Francisco Ojeda Cabrera acaba de hacer unas declaraciones demoledoras a Telde Libre y ONDA GUANCHE tras cumplirse los primeros dos años del accidente mortal de su hijo, Jhonander. Ojeda nos revela por primera vez que se ha ocultado que su hijo sufrió otro accidente del que salió vivo milagrosamente en agosto del 2015 (hasta ahora sólo se conocía dos accidentes, el mortal y otro del que salio vivo, cuando iba con otros 5 compañeros y se incendió uno de los motores de su aeronave, aterrizando en la Base, milagrosamente.
Francisco Ojeda en declaraciones a Telde Libre y ONDA GUANCHE nos avanza por qué retiró el mural que inmotalizaba a Jhonander y las promesas incumplidas de la alcaldesa de Telde, Carmen Hernández.
Ojeda no está dispuesto a seguir sufragando de su bolsillo un reconocimiento institucional del Ayuntamiento al héroe del cielo, un símbolo, ejemplo y referente en el barrio de La Garita. Francisco Ojeda afirmó que quitó el mural porque estaba deteriorado. Lo que cabe es que la institución municipal retome en forma de reconocimiento como se ha hecho a los otros fallecidos en sus respectivas localidades, con la colocación de un mosaico gigante (como el que tiene la popular y querida periodista Mara González en la plaza del Pilar), que dura toda la vida.
El padre de nuestro héroe del aire nos recuerda con impotencia que a los compañeros de su hijo se le han hecho sendos reconocimientos en su tierra. Al teniente Saul Lopez Quesada, una calle y una plaza con su nombre en Las Rozas en Madrid, la plaza más famosa del barrio. Al capitán, Dani Pena Valiño de La Coruña, se le hizo un monolito al lado de la Torre de Hércules y todo sufragado por las instituciones, así como a los otros compañeros fallecidos en acto de servicio, en sus respectivas ciudades mientras yo he pagado hasta ahora los recuerdos para inmortalizar a Jhonander.
Francisco Ojeda está desilusionado, decepcionado e indignado con la alcaldesa de Telde, Carmen Hernández: «Yo soy una persona de palabra, confié en la promesa de la alcaldesa. Creí en su palabra, porque se comprometió ante mí y ante Julia Martel en su despacho en la alcaldía. A mí no me interesa la política. Carmen ha jugado con nuestros sentimientos y el del pueblo de La Garita. Tengo mucho dolor y la alcaldesa me ha hecho daño. De hecho es tanto el dolor que no quise celebrar la misa aniversario en La Garita, porque estoy muy dolido, Manuel Ramón. Lo único que ha hecho la alcaldesa un año y medio después, es poner una toma de agua para regar las plantas, todo este tiempo lo he estado regando con garrafas», nos dijo literalmente Francisco Ojeda Cabrera.
El pasado domingo, 22 de octubre hizo dos años de la muerte del sargento mecánico de vuelo y especialista en rescate, Jhonander Ojeda Alemán. El joven sargento del Ejército del Aire falleció el mismo día que cumplía 27 años junto a los pilotos José Morales Rodríguez y Saúl López Quesada. Los tres murieron cuando el helicóptero del SAR en que regresaban de unos ejercicios de adiestramiento en Senegal cayó al mar a 500 kilómetros de Gran Canaria, tras una escala en Mauritania. Era la consumación de la doble tragedia de Jhonander, único superviviente de otro siniestro del SAR que le había costado la vida a cuatro militares en otro helicóptero caído al mar en marzo de 2014 y de otro del que también salvó la vida milagrosamente, del que no se sabía y acaba de conocer ONDA GUANCHE.
Ocurrió en agosto del 2015, cuando se incendió un motor de su aeronave, con 6 miembros en la tripulación, salvando la vida milagrosamente, por segunda ocasión. El digital emergente ONDA GUANCHE también ha sabido de fuentes familiares que el Ejército ofreció en esa ocasión una importante indemnización y la jubilación anticipada cobrando el doble, esto es el 200 por ciento, o quedarse como mecánico de tierra a lo que Jhonander renunció, decidió seguir volando porque su trabajo era su vida y su pasión desde niño. De hecho, pidió seguir en rescate para ayudar a salvar vidas, dando la suya, en el último accidente que le costó la vida. Por eso, su padre, Francisco Ojeda en la placa del monolito rotuló la leyenda: «VIVIR UN SUEÑO Y MORIR POR EL». Conviene recordar que Francisco Ojeda Cabrera lleva mas de 30 años entre aviones y helicópteros, es su profesión, trabaja como Coordinador Operaciones A.M (AENA).
Dos años después de perderlo, su padre, Francisco Ojeda sigue sin respuestas, ni siquiera conoce el informe preliminar de la comisión investigadora del accidente, homicidio para exteniente del Ejército, Luis Gonzalo Segura. Dos años después el incumplimiento de la palabra dada de la alcaldesa de Telde Carmen Hernández al padre de Jhonander de que iba a inmortalizar el mural del héroe del aire, ha quedado en una falsa ilusión.
El mural en La Garita de Jhonander la ha pagado íntegramente su padre, Francisco Ojeda. La alcaldesa Carmen Hernández se comprometió a ser la escultura, teniendo que ser retiraro el mural por su padre al encontrarse deteriorado por el sol. Testigo del engaño de la alcaldesa Carmen Hernández a Paco Ojeda es la líder vecinal del barrio Julia Martel que se reunió con Francisco y la alcaldesa en su despacho en la que Carmen se comprometió hacer una escultura al héroe del cielo, quedando como todas las promesas de la alcaldesa, Carmen Hernández.
Francisco y Julia confiando en la palabra de la alcaldesa Carmen Hernández que les dijo en su despacho que disponía de hasta 18.000 euros para hacer la escultura hablaron con Chano Marrero, que era supuestamente el que la iba a realizar, quedando en otra falsa promesa de la alcaldesa, de ahí que Francisco Ojeda optara por hacer el monolito, realizando todas las gestiones oportunas con la Demarcación de Costa de Canarias, sin ninguna ayuda ni apoyo institucional.
La alcaldesa Carmen Hernández no sólo no ha hecho ninguna escultura, tampoco se interesó por el mural, que se ha tenido que eliminar al estar deteriorado por el tiempo llegando la escarcha a la cara de Jhonander. O sea, que ha sido Francisco Ojeda el que ha sufragado todo los gastos, que entre el trabajo pictórico (5000 euros) y luego eliminar el mural y dejar la pared en su estado original (1000 euros), ha costado alrededor de 6000 euros.
Manuel Ramón Santana