta a uno de los momentos más delicados de toda su historia. A pesar de haber cosechado unos resultados decepcionantes a nivel autonómicos –perdió más de 13.000 votos con respecto a 2015–, la formación de Román Rodríguez podría entrar en el Gobierno regional y mantener el poder en sus principales feudos grancanarios –Cabildo, Telde o Santa Lucía– si el socialista Ángel Víctor Torres consigue amarrar su ansiado pacto progresista. Sin embargo, el buen fin de esa operación no está en manos de ninguna de estas dos formaciones. Si finalmente ese acuerdo no fragua y triunfa el pacto de centro derecha pretendido por Coalición Canaria, la pregunta es clara: ¿Qué futuro le espera a Nueva Canarias

Al igual que Ciudadanos, Nueva Canarias (NC) se juega en las negociaciones del próximo gobierno el todo o la nada. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con la formación naranja, que tiene en su mano dar al pacto de centro derecha la mayoría absoluta de la Cámara regional a cambio de entrar en el Gobierno, el partido de Román Rodríguez carece de cualquier control de la situación. Su futuro político inmediato depende exclusivamente de la decisión que tome Ciudadanos y hacia dónde decante este partido el pacto de gobierno. Tanto la propuesta encabezada por Torres (PSOE-NC-Podemos) como la liderada por el nacionalista Fernando Clavijo (CC-PP-ASG) sumarían 34 votos, dos por debajo de la nueva mayoría absoluta de la Cámara autonómica. Una negativa de los de Rivera a apoyar el pacto encabezado por los nacionalistas desencadenaría el giro automático de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) hacia la propuesta del PSOE y garantizaría a Román Rodríguez el regreso al Ejecutivo regional 16 años después de haberlo liderado.

Ese pacto, además, permitiría además a NC permitiría retener el poder en sus principales baluartes grancanarios, gracias a los apoyos cruzados que quedarían atados en ese acuerdo entre socialistas y nacionalistas. El triunfo de la opción encabezada por Fernando Clavijo, en cambio, lo condenaría a la oposición en el Parlamento y, casi con total seguridad, en el Cabildo de Gran Canaria y los municipios de Telde o Santa Lucía de Tirajana, hasta ahora grandes baluartes de la formación de Rodríguez, que quedaría así casi condenada al ostracismo político en la isla que ha sido su principal granero de votos desde su nacimiento, fruto de una escisión de CC en 2005. Las probabilidades de que este escenario se produzca son muy altas y, de confirmarse, la situación de NC se convertiría en crítica.

Román Rodríguez es consciente de ello. Por eso, no solo no se ha negado a participar en la ronda de negociaciones, de momento ‘oficiosas’, abierta por CC para conformar su mayoría de centro derecha, sino que estaría dispuesto a prestar su apoyo a ese pacto entre nacionalistas, populares, gomeros y Ciudadanos. Así como su integración en el liderado por Torres es necesaria para alcanzar la mayoría absoluta –y, de hecho, se da ya por supuesta–, la participación de NC en el encabezado por Clavijo no es ni determinante ni necesaria. Sin embargo, un apoyo de los cinco diputados de Rodríguez a la investidura del nacionalista y a algunas de sus principales iniciativas parlamentarias, daría aún más estabilidad al Ejecutivo canario en los próximos cuatro años.

A cambio de ese apoyo externo –la entrada de NC en el Ejecutivo quedaría prácticamente descartada– Rodríguez se garantizaría los apoyos suficientes para mantener los gobiernos locales que los votos de CC y PP podrían decantar hacia un PSOE liberado de lealtades tras fracasar su opción de gobierno y que condenarían a la formación a perder casi toda su cuota de poder en Gran Canaria, después de cosechar unos resultados decepcionantes en las dos últimas citas con las urnas.

