El ICEX como organismo español líder internacional en internacionalización y atracción de inversiones extranjeras, ofrece ayudas económicas para el desarrollo de planes de internacionalización de las empresas, con programas públicos que financian la expansión al extranjero.
PROEXCA que es una empresa pública adscrita a la Consejería de Economía y Comercio del Gobierno de Canarias tiene como objetivos prioritarios promover y atraer inversiones estratégicas hacia las Islas Canarias. Siendo su misión acompañar a las empresas canarias durante sus procesos de apertura de nuevos mercados con el fin de diversificar la economía regional, fortalecer el tejido empresarial canario y promover la creación de empleo.
A principios de la década de los setenta es cuando se lanza la primera operación de inversión del incipiente destino turístico del sur de Gran Canaria, en Maspalomas, Playa del Inglés y San Agustín. Y al calor de Caja Insular de Ahorros, con el esfuerzo de los impuestos y con el dinero de los canarios; y además, con la crisis estructural que pesaba sobre los sectores agrarios canarios —donde el sector se enfrentaba a problemas de baja rentabilidad, minifundio, y el abandono del campo—, llevó a la búsqueda de mejores condiciones socioeconómicas fuera de la agricultura. Una de estas primeras operaciones la hace PROTUCASA con la creación de los apartahoteles del mismo nombre en Playa del Inglés, y que según informaciones de la época, la gestión deficitaria por reparto de beneficios económicos entre beneficiarios y con ejercicios fiscales sufragados por instituciones económicas, frustró esa iniciativa turística canaria.
Durante la década de los setenta, la población del archipiélago canario experimentó un crecimiento con cifras que se sitúan alrededor de los 1’1 a 1’3 millones de habitantes, según el INE y el ISTAC. En 1970 la población total de Canarias era de aproximadamente 966.138 habitantes, y cerca de 1.307.214 habitantes en 1981. Estos datos reflejan un crecimiento significativo a lo largo de la década de los 70, impulsado por el desarrollo económico y turístico del archipiélago en ese periodo.
Desde la Edad Media el consumo de turrón en España durante la Navidad es una tradición consolidada. Para la década de los setenta su consumo estaba plenamente arraigado en todo el país , incluyendo las Islas Canarias, para parte indispensable de las fiestas navideñas. Además del turrón industrial o artesanal importado de la península, en Canarias existía y existe una fuerte tradición de turrón “del país”, denominándose MAZAPÁN. Este turrón artesanal con ingredientes y métodos de elaboración ligeramente distintos a los peninsulares, se produce localmente y es muy popular. Las almendras se recolectan en Canarias, especialmente en Gran Canaria —en municipios como Tejeda, San Bartolomé de Tirajana, Valsequillo y Artenara—, y en La Palma, que es una ubicación privilegiada, destacando variedades locales de cultivo en Garafía, Tijarafe y El Paso. En Tenerife también se cultivan, destacando la recolección tradicional en Vilaflor y las fiestas de Santiago del Teide. Hay una receta de Mazapán de Tejeda con 1/2 kilo de almendras peladas, 1/2 kilo de azúcar, 8 yemas, 3 claras, 1/4 litro de agua, canela molida y ralladura de limón. Se prepara haciendo un almíbar poniendo al fuego un recipiente con agua y cuando esté caliente, se le añade el azúcar removiéndolo hasta que el almíbar coja su punto, y cuando esto ocurra se aparta del fuego, se baten las yemas y las claras por separado, para luego mezclarlas. Se vierten en la cacerola junto con el almíbar y se pone todo al fuego de nuevo, hasta que comience a hervir. Cuando eso ocurra, se le añaden las almendras, ya peladas y molidas, más la ralladura de limón y la canela. La pasta se sacara cuando se separe de las paredes del caldero.
En enero de 2025, la población residente en el archipiélago canario alcanzó cifras aproximadas de 2.258.000 personas. Como no hay turrón para tanto comensal, se ha diversificado la oferta de este preciado alimento. Hoy día encontrar un turrón que sea elaborado en Alicante y con los productos originales, es bastante complicado. He encontrado turrón duro con edulcorante en vez de azúcar y miel; turrón de cacahuete, de chocolate, de frutos rojos del bosque, de pistacho, de coco, … Igualmente, no he podido encontrar un turrón blando original de Gijón, pero si uno elaborado con azúcar, pero sin miel, que parece rapadura.
Por todo ello, he sido capaz de elaborar un turrón duro como los que hacen en Alicante con cien gramos de miel de abeja, cien gramos de azúcar blanquilla de caña, y 200 gramos de almendra —pelada y tostada previamente al horno a 180 grados centígrados durante diez minutos—, y la clara de un huevo tamaño L.
Modo de hacerlo: Hay que calentar la miel a fuego lento en un cazo, hasta que quede líquida y se haya evaporado el agua. Seguidamente se añade el azúcar y con una espátula o cuchara de madera se revuelve hasta conseguir una mezcla homogénea, con una textura similar al caramelo y apartar del fuego. Seguidamente se bate la clara del huevo a punto de nieve y se añade a la mezcla anterior, poco a poco y sin parar de remover de manera enérgica, hasta conseguir integrarlo todo, y una vez llegado a este parte del proceso, hay que volver a poner el cazo en el fuego bajo y sin parar de remover, pero menos enérgico, hasta conseguir cocer la mezcla y que al perder líquido, se va endureciendo progresivamente, hasta alcanzar el momento de retirar el cazo del fuego, añadir las almendras, remover envolviendo y juntando todos los ingredientes, para verterlo finalmente, sobre una lámina de oblea que hemos puesto previamente, sobre papel para horno. Se cubre con otra oblea y se le pone peso para conseguir que se aplaste de manera uniforme. Y una vez terminado, necesita reposo de unas cuatro horas a temperatura ambiente y ya puede ser degustado con la familia. Y como debe ser, desearles FELIZ NAVIDAD.
Tomás Arencibia Mireles