RELATO CORTO (TERCERA Y ÚLTIMA PARTE): «ROSGUALDIÑO, EL HECHICERO DE CUEVA DE LA MACETA Y… ARMANDINA, LA BRUJA DE TARA» (POR JAVIER MARTÍ)

Comparte esto:

Siga la segunda parte del relato aquí

Estando Ettore en el balcón de su celda observó la presencia de aquella majestuosa águila que no paraba de dar vueltas sobre los campos de alfalfa y, para su asombro, gracias a su aguda visión, pudo ver cómo el águila se apresuraba en la bajada y, abriendo sus garras, dejaba caer lo que en ellas portaba, alejándose del lugar a gran velocidad y altura…

Avisando a los hermanos hortelanos de lo que había presenciado, corrieron al lugar donde el águila había dejado caer lo que en sus garras portaba y pudieron, con suerte, recoger aquellas vasijas de barro que contenían las envenenadas pócimas que, de haberse abierto al tocar el suelo, hubieran envenenado los campos de alfalfa.

Las altas hierbas de la alfalfa habían amortiguado la caída de las vasijas sin que estas llegasen a romperse.

Avisaron al Prior de lo sucedido y, con el permiso de este, armados con sus arcos y flechas, montaron guardia por si el águila volvía, cosa que no sucedió.

Pasaron días, semanas, sin que, en el cielo, se volviera a ver aquella majestuosa águila.

Una mañana, a eso del alba, cuando los hermanos hortelanos salían a faenar en los campos de cultivo cercanos al monasterio, observaron la presencia de una extraña figura que, cubierta con una negra capa, iba dando pequeños saltos por uno de los campos de alfalfa portando un pequeño capazo donde iba introduciendo algunos brotes de alfalfa…

Asombrados por lo que la extraña figura hacía en el lugar y a esa temprana hora, se le acercaron con la intención de saber qué hacía allí y, para el asombro de todos y antes de que le pudieran decir nada, de la extraña figura, que bien pudiera ser una dama, dejó caer su capa y, alzando el vuelo, salió una negra águila de gran tamaño que desapareció entre las nubes.

Alarmados por lo sucedido, regresaron al monasterio a contarle al Prior lo que sus ojos habían visto.

Después de que Monseñor Croncoqué escuchó lo que los hermanos le habían dicho, mandó llamar a Monseñor Ettore para que le contara nuevamente lo que hacía unas semanas había visto sobrevolando los campos de alfalfa.

Sorprendido por lo que Ettore le contó, entendió que se trataba de la misma águila que, sin saber por qué, había vuelto…

No siendo muy conocedores de las aves que pudieran habitar por los montes cercanos, mandó llamar el Prior al hechicero Rosgualdiño para que le ayudase a descubrir si se trataba de una simple águila que, desorientada de su hábitat buscaba comida o, por el contrario, si bajo aquella extraña apariencia se ocultaba algún ser maléfico que, convertido en águila, pretendía hacerles daño.

Rosgualdiño escuchó atentamente lo que le contaron los hermanos hortelanos y el relato de Ettore y quedó, con el Prior, en darle respuesta en unos días…

Sabiendo Rosgualdiño que su amiga Armandina estaba algo celosilla con él por haberse amigado con los monjes, no dudó en ir a Tara, a la guarida de Armandina y hacerle una inesperada visita.

Llegando a Tara, observó que, de la guarida de Armandina, de su destartalada chimenea, no salía humo alguno…

Subió sigiloso los ciento cuarenta y ocho peldaños que había desde el camino a la guarida y, llegando al corral observó, en el suelo, unas negras plumas que, por sus dimensiones, no eran ni de patos, ni de gallinas…

Para su asombro, su amiga Armandina, la bruja de Tara, no estaba en el interior de la guarida. Tampoco estaba por los alrededores…

Varias horas esperó a que Armandina llegase a su guarida que, convertida en una majestuosa águila, se posó en lo alto del gran palo del gallinero.

Armandina, al ver que su amigo Rosgualdiño estaba en el portal de su guarida esperándola, intentó alzar el vuelo para no ser descubierta pero no lo consiguió porque Rosgualdiño se lo impidió lanzándole uno de sus conjuros que la obligaron a caer al suelo sin poder levantarse.