En las Elecciones Generales del 28 de abril, NC fue incapaz de rentabilizar los logros de Pedro Quevedo como ‘diputado 176′ de la pasada legislatura y se quedó sin representación tanto en el Congreso como en el Senado. El 26 de mayo las cosas no mejoraron y la formación se dejó más de 13.000 votos en los comicios autonómicos –alrededor de 8.250 sólo en Gran Canaria– y perdió importantes apoyos en los que hasta ahora habían sido sus principales feudos en esa isla. Aunque mantiene los cinco diputados que tenía en la anterior legislatura lo hace gracias al conseguido en nueva lista regional. Si el análisis se efectúa solo sobre las circunscripciones regionales su presencia parlamentaria se limitaría a cuatro actas, una menos que cuatro años atrás.

En el Cabildo de Gran Canaria, la principal corporación en la que gobernaban, el descalabro es aún mayor. La lista liderada por Antonio Morales no solo se deja casi 10.500 votos con respecto a 2015 –lo que le hace perder un consejero–, sino que a duras penas se impone a la liderada por el socialista Luis Ibarra por una diferencia de algo más de 4.500 votos, con la que empata a ocho actas, lo que abre la puerta a un pacto entre PSOE, PP y CC o Cs que podría desalojar a Morales de la Presidencia.

Algo similar ocurre en otros municipios de capital importancia para NC como Telde o Santa Lucía de Tirajana. En el primero, a pesar de ganar unos 600 votos y un concejal más –gracias al incremento de la abstención en casi 7,7 puntos–, se queda muy lejos de una mayoría absoluta que solo podría garantizarle un pacto con el PSOE o el apoyo de CC y PP. En Santa Lucía, en cambio, la situación es mucho más sangrante, ya que pierde el 40,85% de los votos –4.412 menos que en 2015– y cinco de los doce ediles que poseía, con lo que un nuevo mandato de Dunia González queda prácticamente descartado. Al margen de estos dos municipios, la formación de Román Rodríguez solo consigue mayorías relativas en Firgas –donde pierde votos, pero se beneficia del incremento de la abstención– y Teror. En otros ayuntamientos, como Mogán o Agaete el castigo de los electores es severo.

De hecho, NC solo se impone con claridad en dos municipios de la Isla: Gáldar y Agüimes, en los que ni siquiera concurre como Nueva Canarias, sino bajo el paraguas de sus dos socios locales más potentes, Bloque Rural del Norte y Roque Aguayro –formación a la que pertenece Antonio Morales–, respectivamente. Perder las alcaldías en el resto de consistorios podría suponer un duro golpe no solo para el futuro de la formación, sino para el liderazgo de su presidente, de ahí que Román Rodríguez negocie un eventual apoyo al Ejecutivo de Clavijo, con el que ganar oxigeno y tiempo para recomponerse en Gran Canaria, isla que hasta ahora había sostenido su proyecto político y que ahora comienza a dar síntomas de agotamiento. Con una negociación paralela con PSOE y CC, Rodríguez no solo pretende nadar y guardar la ropa para protegerse ante un posible fracaso de la opción progresista, sino que, con un panorama tan abierto, demuestra que el buen fin de esa opción no está en manos de Torres. Y, precisamente por ello, nadie se fía de que logre hacerla cristalizar.

Canariasenhora.com (Ruymán J. Jiménez)

¿Y NUEVA CANARIAS, QUÉ…?

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Nueva Canarias se enfrenta a uno de los momentos más delicados de toda su historia. A pesar de haber cosechado unos resultados decepcionantes a nivel autonómicos –perdió más de 13.000 votos con respecto a 2015–, la formación de Román Rodríguez podría entrar en el Gobierno regional y mantener el poder en sus principales feudos grancanarios –Cabildo, Telde o Santa Lucía– si el socialista Ángel Víctor Torres consigue amarrar su ansiado pacto progresista. Sin embargo, el buen fin de esa operación no está en manos de ninguna de estas dos formaciones. Si finalmente ese acuerdo no fragua y triunfa el pacto de centro derecha pretendido por Coalición Canaria, la pregunta es clara: ¿Qué futuro le espera a Nueva Canarias

