Al principio, cuando la matanza de cabras pensé que fue un desliz de un consejero novato que se dejó engañar por unos técnicos gandules y que una vez subidos al carro tuvieron que hacer todo tipo de maniobras para salvar el tipo. Hoy nadie discute la excentricidad de la drástica medida, ni siquiera los propios aunque en privado.
Antonio Morales, el presidente tuvo que tragarse todos los sapos de una opinión pública encolerizada, y con razón, tanto daño le hizo que me cuenta alguno de sus cercanos que estuvo a punto de tirar la toalla e irse para casa. Esta crisis además de degastarle notablemente le dio más poder si cabe dentro de la estructura de gobierno en el cabildo que preside y de paso alertó a los estómagos agradecidos, convertidos por razones del pacto en la “corte celestial” del presidente: Si se enrroña y se va se les acaba el chollo.
Quedó desde ese momento claro que la decisión del matacabras, el consejero Brito, expulsado de Podemos, fue un gran error que el presidente asumió como suyo y con su experiencia en política esta haciendo lo que se hace en estos casos: intentar diluir el asunto para que la gente se olvide, en mi opinión eso lo está haciendo bien y siempre que no vuelva a las andadas de matacabras…va por buen camino.
Se enfrenta el presidente a un nuevo reto, otro que perderá, otro venido de la misma fuente: el matacabras Brito. Pretende el “visionario faraón” plantarnos en el macizo de la Aldea y Veneguera nada menos que 350.000 pinos con el argumento de devolver el verdor de esta isla a hace 300 años. ¿Pero quién le habrá dicho a éste que en Veneguera habían pinos hace 300 años?, ¿qué fumó para llegar a tan brillante conclusión?.
Esta vez sería la segunda en un año que se mete la pata de una manera tan trascendente, personalmente puedo entender a Antonio Morales cuando mantiene a capa y espada al consejero matacabras; le da poder dentro de la organización pero ahora el precio será impagable, imposible. Estuve hablando un rato con mi admirado amigo El Padre Báez que está promoviendo un frente ciudadano contra la locura de plantar tanto pino para convertirlo en planta en Gran Canaria por delante de Castaños, Almendros, Nogales, Mangos, Aguacateros, Limoneros, Naranjeros, Pita Sabia, Palmeras datileras, Morales, Olivos, Papayeros, Vid….¡me apunté sobre la marcha!, cosa a la que invito a toda aquella persona que le quede un gramo de sentido común.
En la tierra de la diversidad utilizamos el espacio público para los Pinos y le negamos la vida, el desarrollo y su básica aportación a modo de frutos a las plantas que naturalmente viven en la zona por su condición de Arboleda Tropical.
Hablar de los beneficios que pueden producirse si en vez de esa locura de plantar los 350.000 pinos Plantáramos esos árboles que la sabia naturaleza nos regala y que tan bien saben interpretar nuestras mujeres y hombres rurales, es lo que tendría que estar haciendo Antonio Morales en vez de pertecharse con argumentos absurdos para la próxima protesta ciudadana. No es la trinchera el mejor sitio para dirigir la isla.
Germán Ramos Ramos, colaborador de ONDA GUANCHE