Viendo Rosgualdiño a su amiga convertida en águila, entendió que la causante de aquel maléfico conjuro que no llegó a consumarse en los campos de alfalfa de los monjes, no era sino obra suya.

Fue tal la ira de Rosgualdiño por lo que Armandina había hecho, que no dudó en quemar la guarida de la bruja de Tara.

La obligó a que entrara en una jaula que era custodiada por sus dos grandes tibicenas, sus perros, y la llevó hasta el monasterio, a pedir perdón a los monjes por sus fechorías.

Monseñor Croncoqué, hombre sabio y justo, perdonó a Armandina, la bruja de Tara por sus fechorías y, como penitencia que debía cumplir, le impuso un dulce e inesperado castigo:

“A partir de hoy y hasta que el Creador te llame para rendirle cuentas en su presencia, tu misión será la de hacer los más ricos y dulces caramelos y golosinas que repartirás entre las niñas y los niños de las aldeas sin cobrarles nada” -le dijo…

Vivirás de lo que los aldeanos te den y de las sobras de los dulces.

Tu nueva guarida no será como la anterior. La tendrás siempre limpia para que pueda ser visitada por las niñas y los niños de los aldeanos y las gentes llegadas de otros lugares.

Tus pócimas servirán para curar los males de los animales.

Desde ese día, Armandina y Rosgualdiño afianzaron su amistad, fueron muy buenos amigos y, juntos, acudían a las Ferias de las Medianías donde repartían golosinas, caramelos y enseñaban a los niños a prepararlos.

Los monjes, en su monasterio, seguían con sus vidas dedicadas al Creador y a la crianza de sus famosos caballos cartujanos.

Los años fueron pasando para todos hasta que, uno a uno, fueron llamados para rendir cuentas ante el Creador.

Y… como siempre digo, cualquier parecido con la realidad, si es que la hay, es pura casualidad.

FIN

Javier Martí, escritor valenciano afincado en Telde y colaborador de ONDAGUANCHE

RAZONES “PERSONALES” VERSIÓN FISCALÍA

Comparte esto:

En la política municipal hay “renuncias por motivos personales” que tienen poco de personales y mucho de… procesales. El último ejemplo llega desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde la hasta ahora superconcejal socialista Inmaculada Medina decidió presentar su dimisión justo después de que un fiscal solicitara al juez su imputación por un presunto delito de corrupción en el marco del llamado caso Valka.

Pero no, no se equivoque el lector: según su propio escrito oficial, la renuncia no tiene absolutamente nada que ver con investigaciones judiciales, contratos sospechosos, expedientes bajo lupa o peticiones formales de imputación. Qué va. Todo responde —palabra de concejala— a simples y etéreas “razones de carácter personal”.

Una explicación tan minimalista como el documento que presentó: un folio escueto, frío y aséptico, dirigido a la Secretaría General del Pleno el pasado 17 de noviembre, que pone fin a la carrera pública de una de las figuras más potentes del socialismo palmense, solo por detrás de la propia alcaldesa, Carolina Darias. Un texto más propio de una baja administrativa que del derrumbe político provocado por una causa judicial.

La renuncia escrita contrasta con la Medina real: contundente en los despachos, omnipresente en las áreas de gestión y decisiva en los equilibrios internos del PSOE local. Para tanto peso político, la despedida resulta casi cómica:

«Que por razones de carácter personal me veo obligada a tomar la decisión de renunciar al acta de concejala de este Ayuntamiento por el Partido Socialista Obrero Español.»

Ni una mención a la Fiscalía.
Ni una sola palabra sobre el caso Valka.
Ni referencia alguna a la investigación por presuntos contratos sospechosos en la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria.
Nada. Silencio administrativo absoluto.

Según el relato oficial, la sombra judicial no existe. La imputación solicitada por un fiscal aparece como una casualidad mística que nada tiene que ver con la dimisión. Simplemente, Medina decidió marcharse… porque sí.

En los pasillos municipales nadie duda:

no es una renuncia voluntaria por cansancio personal, es una salida forzada por la presión de una investigación penal.
Pero el manual clásico de supervivencia política aconseja no decirlo en voz alta: mejor envolver la caída con una redacción pulcra, casi clínicamente neutra.