Al igual que Ciudadanos, Nueva Canarias (NC) se juega en las negociaciones del próximo gobierno el todo o la nada. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con la formación naranja, que tiene en su mano dar al pacto de centro derecha la mayoría absoluta de la Cámara regional a cambio de entrar en el Gobierno, el partido de Román Rodríguez carece de cualquier control de la situación. Su futuro político inmediato depende exclusivamente de la decisión que tome Ciudadanos y hacia dónde decante este partido el pacto de gobierno. Tanto la propuesta encabezada por Torres (PSOE-NC-Podemos) como la liderada por el nacionalista Fernando Clavijo (CC-PP-ASG) sumarían 34 votos, dos por debajo de la nueva mayoría absoluta de la Cámara autonómica. Una negativa de los de Rivera a apoyar el pacto encabezado por los nacionalistas desencadenaría el giro automático de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) hacia la propuesta del PSOE y garantizaría a Román Rodríguez el regreso al Ejecutivo regional 16 años después de haberlo liderado.

Ese pacto, además, permitiría además a NC permitiría retener el poder en sus principales baluartes grancanarios, gracias a los apoyos cruzados que quedarían atados en ese acuerdo entre socialistas y nacionalistas. El triunfo de la opción encabezada por Fernando Clavijo, en cambio, lo condenaría a la oposición en el Parlamento y, casi con total seguridad, en el Cabildo de Gran Canaria y los municipios de Telde o Santa Lucía de Tirajana, hasta ahora grandes baluartes de la formación de Rodríguez, que quedaría así casi condenada al ostracismo político en la isla que ha sido su principal granero de votos desde su nacimiento, fruto de una escisión de CC en 2005. Las probabilidades de que este escenario se produzca son muy altas y, de confirmarse, la situación de NC se convertiría en crítica.

Román Rodríguez es consciente de ello. Por eso, no solo no se ha negado a participar en la ronda de negociaciones, de momento ‘oficiosas’, abierta por CC para conformar su mayoría de centro derecha, sino que estaría dispuesto a prestar su apoyo a ese pacto entre nacionalistas, populares, gomeros y Ciudadanos. Así como su integración en el liderado por Torres es necesaria para alcanzar la mayoría absoluta –y, de hecho, se da ya por supuesta–, la participación de NC en el encabezado por Clavijo no es ni determinante ni necesaria. Sin embargo, un apoyo de los cinco diputados de Rodríguez a la investidura del nacionalista y a algunas de sus principales iniciativas parlamentarias, daría aún más estabilidad al Ejecutivo canario en los próximos cuatro años.

A cambio de ese apoyo externo –la entrada de NC en el Ejecutivo quedaría prácticamente descartada– Rodríguez se garantizaría los apoyos suficientes para mantener los gobiernos locales que los votos de CC y PP podrían decantar hacia un PSOE liberado de lealtades tras fracasar su opción de gobierno y que condenarían a la formación a perder casi toda su cuota de poder en Gran Canaria, después de cosechar unos resultados decepcionantes en las dos últimas citas con las urnas.

En las Elecciones Generales del 28 de abril, NC fue incapaz de rentabilizar los logros de Pedro Quevedo como ‘diputado 176’ de la pasada legislatura y se quedó sin representación tanto en el Congreso como en el Senado. El 26 de mayo las cosas no mejoraron y la formación se dejó más de 13.000 votos en los comicios autonómicos –alrededor de 8.250 sólo en Gran Canaria– y perdió importantes apoyos en los que hasta ahora habían sido sus principales feudos en esa isla. Aunque mantiene los cinco diputados que tenía en la anterior legislatura lo hace gracias al conseguido en nueva lista regional. Si el análisis se efectúa solo sobre las circunscripciones regionales su presencia parlamentaria se limitaría a cuatro actas, una menos que cuatro años atrás.

En el Cabildo de Gran Canaria, la principal corporación en la que gobernaban, el descalabro es aún mayor. La lista liderada por Antonio Morales no solo se deja casi 10.500 votos con respecto a 2015 –lo que le hace perder un consejero–, sino que a duras penas se impone a la liderada por el socialista Luis Ibarra por una diferencia de algo más de 4.500 votos, con la que empata a ocho actas, lo que abre la puerta a un pacto entre PSOE, PP y CC o Cs que podría desalojar a Morales de la Presidencia.

