«Secundino: Secundemos su ejemplo»

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Dicen que aquello que se ama o se odia permanece mucho más tiempo en nuestra memoria. La diferencia estriba sin embargo en que mientras más recordamos lo que nos llevó a amar más vida rememoramos, mientras que, a más veces convocamos lo odiado, más vida nos quitamos. Por eso quisiera que estas palabras que pronuncio hoy para cimentar un año más en nuestra memoria la figura de Secundino Delgado Rodríguez, sirvieran para colocar al prócer del pensamiento político canario en la justa dimensión que su testimonio de vida nos ofreció, el de alguien que amo a Canarias y que por amor a una causa, llegó a entregar lo más preciado que tiene un ser humano, su vida.

Entregar la vida por una causa es sobre toda las cosas y primeramente un acto de amor. Nadie que pudiera tener otra opción de vida elige el camino más áspero, más tortuoso, más duro, si no es porque una fuerza interior tan poderosa como el amor se coloca en primera fila. Amor entendido como empatía ante el sufrimiento humano, como valor para superar el miedo a las consecuencias de enfrentarse a quienes causan dolor o injusticia. Amor entendido como esa energía que trasciende a lo que se colma sólo con dinero o pura ambición.

Secundino Delgado sólo era un hombre de su tiempo que, por amor, renunció a una vida más cómoda, más fácil, más tranquila para entregarse con pasión a la causa de la emancipación de propios y foráneos, de su propio pueblo y de otros, a la conquista de un mundo mejor sin olvidar que ese mundo incluía también la patria que lo vio nacer.

Secundino no fue ningún iluminado, ni debe ser entendido como Mesías de causa alguna, porque como en él, el ideal de concebir a los pueblos y a los seres humanos como sujetos libres de elegir su propio destino ha anidado, anida y anidará siempre en todos aquellos hombres y mujeres que no quieran vivir como esclavos, súbditos o castrados mentalmente por otros. Pero sí hay que reconocer que Secundino se adelantó a su tiempo, dio el primer paso, reunió el valor y la capacidad política para soñar despierto con una Canarias con voz y protagonismo propio en el mundo.
El Secundino que tildó de Madrasta a España pero que trató como hermanos a los españoles de a pie, el Secundino que optó por luchar por la libertad de su patria, pero que al tiempo entregó energías y esfuerzos por la también independencia de otros pueblos o la liberación social de trabajadores donde quiera que existiera explotación, es un Secundino que se mueve a favor de causas de la humanidad y no contra ella.

El Secundino que abanderaba la defensa de los derechos básicos y fundamentales de la mayoría, de la libertad de expresión y opinión o que condenaba el uso de la violencia del Estado contra los de abajo, era un Secundino que, por encima de todo, era un ser comprometido con los sentimientos más nobles, esos que precisamente significaban y significan alejarnos de la caverna, de la barbarie de ayer y de hoy.

Ya quisieran otros que hablan de próceres, de padres de la patria, de naciones, tener como inspiradores de su hecho nacional a un ser humano que no distinguía entre razas, entre hombres, entre pueblos para reivindicar la libertad.

Ciento cinco años después de su muerte, Secundino Delgado Rodríguez, primer impulsor del pensamiento político canario con sello propio, sigue siendo un desconocido para muchos porque la historia de este pueblo nuestro, como la de otros pueblos, la escriben, la ocultan o la distorsionan los vencedores. Si otra fuera la correlación de fuerzas o incluso la altura de miras, Secundino Delgado Rodríguez aparecería en la historia de Canarias no como una anécdota, sino como un referente intelectual del pensamiento canario de primer orden, con mucha más lucidez que algunos que hoy sólo se disfrazan de canarios y hasta de nacionalistas sin serlo.

Hay quien dice que todo adquiere otro valor cuando se lo observa con la perspectiva del tiempo. Que lo que es verdadero pervive y lo que ya era en sí mismo insustancial, caduca y termina muriendo. Que más de un siglo después de su muerte Secundino y su causa vivan, aunque las derrotas patrias sean muchas más que las victorias, aunque los de arriba sigan arriba y los de abajo sigan abajo, demuestra cuando eternos pueden ser unos y cuan efímeros pueden llegar a ser otros que casi, si los dejan, se ven como estadistas en estas peñas atlánticas.