Y aquí surge la pregunta incómoda que nadie se atreve a formular en público:

¿Qué habría pasado si este mismo caso fuera contra un concejal del PP?

Imaginemos por un momento que un edil popular, bajo petición de imputación por corrupción, se despide del cargo con un folio idéntico, alegando “razones personales”.

¿Habríamos visto comprensión infinita?
¿Titulares suaves?
¿Editoriales de guante blanco justificando la “decisión valiente”?
¿Silencios tan respetuosos como estos?

Más bien lo contrario:

tormenta mediática, portadas acusatorias, comunicados incendiarios, manifestaciones de repulsa, peticiones de responsabilidades políticas inmediatas y la clásica hoguera pública diaria.

Pero cuando la protagonista es una figura de peso del PSOE, la historia cambia:

las “razones personales” ascienden mágicamente a categoría de explicación suficiente. El contexto judicial se convierte en nota a pie de página. La imputación pedida por la Fiscalía pasa a ser un simple decorado irrelevante.

Así, la mujer señalada durante años como la gran figura política del socialismo capitalino se despide con un epitafio administrativo tan impoluto como irónico:
no se va por razones judiciales, se va —según el comunicado— por razones personales.

Eso sí, el fiscal continúa haciendo su trabajo y el caso Valka sigue su curso.

Pero para el relato oficial, todo queda resuelto con un folio frío, dos líneas educadas y una explicación que suena a chiste administrativo:

Aquí no hubo imputaciones.
Solo coincidencias.

Juan Santana, periodista y locutor de radio

 

MIENTRAS LA INSEGURIDAD CRECE EN TELDE, EL DESGOBIERNO DE PEÑA CONTINÚA DE FIESTA Y QUEMANDO EL DINERO DE LOS VECINOS

Comparte esto:

Los últimos asaltos registrados en La Garita y San Antonio de los que informó en primicia ONDAGUANCHE donde individuos armados con cuchillos han irrumpido en comercios poniendo en riesgo a trabajadores y clientes, confirman lo que VOX Telde lleva meses advirtiendo: la ciudadanía teldense está pagando las consecuencias del desgobierno de Juan Antonio Peña.

Estos hechos no son aislados. Forman parte de una realidad que el alcalde se niega a reconocer mientras el municipio se hunde en una espiral de inseguridad. Y lo más grave: en julio de 2025 el Pleno aprobó la moción de VOX para instalar cámaras de videovigilancia en zonas conflictivas, una medida urgente y necesaria para proteger a los vecinos.

Tres meses después, Peña no ha movido un solo dedo. Ni cámaras, ni planificación, ni presupuesto, ni voluntad.

Solo excusas. Solo humo. Solo fiestas.

Porque mientras los comercios son asaltados y los teldenses viven con miedo, el alcalde sí encuentra tiempo y dinero público para quemar recursos en cohetes, eventos y celebraciones, rodeado de un equipo de gobierno que funciona a un nivel muy inferior al que Telde exige y necesita.

Y que nadie se atreva ahora a decir que VOX hace una “oposición destructiva”.

Destructivo es tener un alcalde incapaz de garantizar la seguridad, el orden y el buen gobierno. Destructivo es despilfarrar el dinero de los teldenses mientras la seguridad se ignora, la delincuencia avanza, las instalaciones deportivas siguen abandonadas, los caminos y accesos de los barrios continúan sin arreglar, las infraestructuras básicas presentan un estado lamentable, los compromisos de mejora de la atención al ciudadano se han quedado en propaganda, y los proyectos de rehabilitación prometidos se han quedado atascados o directamente olvidados.

VOX Telde ha sido, es y seguirá siendo una oposición constructiva, responsable y firme, que presenta propuestas claras para mejorar el municipio. La diferencia es que lo que destruye a Telde no es VOX: es la pasividad, la improvisación y el descontrol de Peña y su equipo.

Desde VOX Telde exigimos:

  1. La ejecución inmediata de la moción de videovigilancia aprobada en
  2. Refuerzo urgente de la Policía Local en las zonas de mayor
  3. Transparencia sobre el gasto en fiestas, eventos y celebraciones mientras la seguridad se

Telde merece un gobierno serio, eficaz y centrado en las necesidades reales de la gente. VOX Telde seguirá defendiendo a los vecinos frente al abandono de este gobierno agotado y sin rumbo.