En Telde se paró el reloj en 1980. Seguimos instalados en la cultura del teleclub y la escala en Hifi, (la más inmediata el día 3 de Septiembre, con un pinchadiscos que cobra 8000 euros, con un séquito de 4 personas, para una hora de actuación, como si fuera un artista internacional, pero nos costará 30.000 eurazos).
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Por lo menos, en la época de Paco Santiago las escalas en Hifi eran gratis. Los concejales de Paco eran analfabetos, pero hay que reconocer que trabajaban, sudaban la camiseta, eran cercanos, con vocación de servicio, capacidad de trabajo y asumían las críticas.
Los concejales de esta corporación, en su inmensa mayoría, son «tontolabas», inexpertos, acaban de llegar (no habían estado ni en un pleno) y se creen politólogos, no tienen capacidad de trabajo, vagos, además de arrogantes y prepotentes. Se creen estrellas, divas y reyes del mambo y no sabe ni donde está La Solana. No asumen que son empleados de la ciudadanía que somos quiénes le pagamos sus improductivos sueldos. Y por supuesto, no son conscientes hasta que se les acaba el chollo que son aves de paso, los del gobierno y también los de la oposición.
JUAN FRANCISCO ARTILES: ¿QUIÉN SABE DONDE?
Esta reflexión va por Cuqui, el ex vicealcalde en paradero desconocido. Tiene un pase «relativamente» que los otros tres concejales hayan desaparecido en combate, (no asumen que son concejales electos) como si se los hubiera tragado la tierra, porque ya no cobran del erario público. Lo que no es de recibo es que el concejal, ahora liberado, llevándose calentito, 14 pagas de 3000 euros al mes, Juan Francisco Artiles Carreño lleve 5 meses de vacaciones a costa de los impuestos de los contribuyentes, como si por estar en la oposición tuviera la licencia de seguir cobrando, pero sin trabajar.
Así no, Cuqui.
El pasado día 10 de agosto tras gobernar 9 meses con NC-PSOE y CCD se cumplieron los primeros 5 meses del abandono de los 4 concejales de Más por Telde del gobierno de Telde, dejando al gobierno en minoría, concretamente en 11 concejales, por la baja por larga enfermedad de la concejal socialista, Soledad Hernández. Desde entonces Artiles anda desaparecido, solo sabemos de su cantinela del caso La Mareta, su puesta en escena es cuando aparece un caso judicial del empresario, Julian Gómez del Castillo. Parece que Cuqui solo le preocupe los intereses de un empresario y no se inmute por la situación de sufrimiento de la ciudadanía, al igual que sus compañeros, ejerce de concejal virtual. Ni está ni se le espera. Su estado en la gestión política municial es, de apagado y fuera de cobertura.
Conviene recordar que el grupo político local del ex vicealcalde, mantiene dos sueldos a cargo de las arcas municipales, el del concejal, ahora en la oposición, Juan Francisco Artiles Carreño (cobra 300 euros menos que cuando estaba en el gobierno) y el del secretario político. Además el partido, como ocurre con los que conforman grupo político, también tiene una paga mensual, como grupo y 300 euros mensuales por cada concejal, o sea, 1200 euros mensuales que nos cuesta a los contribuyentes mantener calentando sillas a los 4 concejales de Más de por Telde.
PROHIBIDO OLVIDAR
A la casta política hay que recordarle permanentemente, prohibido olvidar, que los dineros públicos hay que justificarlos y producirlos.
O sea, cualquier gasto, por ejemplo, el de la escala en Hifi del pinchadiscos, no es opcional, es una obligación desglosar hasta el último céntimo de los 30.000 euros que nos costará a los contribuyentes la escala en Hifi de Diego Ojeda, otra cosa sería si pagara la contratación del pinchadiscos de su bolsillo.
Es de rigor, de obligado cumplimiento, la transparencia en los gastos de los dineros públicos. Si tuviéramos una oposición fiscalizadora, que estuviera a la altura, que para eso también cobran, ya hubieran exigido explicaciones y responsabilidades. Pero si malo es el gobierno, pésima es la oposición.
Los políticos tienen que ser transparentes en la gestión y con los dineros públicos, porque es dinero de los contribuyentes. ¿Tanto cuesta entenderlo? Y también, tienen que justificar la productividad de sus sueldos, concejales y asesores, gobierno y oposición, porque la oposición también tienen sueldos a cargo de los contribuyentes.
Prohibido olvidar que cobran de nuestros impuestos, o sea, que la ciudadanía es la que les paga y en consecuencia tienen que rendir cuenta, de su trabajo y de nuestros dinero, porque son nuestros empleados.
Gobierno y oposición.
¿Tanto cuesta entenderlo?
Manuel Ramón Santana