Alguien dirá que la causa de Secundino está perdida porque no gana en las calles ni en las urnas. Que esta causa es pura utopía, obviando sin ningún rubor que la cruda realidad que padecemos sí que está demostrando ser peor desde el rigor de los hechos. Alguien dirá que hay que ceñirse a un futuro más posible y enterrar el deseable, como si esto de la democracia ya no consistiera en ganar el poder para el pueblo sino perpetuar a quienes, desde distintas siglas, está claro que no lo son.

¿Quiénes son los trasnochados y quienes los modernos?

¿Los que siguen sembrando muerte o los que seguimos demandando vida?.

¿Los que hacen por perpetuar el silencio o los que exigimos la palabra y respeto?.

¿Los que son indiferentes al olvido o los que defendemos la memoria?.

¿Los que ahondan en nuevas formas de humillación y desprecio o los que reivindicamos dignidad y verdadero progreso?.

¿Quiénes son esos que se llaman modernos, de este tiempo?

¿Los que miran para otro lado ante la opresión o los que claman por la humana rebeldía?.

¿Los que nos llevan de nuevo a la esclavitud o los que claman hasta por nuevas libertades?.

¿Los que han convertido la palabra constitución más en una imposición que en un marco de verdaderas libertades?.

¿Qué democracia es esa que convive con corruptos, asesina derechos y libertades, perpetúa a las mismas castas y coronas?

Dicho todo esto, rememorar a Secundino no debe ser entendido como copiar a pies juntillas todas sus ideas, porque otro era su tempo, pero tal vez sí su ejemplo, ante tanto político convertido en profesional, tanto vendepatrias.

Recordar a Secundino sí, para recuperar la necesidad que tenemos los canarios de cimentar en todos los aspectos un pensamiento político propio, que dé respuesta a problemas y retos que tenemos ante nosotros desde hace muchos siglos y siguen sin solución.

Y no ya sólo por la ceguera política de la metrópoli. Mucho de lo que sigue ocurriendo en Canarias es por deméritos nuestros. Nuestras derrotas son más culpa propia que logros o victorias de quienes cercenan nuestra verdadera libertad. Hoy sería otro el panorama, distinta la correlación de fuerzas, si las diferencias entre canarios y/o entre los nacionalistas canarios consecuentes, hubieran sido vistas como riqueza desde la que construir país y no como estériles palos en nuestras propias ruedas.

La historia de los pueblos que finalmente han vencido, también nos debe enseñar que flagelarnos por errores propios o descargar sobre hombros ajenos fracasos que son compartidos, no fueron el camino de su emancipación, sino ingrediente añadido de su fracaso colectivo.

Rescato unas palabras del último discurso del Subcomandante Marcos, el enigmático líder de la rebeldía zapatista de la selva Lacandona, allá por 2014. Líder éste que dejó de serlo sin trauma, aspaviento o mayor reivindicación de gloria, que la de haber querido compartir un acto de amor por una vida mejor de los abajo.

Decía el llamado Marcos:

“Hace 20 años necesitábamos tiempo para ser y para encontrar a quien supiera vernos como lo que somos.

Necesitábamos tiempo para encontrar a quien nos viera no hacia arriba, no hacia abajo, que de frente nos viera, que nos viera con mirada compañera.

Necesitábamos alguien que entendiera que no buscábamos ni pastores que nos guiaran, ni rebaños a los cuales conducir a la tierra prometida. Ni amos ni esclavos. Ni caudillos ni masas sin cabeza. Pero faltaba ver si era posible que miraran y escucharan lo que siendo somos.

Es nuestra convicción y nuestra práctica que para rebelarse y luchar no son necesarios ni líderes ni caudillos ni mesías ni salvadores. Para luchar sólo se necesitan un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización.

Lo demás, o sirve al colectivo o no sirve.

