El Día Internacional del Agua nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de este recurso vital para la vida en nuestro planeta. En el contexto de Canarias, donde el agua ha sido históricamente un bien preciado y escaso, esta celebración adquiere un significado especial.
La historia del agua en Canarias es un relato de ingenio y adaptación de nuestra gente al medio natural y el clima. Desde tiempos remotos, los habitantes de estas islas han desarrollado sistemas ingeniosos para aprovechar cada gota de agua disponible. Uno de los ejemplos más fascinantes de esto se encuentra en Gran Canaria, donde las infraestructuras hidráulicas ancestrales aún se conservan como testamentos de la habilidad humana para dominar su entorno.
El sistema de galerías, pozos, minas, acequias y cantoneras de agua de Gran Canaria, es un ejemplo impresionante de la ingeniería hidráulica. Estas estructuras permitían la captación y distribución del agua de lluvia, garantizando un suministro constante para la agricultura y el consumo humano. Su construcción meticulosa demuestra el profundo conocimiento que tenían los antiguos habitantes de la isla sobre la gestión del agua. La primera gran infraestructura hidráulica que se construye en Gran Canaria es La Mina de Tejeda (1514-1526). No constituye en su naturaleza una galería filtrante sino un túnel de trasvase de agua del manantial más rico de la Isla (ubicado a 1470 m de altitud, en la cabecera de la cuenca de Tejeda, en El Ancón de La Mina) hacia la vertiente húmeda del Noreste. Ha sido denominada desde un principio como mina porque, como ya se ha estudiado, hasta el siglo XIX, en Canarias, cualquier perforación horizontal relacionada con agua tomaba este nombre.
A lo largo de los siglos, estas infraestructuras han sido ampliadas y mejoradas para satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento. Hoy en día, Gran Canaria cuenta con modernas plantas desalinizadoras y sistemas de distribución que aseguran un suministro de agua potable a sus habitantes y turistas. Sin embargo, no debemos olvidar la importancia de preservar y valorar los métodos tradicionales de gestión del agua, que siguen siendo fundamentales para la sostenibilidad de la isla.
En el Día Internacional del Agua, es crucial recordar que el agua es un recurso finito y vulnerable que requiere nuestra protección y cuidado, máxime cuando nos amenazan las terribles consecuencias de incuestionable cambio climático. En Canarias, esta responsabilidad adquiere una relevancia aún mayor debido a nuestra dependencia histórica y geográfica de este recurso. La ciudadanía debe trabajar junta, tanto a nivel local como global, para garantizar un acceso equitativo y sostenible al agua para las generaciones presentes y futuras.
El legado de la historia del agua en Canarias es un recordatorio poderoso de la capacidad humana para adaptarse y prosperar en armonía con el entorno natural. En este Día Internacional del Agua, celebremos nuestra herencia hidráulica y renovemos nuestro compromiso de proteger y preservar este recurso invaluable para las generaciones venideras. La iniciativa liderada por el Cabildo Insular de Gran Canaria, que preside Antonio Morales Méndez, para abordar la escasez de agua en Gran Canaria es un paso crucial hacia la protección y el desarrollo sostenible de la isla. La implementación de 107 medidas destinadas a salvaguardar el territorio de los efectos devastadores de la sequía, producida por la falta de lluvia, demuestra un compromiso firme con la preservación del recurso hídrico para el bienestar de sus habitantes.
La inversión de 151 millones de euros en este plan de acción es una muestra de la seriedad con la que se aborda esta problemática, reflejando la importancia estratégica que se le otorga al abastecimiento de agua en la agenda política y económica de la isla. La urgencia de actuar se evidencia en la necesidad de paliar el déficit de 46 hectómetros cúbicos de agua, una cifra que subraya la magnitud del desafío al que nos enfrentamos.
Es alentador saber que el abastecimiento urbano está prácticamente garantizado, pero es fundamental reconocer la vulnerabilidad del sector primario, que depende en gran medida de las aguas superficiales y subterráneas para su subsistencia. La protección de este sector es vital no solo para la soberanía alimentaria de la isla, sino también para mantener su identidad cultural y económica.
Las medidas contempladas en el plan, que permitirán disponer de 41.000 metros cúbicos diarios de agua a corto plazo, son un primer paso prometedor hacia la mitigación de los efectos de la sequía. Sin embargo, es importante mantener un enfoque integral y a largo plazo en la gestión del agua, priorizando la eficiencia, la conservación y la innovación en la utilización de este recurso preciado.
En última instancia, el compromiso del Cabildo Insular de Gran Canaria con la protección de su entorno natural y el bienestar de sus ciudadanos es un ejemplo inspirador de cómo la acción local puede tener un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático y la preservación de nuestros recursos naturales. Es fundamental que esta iniciativa sirva como catalizador para un cambio más amplio en la forma en que abordamos los desafíos ambientales en todo el mundo.
Diego Fernando Ojeda Ramos, exconcejal del Ayuntamiento de Telde y asesor en la Consejería del sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo Insular de Gran Canaria