Algo similar ocurre en otros municipios de capital importancia para NC como Telde o Santa Lucía de Tirajana. En el primero, a pesar de ganar unos 600 votos y un concejal más –gracias al incremento de la abstención en casi 7,7 puntos–, se queda muy lejos de una mayoría absoluta que solo podría garantizarle un pacto con el PSOE o el apoyo de CC y PP. En Santa Lucía, en cambio, la situación es mucho más sangrante, ya que pierde el 40,85% de los votos –4.412 menos que en 2015– y cinco de los doce ediles que poseía, con lo que un nuevo mandato de Dunia González queda prácticamente descartado. Al margen de estos dos municipios, la formación de Román Rodríguez solo consigue mayorías relativas en Firgas –donde pierde votos, pero se beneficia del incremento de la abstención– y Teror. En otros ayuntamientos, como Mogán o Agaete el castigo de los electores es severo.

De hecho, NC solo se impone con claridad en dos municipios de la Isla: Gáldar y Agüimes, en los que ni siquiera concurre como Nueva Canarias, sino bajo el paraguas de sus dos socios locales más potentes, Bloque Rural del Norte y Roque Aguayro –formación a la que pertenece Antonio Morales–, respectivamente. Perder las alcaldías en el resto de consistorios podría suponer un duro golpe no solo para el futuro de la formación, sino para el liderazgo de su presidente, de ahí que Román Rodríguez negocie un eventual apoyo al Ejecutivo de Clavijo, con el que ganar oxigeno y tiempo para recomponerse en Gran Canaria, isla que hasta ahora había sostenido su proyecto político y que ahora comienza a dar síntomas de agotamiento. Con una negociación paralela con PSOE y CC, Rodríguez no solo pretende nadar y guardar la ropa para protegerse ante un posible fracaso de la opción progresista, sino que, con un panorama tan abierto, demuestra que el buen fin de esa opción no está en manos de Torres. Y, precisamente por ello, nadie se fía de que logre hacerla cristalizar.

Canariasenhora.com (Ruymán J. Jiménez)

MÁS POR TELDE Y NUEVA CANARIAS SE ABRAZAN CAMINO DE LA OPOSICIÓN

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Nueva Canarias (NC) y Más por Telde (MxT)buscan alternativas al pacto cuatripartito que se está configurando en torno a Alejandro Ramos, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)para que este se convierta en alcalde el 15 de junio. Un acuerdo de gobierno de los socialistas con otras tres fuerzas políticas que oficialmente no ha dado sus primeros pasos a la espera de queCarmen Hernández, alcaldesa en funciones y candidata del partido más votado en las elecciones del pasado 26 de mayo, finalizara su ronda de contactos con el resto de fuerzas políticas para intentar la formación de una mayoría que le permita renovar el cargo.

Carmen Hernández y Juan Francisco Artiles, candidato de MxT, exponen en un comunicado conjunto al término de la reunión mantenida ayer, que «ambas organizaciones comparten una enorme preocupación por el escenario político que se está dibujando y al margen de las discrepancias y desde un profundo sentido de la responsabilidad, se sienten obligados a explorar vías de entendimiento por el bien de la ciudadanía teldense, por lo que mantendrán abierto el diálogo».

Hernández y Artiles analizaron durante su encuentro, que ambos han calificado de cordial, los resultados electorales y la actual situación del municipio. Los dos partidos suman 10 concejales, -ocho los nacionalistas y dos el partido ciudadano- cuatro menos de la mayoría absoluta necesaria para gobernar en el mandato 2019-2023, por lo que tendrán que negociar con uno o dos partidos más para conformar una alternativa que supere a la de Alejandro Ramos Guerra.

El secretario general del PSOE de Telde cuenta con el apoyo de Coalición Canaria (CC), Ciudadanos para el Cambio (Ciuca) y Partido Popular, que fue invitado este martes a entrar en un hipotético gobierno cuatripartito. Invitación que se produjo después de que las conversaciones con Más por Telde -hasta en tres ocasiones, según fuentes del entorno del líder socialista- no fructificaran por las peticiones de áreas y concejalías de Artiles.