Quienes hacia arriba suspiran y miran buscando su líder que sepan que él o está para obedecerles o no será”.

Que cosas, líderes que dan ejemplo y no que sólo piden disciplina; que se reivindican estar para obedecer y no para ser obedecidos. Líderes que pregonan espíritu crítico y no silencio cual corderos. Líderes que tienen como causa el amor y no su ego, su narcisismo, hechos y no gestos, un futuro común y no sólo su presente, su trono.

Grande Secundino Delgado Rodríguez, secundemos su ejemplo, su causa, su acto de amor por la libertad de los seres humanos y los pueblos. Por Canarias.

José Carlos Martín Puig, sociólogo

«¿Incumple la sentencia ocupando cargos orgánicos quien está inhabilitado por sentencia?»

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Sí esta foto llega a ser de un condenado por prevaricación votando en el congreso de su partido y que además sea miembro del Comité Nacional, se produce en el Congreso del PP el viernes, es portada de toda la prensa y escándalo nacional. Siendo en NC con los mata cabras, los UGT, CC, PSOE y ‘palmeros’, es progreso. Francisco Santiago Aureliano, condenado a inhabilitación por PREVARICACIÓN según SENTENCIA EN FIRME.

¿Incumple la sentencia ocupando cargos orgánicos quien está inhabilitado por sentencia judicial firme? ¿Quizás sólo sea una demostración más de estos cargos públicos de que ellos la Justicia y la Leyes se las pasan por la raja del culo?¿ Estos son los que apelan a las Leyes para obligar a quienes les mantenemos a realizar lo que ellos quieren, pero las mandan ‘pal carajo’ cuando es uno de ellos el concenado?

Arístides Rodríguez, portavoz de la plataforma ciudadana Telde Responde

Secundino: Secundemos su ejemplo

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Dicen que aquello que se ama o se odia permanece mucho más tiempo en nuestra memoria. La diferencia estriba sin embargo en que mientras más recordamos lo que nos llevó a amar más vida rememoramos, mientras que, a más veces convocamos lo odiado, más vida nos quitamos. Por eso quisiera que estas palabras que pronuncio hoy para cimentar un año más en nuestra memoria la figura de Secundino Delgado Rodríguez, sirvieran para colocar al prócer del pensamiento político canario en la justa dimensión que su testimonio de vida nos ofreció, el de alguien que amo a Canarias y que por amor a una causa, llegó a entregar lo más preciado que tiene un ser humano, su vida.

Entregar la vida por una causa es sobre toda las cosas y primeramente un acto de amor. Nadie que pudiera tener otra opción de vida elige el camino más áspero, más tortuoso, más duro, si no es porque una fuerza interior tan poderosa como el amor se coloca en primera fila. Amor entendido como empatía ante el sufrimiento humano, como valor para superar el miedo a las consecuencias de enfrentarse a quienes causan dolor o injusticia. Amor entendido como esa energía que trasciende a lo que se colma sólo con dinero o pura ambición.

Secundino Delgado sólo era un hombre de su tiempo que, por amor, renunció a una vida más cómoda, más fácil, más tranquila para entregarse con pasión a la causa de la emancipación de propios y foráneos, de su propio pueblo y de otros, a la conquista de un mundo mejor sin olvidar que ese mundo incluía también la patria que lo vio nacer.

Secundino no fue ningún iluminado, ni debe ser entendido como Mesías de causa alguna, porque como en él, el ideal de concebir a los pueblos y a los seres humanos como sujetos libres de elegir su propio destino ha anidado, anida y anidará siempre en todos aquellos hombres y mujeres que no quieran vivir como esclavos, súbditos o castrados mentalmente por otros. Pero sí hay que reconocer que Secundino se adelantó a su tiempo, dio el primer paso, reunió el valor y la capacidad política para soñar despierto con una Canarias con voz y protagonismo propio en el mundo.
El Secundino que tildó de Madrasta a España pero que trató como hermanos a los españoles de a pie, el Secundino que optó por luchar por la libertad de su patria, pero que al tiempo entregó energías y esfuerzos por la también independencia de otros pueblos o la liberación social de trabajadores donde quiera que existiera explotación, es un Secundino que se mueve a favor de causas de la humanidad y no contra ella.

