Día: 20 de septiembre de 2025
HÉCTOR SUÁREZ EN EL «PULSO»: “GESTEL NO PUEDE SER UN CHIRINGUITO PARA FAVORES POLÍTICOS EN TELDE”
LA UD TELDE PREPARA LA VISITA ESTE DOMINGO DE SU PRÓXIMO RIVAL, EL SAN BARTOLOME C.F.
DRAGO CANARIAS PLANTEA UNA BATERÍA DE SEIS MEDIDAS PARA AFRONTAR EL ABANDONO DE TIERRAS
El Bloque de Vida Rural de Drago Canarias definió recientemente una hoja de ruta con seis medidas para tratar de solucionar el problema de abandono de tierras de cultivo en el Archipiélago, que según datos oficiales del Gobierno de Canarias ya supera el 60 % de las tierras aptas.
Para Drago Canarias, una parte importante de la solución debe pasar por la creación de planes formativos y laborales sólidos, con nuevos itinerarios de FP y PFAE que combinen teoría y práctica en parcelas-escuela. Y a su vez, se requiere de apoyo institucional para cuestiones como la creación de inventarios insulares de terrenos abandonados o la apuesta por circuitos cortos de comercialización, facilitando a agricultores y agricultoras la logística, la distribución y el marketing.
Asimismo, el otro pilar en el que se debe basar la recuperación de tierras en el Archipiélago debe ser la colectividad. Para ello, se propone la creación de oficinas insulares de gestión comunal de tierras y la puesta en marcha de mesas locales —con vecinos, instituciones y cooperativas para definir qué tierras recuperar, qué cultivos priorizar y qué beneficios sociales se esperan—.
En este sentido, la Portavoz Nacional de Drago Canarias, Carmen Peña, alertó de que un 60 % de tierras abandonadas “suponen un alto riesgo para el medio rural en forma de plagas, fauna asilvestrada e incendios” y añadió que “es el momento de pasar de la denuncia al diseño de soluciones concretas, realistas y transformadoras, apoyadas en la investigación académica y en experiencias de éxito en otros territorios”.
Batería de medidas propuestas por Drago Canarias
1. Bancos de tierras con inventario y oficinas de intermediación
El primer paso no es sancionar, sino conocer la realidad. Se propone un informe diagnóstico unido a un inventario insular de terrenos abandonados que no se limite a contabilizar hectáreas, sino que analice también las causas del abandono: herencias compartidas, falta de agua, problemas de acceso, ausencia de relevo generacional o inseguridad jurídica. Para ello, es clave abrir un diálogo con las personas propietarias, recogiendo su visión y buscando soluciones conjuntas.
Este inventario debe sostener un Banco Insular de Tierras como herramienta pública para poner las parcelas en uso, acompañado de oficinas de facilitación e intermediación legal y administrativa que ayuden a resolver conflictos de propiedad, herencias o cesiones. Solo así podremos reactivar miles de hectáreas hoy improductivas.
2. Gestión comunal de tierras: crear estructuras nuevas donde hoy no existen
En Canarias, el minifundio y la fragmentación de la propiedad hacen inviable la explotación individual de muchas parcelas, pero a diferencia de otros territorios del Estado, aquí apenas existen cooperativas agrarias o ganaderas fuertes que puedan asumir la gestión conjunta. Por eso, la prioridad debe ser crear desde cero las estructuras de gestión comunal que hoy faltan.
Proponemos que los cabildos y ayuntamientos impulsen oficinas insulares de gestión comunal de tierras, que actúen como catalizadores para:
– Organizar a personas propietarias y trabajadoras del campo interesadas en ceder o poner en producción sus parcelas.
– Impulsar la constitución de asociaciones o cooperativas de nueva creación, apoyadas inicialmente con recursos públicos, asesoramiento técnico y acompañamiento legal.
– Contratar personal agrónomo y gestor que planifique la producción, coordine a las personas trabajadoras y garantice la viabilidad económica de los proyectos.
El reparto de beneficios debe quedar regulado desde el inicio, mediante contratos de varios años que den seguridad a personas propietarias y agricultoras. Todo el proceso ha de impulsarse con diálogo y pedagogía, de forma que se entienda como una oportunidad colectiva y no como una amenaza para quienes ya trabajan sus fincas, centrándose principalmente en terrenos hoy en abandono.
3. Innovación social: arraigo y lucha contra la despoblación
Recuperar tierra no es solo una cuestión económica, también es social y cultural. Cuando la comunidad participa en el diseño del futuro de su territorio, el arraigo se fortalece y la despoblación se frena.
Por eso, proponemos crear Mesas Locales de Tierras Vivas en cada comarca canaria, espacios de encuentro donde vecinos, instituciones y cooperativas definan juntos qué tierras recuperar, qué cultivos priorizar y qué beneficios sociales se esperan.
Este enfoque fomenta la identidad rural compartida, promueve la participación de mujeres y jóvenes y convierte la recuperación de la tierra en un proyecto colectivo que devuelve autoestima y orgullo de pertenencia a los pueblos.
4. Formación y empleo con futuro
La recuperación de tierras debe ir acompañada de un plan formativo y laboral sólido. Proponemos nuevos itinerarios de FP y PFAE orientados a la gestión de tierras abandonadas, la agroecología, los forrajes locales y la agroforestería, combinando teoría con práctica en parcelas-escuela.
Queremos que el paso por un plan de empleo no sea una experiencia puntual, sino un puente hacia un empleo estable en cooperativas de gestión comunal y explotaciones agrarias.
