Jose Luis Florido ha pasado más de dos décadas de su vida dando caña en el ámbito de la educación. Siguiendo los pasos de su hija, que estudió primero en el colegio Plácido Fleitas y después en el instituto José Arencibia, ha actuado como miembro de la AMPA durante años hasta convertirse finalmente en 2013 en presidente.
Hace unos meses se despidió de las aulas escolares y las luchas por convertir el espacio educativo en un lugar cómodo y afable para sus estudiantes. El Gobierno de Canarias conmemoró su ida en un acto emotivo, en donde recibió una banda y un diploma por todos sus años de implicación en el centro escolar.
Florido, al mirar hacia el pasado y recordar, nombra a Josefa Naranjo, Pedro Naranjo y Clara Sánchez como los tres directores escolares que más le marcaron durante esta etapa (excluyendo solo a Carmen Batista, con la que tuvo una larga lista de confrontaciones). Admite que tuvo muchas dificultades, pero que nunca se rindió. El exrepresentante escolar sostiene que «la inspección es lo que menos funciona en un instituto, por eso yo siempre recomendaba a los padres de los estudiantes que ante un problema acudieran directamente a la Fiscalía del Menor».
Sabe de lo que habla, porque en esos años vivió episodios duros como «el caso de las agujas», sostiene. Un profesor y tres alumnos utilizaron una misma aguja durante una prueba de diabetes que se realizó en el centro hace apenas tres años. Florido denunció la situación, que resultó en la ida del 90% de la plantilla del claustro. «Después entraron montón de profesores jóvenes, con una visión diferente y fresca de las cosas», sostiene orgulloso.
Florido no piensa irse, a pesar de su jubilación. «Algunos antiguos miembros del AMPA y yo estamos creando una asociación de padres de exalumnos y no pensamos parar de denunciar lo que veamos injusto, los jóvenes se merecen una educación decente y con buenas condiciones en sus centros», asevera, pues todavía tiene una lista de urgencias como el pintado de las fachadas, el arreglo de las tuberías y la rehabilitación integral del aula laboratorio.
La Provincia-Dlp