El Secundino que abanderaba la defensa de los derechos básicos y fundamentales de la mayoría, de la libertad de expresión y opinión o que condenaba el uso de la violencia del Estado contra los de abajo, era un Secundino que, por encima de todo, era un ser comprometido con los sentimientos más nobles, esos que precisamente significaban y significan alejarnos de la caverna, de la barbarie de ayer y de hoy.

Ya quisieran otros que hablan de próceres, de padres de la patria, de naciones, tener como inspiradores de su hecho nacional a un ser humano que no distinguía entre razas, entre hombres, entre pueblos para reivindicar la libertad.

Ciento cinco años después de su muerte, Secundino Delgado Rodríguez, primer impulsor del pensamiento político canario con sello propio, sigue siendo un desconocido para muchos porque la historia de este pueblo nuestro, como la de otros pueblos, la escriben, la ocultan o la distorsionan los vencedores. Si otra fuera la correlación de fuerzas o incluso la altura de miras, Secundino Delgado Rodríguez aparecería en la historia de Canarias no como una anécdota, sino como un referente intelectual del pensamiento canario de primer orden, con mucha más lucidez que algunos que hoy sólo se disfrazan de canarios y hasta de nacionalistas sin serlo.

Hay quien dice que todo adquiere otro valor cuando se lo observa con la perspectiva del tiempo. Que lo que es verdadero pervive y lo que ya era en sí mismo insustancial, caduca y termina muriendo. Que más de un siglo después de su muerte Secundino y su causa vivan, aunque las derrotas patrias sean muchas más que las victorias, aunque los de arriba sigan arriba y los de abajo sigan abajo, demuestra cuando eternos pueden ser unos y cuan efímeros pueden llegar a ser otros que casi, si los dejan, se ven como estadistas en estas peñas atlánticas.

Alguien dirá que la causa de Secundino está perdida porque no gana en las calles ni en las urnas. Que esta causa es pura utopía, obviando sin ningún rubor que la cruda realidad que padecemos sí que está demostrando ser peor desde el rigor de los hechos. Alguien dirá que hay que ceñirse a un futuro más posible y enterrar el deseable, como si esto de la democracia ya no consistiera en ganar el poder para el pueblo sino perpetuar a quienes, desde distintas siglas, está claro que no lo son.

¿Quiénes son los trasnochados y quienes los modernos?

¿Los que siguen sembrando muerte o los que seguimos demandando vida?.

¿Los que hacen por perpetuar el silencio o los que exigimos la palabra y respeto?.

¿Los que son indiferentes al olvido o los que defendemos la memoria?.

¿Los que ahondan en nuevas formas de humillación y desprecio o los que reivindicamos dignidad y verdadero progreso?.

¿Quiénes son esos que se llaman modernos, de este tiempo?

¿Los que miran para otro lado ante la opresión o los que claman por la humana rebeldía?.

¿Los que nos llevan de nuevo a la esclavitud o los que claman hasta por nuevas libertades?.

¿Los que han convertido la palabra constitución más en una imposición que en un marco de verdaderas libertades?.

¿Qué democracia es esa que convive con corruptos, asesina derechos y libertades, perpetúa a las mismas castas y coronas?

Dicho todo esto, rememorar a Secundino no debe ser entendido como copiar a pies juntillas todas sus ideas, porque otro era su tempo, pero tal vez sí su ejemplo, ante tanto político convertido en profesional, tanto vendepatrias.

Recordar a Secundino sí, para recuperar la necesidad que tenemos los canarios de cimentar en todos los aspectos un pensamiento político propio, que dé respuesta a problemas y retos que tenemos ante nosotros desde hace muchos siglos y siguen sin solución.