Al mismo tiempo, defendemos programas de mentoría intergeneracional, donde agricultores y agricultoras mayores transmitan su conocimiento a los más jóvenes, así como políticas de apoyo a la incorporación de mujeres al campo. Todo ello contribuirá a asegurar el relevo generacional y a dignificar la vida rural.
5. Soberanía alimentaria y resiliencia
Todas estas medidas deben tener un objetivo común: reducir la dependencia alimentaria de Canarias y fortalecer nuestra capacidad de producir lo que comemos. Cada hectárea recuperada significa más alimentos locales, menos incendios, menos plagas y más empleo digno en nuestros municipios.
Pero este esfuerzo no servirá de nada si las instituciones siguen poniendo la alfombra roja a las grandes superficies que, además, tienen subvencionada la importación de alimentos. Hace falta una apuesta decidida por los circuitos cortos de comercialización, facilitando a agricultores y agricultoras la logística, la distribución y el marketing para que ellos puedan centrarse en lo que saben hacer: trabajar la tierra y producir alimentos de calidad. Solo así podremos hablar en serio de soberanía alimentaria y resiliencia para Canarias.
El abandono de tierras no se soluciona con sanciones ni con planes testimoniales. Hace falta visión colectiva, innovación social, formación y apoyo público sostenido. Desde Drago Canarias defendemos que cada hectárea recuperada significa más soberanía alimentaria, más empleo digno, menos incendios y menos despoblación. La tierra abandonada hoy es un problema; convertida en común, puede ser la base de un futuro digno para Canarias.
LAS DUDAS DE ANTONIO MORALES Y EL NERVIOSISMO DE TEODORO SOSA
El plan inicial del tándem pasaba por desplazar a Román Rodríguez de la dirección de Nueva Canarias y colocar al frente del partido a Morales a título testimonial y al galdense como aspirante a «Guanarteme» en Cabildo y Congreso de los diputados. Creían ambos que en ese objetivo les seguirían «los barones» locales y que las resistencias serían pocas. «La cosa» se «cambó» cuando Teodoro comenzó a volar más alto y por su cuenta, con riesgo incluido. El galdense, crecido por su ego y untado con dinero público, ya coqueteaba con CC y lo más sembrado del populismo de derechas en Gran Canaria.
Y es ahí donde los caminos de Morales y Sosa empiezan a desbarrar. El galdense comienza un periplo de encuentros discretos con engendros de la política local como la alcaldesa de Mogán o el de Telde, ambos veletas que han aplaudido y pactado con el PP y CC a cambio de sostenerse o alcanzar el poder y mayor proyección. Después se han producido encuentros con alcaldes de CC y con los dirigentes claves de la Coalición Canaria que gobierna aquí con el PP ultra y que co-gobierna hasta con VOX en varios municipios. Teodoro Sosa les pide ser «el aliado en Gran Canaria» y los caínes se muestran encantados de usar por fin esos votos para seguir «vendiendo la finca y el pastel canario al mejor postor extranjero». Y es aquí donde Morales ha echado el freno. Al «personaje», verdadero urdidor en la sombra de la operación anterior, se le aparecen de noche todos los fantasmas de su pasado y le preguntan si así es como quiere pasar a la historia: como aquel que se vendía de izquierdas y ecologista un día y terminó abrazado a la derecha caciquil que destruyó el paraíso natural canario en todos sus décadas en el poder.
Más aún, partidos como Roque Aguayro, que ha presumido de altos valores y principios en otra etapa, se encuentra ahora en la encrucijada a que la conduce el eterno escudero, Óscar Hernández, otrora progresista y ahora volcado en una operación de transfuguismo político e ideológico de manual. ¿De verdad la medalla de izquierdas que se colocaba Roque Aguayro desde su creación era una mentira?.
En aras de ser objetivo, es cierto que la jubilación de Román Rodríguez, Carmelo Ramírez y Pedro Quevedo se retrasó demasiado por el narcisismo enfermizo de estos tres personajes, más de 20 años dirigiendo. Es tan cierto eso como que la hoy guardia pretoriana de Teodoro Sosa vivió de ser «los elegidos» por esa tricefalia para encabezar las candidaturas locales. Tan cierto como que quienes ahora marchan a «Primero la nómina» sólo buscan mantener su condición de concejales ahora y en el futuro y que a ellos no se les aplicará renovación alguna.
Morales, en un gesto de inmoralidad política que le retrata como alguien sin escrúpulos ni honestidad política, no sólo pasa de la nocturnidad alevosa al limbo de la indefinición tras provocar la ruptura, sino que ahora mantiene su poltrona con tránsfugas sino que pretende pasar por inmaculado. Inaudito.
Las huestes de Teodoro andan buscando bajo la tierra a cualquiera que quiera sentarse como compromisario en su próximo Congreso de Octubre. Vale quien sea. «Lo importante es hacer bulto» le decía a un dirigente vecinal de Las Palmas de GC, ex del PP, ante la constatación de que en la capital canaria solo tiene a los tránsfugas y poco más. Nervioso anda Sosa ante los conatos de deserción que empiezan a aparecer ante la confirmación de que el plan final era CC y no la renovación interna. Otros empiezan a plantearse que si «la idea» era superar los personalismos el de Teodoro, con formas que entran a veces en el histerismo, empieza a mostrar un rejo preocupante.
Se le está haciendo muy tarde a Morales para bajarse del tren. Muy tarde a los «engañados» para no morirse de vergüenza ante su bandazo de la izquierda al populismo rancio por una nómina. Muy tarde….demasiado tarde tal vez, para no quedar muy mal en la historia política de Canarias.
Hijosdecanarias.com