Una circunstancia que, según las mismas fuentes, no se entiende porque el dirigente de MxT «fue de los primeros, sino el primero de los políticos que anunciaron su apoyo público a Alejandro Ramos la misma noche electoral e incluso expuso su predisposición a colaborar con su entrada en el nuevo gobierno o desde la oposición». Juan Francisco Artiles, preguntado por este periódico sobre su cambio de posicionamiento, declinó hacer declaraciones, si bien en una televisión local señaló que no había mantenido ninguna reunión con los integrantes del cuatripartito.

No obstante, los portavoces de los partidos que apoyan a Ramos optaron por no darle importancia a este giro de MxT a última hora y descartaron pronunciarse, al tiempo que mantienen su deseo de dar un gobierno estable y con otra forma de hacer política.

De hecho, fuentes de Coalición Canaria descartan que se produzca un cambio de opinión sobre la idoneidad de un acuerdo de gestión con los socialistas, Ciuca y Partido Popular. Así, explican que «que hay que recordar que en nuestro consejo nacional se aprobó que los ayuntamientos quedaban fuera de la negociaciones de los pactos del Cabildo de Gran Canaria o el Gobierno regional, no habrá pactos en cascada en Telde».

Fuentes del entorno de estos partidos opinan que la presión a la que les someterán será intensa por Nueva Canarias para evitar que cambie el equipo de gobierno en el Ayuntamiento, «pero es algo que sabíamos que pasaría porque creen que pueden inclinar la balanza con otros pactos’.

Hoy está previsto, después de varios aplazamientos, el anuncio oficial del inicio de las conversaciones entre los cuatro partidos y la constitución de la mesa negociadora que marque la hoja de ruta para definir las líneas de gobierno y la distribución de las áreas para cada partido.

El próximo jueves, después de que las asambleas generales de los partidos den su conformidad a lo que acuerden, se prevé que presenten en sociedad el programa de gobierno para el cuatrienio 2019-2023. Dos días después, el sábado, 15 de junio, en la toma de posesión de la nueva corporación, se podrá comprobar si Alejandro Ramos Guerra se convierte en el segundo alcalde socialista de Telde y el primero después de la restauración de la democracia.

Asimismo, otras fuentes exponen que «en ese pleno veremos si Más por Telde cumple lo anunciado sobre su apoyo a la investidura, ya que entendemos que las dos concejales de Unidas Podemos se voten ellas porque han dicho que no apoyarían un pacto donde estén Coalición Canaria, Ciuca y Partido Popular, justamente tres de las fuerza políticas que lo conforman».

El escenario político que se presenta continúa sin cambios y a poco más de una semana del cierre oficial del mandato, la incertidumbre después de dos semanas de la celebración de las elecciones municipales se masca entre la ciudadanía. Alejada de las maniobras de los partidos, las felicitaciones a los concejales electos de todos los partidos es tónica habitual en la calle, a la espera de saber quién gobernará.

Maratón de reuniones de la alcaldesa

  • Tres partidos fueron los citados ayer por la alcaldesa en funciones, Carmen Hernández, en la ronda de conversaciones que Nueva Canarias, el partido más votado el 26M, mantiene con el resto de fuerzas políticas que obtuvieron representación en el Ayuntamiento de Telde, líder de Ciuca, fue el primero en abordar la situación en el municipio tras las elecciones locales y definió su encuentro con Hernández de cordial, donde ambos expusieron sus opiniones y hablaron sobre la política de pactos de cara al 15 de junio. Después le tocó el turno a Juan Francisco Artiles, de Más por Telde, quien coincidió con la regidora en su preocupación por la política de pactos que puede elegir a Alejandro Ramos alcalde. Por la tarde le tocó el turno a Sonsoles Martín, presidenta local del Partido Popular, que definió la cita de cortés y expuso que su formación está para dar estabilidad a la institución y trabajar con responsabilidad por el municipio. Hoy está prevista la última de las reuniones, donde serán las concejalas de Unidas Podemos quienes traten con Nueva Canarias el devenir municipal.
La Provincia-Dlp