Y no ya sólo por la ceguera política de la metrópoli. Mucho de lo que sigue ocurriendo en Canarias es por deméritos nuestros. Nuestras derrotas son más culpa propia que logros o victorias de quienes cercenan nuestra verdadera libertad. Hoy sería otro el panorama, distinta la correlación de fuerzas, si las diferencias entre canarios y/o entre los nacionalistas canarios consecuentes, hubieran sido vistas como riqueza desde la que construir país y no como estériles palos en nuestras propias ruedas.

La historia de los pueblos que finalmente han vencido, también nos debe enseñar que flagelarnos por errores propios o descargar sobre hombros ajenos fracasos que son compartidos, no fueron el camino de su emancipación, sino ingrediente añadido de su fracaso colectivo.

Rescato unas palabras del último discurso del Subcomandante Marcos, el enigmático líder de la rebeldía zapatista de la selva Lacandona, allá por 2014. Líder éste que dejó de serlo sin trauma, aspaviento o mayor reivindicación de gloria, que la de haber querido compartir un acto de amor por una vida mejor de los abajo.

Decía el llamado Marcos:

“Hace 20 años necesitábamos tiempo para ser y para encontrar a quien supiera vernos como lo que somos.

Necesitábamos tiempo para encontrar a quien nos viera no hacia arriba, no hacia abajo, que de frente nos viera, que nos viera con mirada compañera.

Necesitábamos alguien que entendiera que no buscábamos ni pastores que nos guiaran, ni rebaños a los cuales conducir a la tierra prometida. Ni amos ni esclavos. Ni caudillos ni masas sin cabeza. Pero faltaba ver si era posible que miraran y escucharan lo que siendo somos.

Es nuestra convicción y nuestra práctica que para rebelarse y luchar no son necesarios ni líderes ni caudillos ni mesías ni salvadores. Para luchar sólo se necesitan un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización.

Lo demás, o sirve al colectivo o no sirve.

Quienes hacia arriba suspiran y miran buscando su líder que sepan que él o está para obedecerles o no será”.

Que cosas, líderes que dan ejemplo y no que sólo piden disciplina; que se reivindican estar para obedecer y no para ser obedecidos. Líderes que pregonan espíritu crítico y no silencio cual corderos. Líderes que tienen como causa el amor y no su ego, su narcisismo, hechos y no gestos, un futuro común y no sólo su presente, su trono.

Grande Secundino Delgado Rodríguez, secundemos su ejemplo, su causa, su acto de amor por la libertad de los seres humanos y los pueblos. Por Canarias.

José Carlos Martín Puig, sociólogo

Cuando un condenado por prevaricación de NC vota en un Congreso de su partido se llama ‘progreso’

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Sí esta foto llega a ser de un condenado por prevaricación votando en el congreso de su partido y que además sea miembro del Comité Nacional, se produce en el Congreso del PP el viernes, es portada de toda la prensa y escándalo nacional. Siendo en NC con los mata cabras, los UGT, CC, PSOE y ‘palmeros’, es progreso. Francisco Santiago Aureliano, condenado a inhabilitación por PREVARICACIÓN según SENTENCIA EN FIRME.

Arístides Rodríguez / Telde Responde

La insular popular acoge en su Comité a 5 teldenses

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La senadora del PP y lider popular, María Australia Navarro, proclamada por aclamación presidenta insular del Partido Popular la noche del pasado viernes, dia 5 de mayo, ha incluido en su Comité Ejecutivo Insular a 5 teldenses destacados: Mari Carmen Castellano, Sonsoles Martin JimenezDavid Hatchuell Cáceres, José Suárez y Francisco López Artiles.

Enhorabuena.

¿Incumple la sentencia ocupando cargos orgánicos quien está inhabilitado por sentencia judicial firme?

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¿Incumple la sentencia ocupando cargos orgánicos quien está inhabilitado por sentencia judicial firme? ¿Quizás sólo sea una demostración más de estos cargos públicos de que ellos la Justicia y la Leyes se las pasan por la raja del culo?¿ Estos son los que apelan a las Leyes para obligar a quienes les mantenemos a realizar lo que ellos quieren, pero las mandan ‘pal carajo’ cuando es uno de ellos el concenado?

