Ayer acudimos a la zona donde se encuentran los operarios de la instalación de fibra óptica de MOVISTAR, para ver los permisos y nos encontramos con dos personas trabajando en plena vía sin seguridad, tanto para los ciudadanos, los vehículos, como para los trabajadores, en un cruce de calle que creaba una autentica trampa mortal, ya que los peatones tenían que utilizar la carretera porque las aceras estaban tomadas por donde existía una escalera y circulaban los vehículos. No existe permiso y volvemos a decir alto y claro que el Ayuntamiento algún interés tiene cuando mira para otro lado.
En la zona vive y pasó en el momento de un conflicto entre ciudadanos y operarios, el Concejal de Vías y Obras, que al ser requerido por un vecino, contesta «ESO NO ES PROBLEMA MÍO». Este Concejal fue testigo el día anterior de la trifulca entre un vecino que se negó a que taladrasen su frontis para colocar la fibra óptica, haciendo caso o miso el instalador, por lo que el propietario de la vivienda cortó dicho cable, teniendo que acudir la Policía Local para impedir al operario que continuara con esa fechoría.
Desconocemos si existe algún interés personal de este Concejal para mirar en otra dirección cuando de forma «ILEGAL» se ejecutan obras en su barrio. ¿Estaremos ante otro caso de 3%?. Tendrá que contestar la Alcaldesa de Telde en escrito vecinal o en cede judicial, ella decidirá.
La Policía instó a la empresa instaladora a presentar los permisos municipales de la obra de soterramiento, los cuales fueron expedido en 2015 con una vigencia de UN AÑO, es decir caducados en 2016 y para las obras de cableado aéreo y por los frontis no tienen ningún permiso y es por ello por lo que NO PUEDEN CORTAR CALLES y ponen en grave riesgo a sus trabajadores, a los viandantes y a los vehículos de la zona.
No solo pretenden dejar la imagen de la ciudad de Telde como un pueblo de cualquier lugar del tercer mundo, con las casas llenas de cableado en su exterior, sino que para enriquecer a una de las multinacionales especializadas en colocar políticos colaboradores, puertas giratorias, están poniendo en grave riesgo a la población y provocando conflictos vecinales y con los operarios que por el uso de la fuerza intentan doblegar a quiénes se oponen.
Arístides Rodríguez / Telde Responde