Arístides Rodríguez / Telde Responde

Jinámar y Caserones tendrán marquesinas

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Las obras en Caserones y en Jinámar, gestionadas por el portavoz y lider socialista Alejandro Ramos Guerra con la Autoridad Única del Transporte y el Cabildo insular van a buen ritmo. La demanda de los vecinos de Jinámar y Caserones al grupo socialista de la instalación de marquesinas será una realidad en los próximos dias, cumpliendo su máxima del «valor de la palabra».

Además, los vecinos habían elevado durante los últimos 7 años y en numerosas ocasiones su preocupación al Ayuntamiento por este asunto, que finalmente ha sido resuelto, merced a las gestiones realizadas desde el grupo municipal socialista obras que tendrán continuidad con las gestiones para la restauración de marquesinas y la colocación de otras en algunos puntos del municipio.

Una demanda vecinal que ha tenido que esperar 7 años

La demanda de los vecinos de Jinámar a la que ha puesto oido el grupo municipal socialista data del 2010. Por entonces, el reportero Alberto García hizo un gran trabajo de investigación, denunciando que «la falta de marquesinas obliga a los usuarios del transporte público a soportar las inclemencias del tiempo», ilustrando la denuncia con una galería de fotos dando rostro a el drama que ha han venido sufriendo los vecinos con «Jinámar…a cielo descubierto y sin protección».

http://www.teldeactualidad.com/…/denunci…/2010/1/15/69.html…

Manuel Ramón Santana

Un funcionario del Ayuntamiento de Telde sienta a dos jefes de servicio en el banquillo

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El próximo lunes, 8 de mayo a las 10:20 horas, se celebrará la vista oral del juicio en el que se aclarará si el Ayuntamiento de Telde y dos jefes de servicio incumplieron la Ley de Prevención de Riesgos Laborales al no haber activado el protocolo fijado para casos de acoso laboral tras una denuncia del funcionario Jesús Santana Marrero.

El funcionario asegura que que pese a las reiteradas advertencias al jefe de Personal, Francisco Martín, y al de Prevención, Diego Hernández. ninguno de los dos altos cargos del Ayuntamiento puso en marcha los mecanismos que prevé la resolución del 5 de mayo de 2011 que emitió la Secretaría de Estado para la Función Pública sobre los protocolos de actuación a aplicar frente al acoso laboral en las administraciones públicas. En ese sentido, pudieron haber incumplido los artículos 14, 15, 16, 17, 22 y 25 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

Suso Santana lleva dos años con esta lucha, desde que en junio 2015 se inicia el mandato, y el nuevo gobierno decide prescindir de sus funciones como coordinador de la Escuela Municipal de Folclore, y también de Parques y Jardines.

A partir de ese momento, sufrió meses de inactividad en los que se vio sin despacho, ordenador, teléfono y vehículo, lo que le generó daños psicológicos y motivó incluso la intervención de la Inspección Laboral. Advirtió al Ayuntamiento de que estaba sufriendo acoso y en todo un año no se le aplicó el protocolo debido, pese a que, señala Santana, sí se hizo lo propio con otros casos.
 
Suso Santana pide una indemnización de 60.000 euros al Ayuntamiento de Telde

El demandante pide una indemnización de 60.000 euros al Ayuntamiento. Si el juzgado falla a su favor, los dos jefes se exponen a que se les atribuya la comisión de una falta muy grave, la prevista en casos de acoso, en el estatuto básico del empleado público, que podría conllevar suspensión de empleo y sueldo.

La familia Melo acusa al grupo de gobierno de incumplir con los cines de Arnao

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Alfonso Melo, representante de los exconcesionarios de los multicines de Telde, en Arnao, acusan al actual grupo de gobierno de incumplir lo acordado en la mediación judicial sobre la compensación económica que deben recibir del Ayuntamiento después del cierre del negocio y las inversiones realizadas en el edificio. 

Melo asegura que el equipo presidido por Carmen Hernández «negaron ante el mediador lo que nos habían dicho en las reuniones previas», al tiempo que advierte que llevarán hasta el final lo pactado en el acta de resolución del contrato hace dos años.

LA PROVINCIA-DLP