Me siento con todo el derecho del mundo a dirigirle estas palabras. Primero porque soy ciudadano y contribuyente y pago su sueldo como cargo público. En segundo lugar porque dediqué diez años de mi vida al proyecto que, entre otros usted dirige y creció, gracias a militantes de base como yo que invertimos energía y pusimos la cara y las manos en la calle para erigirles como representantes. En tercer lugar lo hago porque siento la necesidad de marcar públicamente distancias con quienes están representando una traición a esas ideas y un acicate más para la indignación ciudadana por la vía, no del robo a las arcas públicas como el PP, pero si por la de la falta de escrúpulos y la indignidad.La verdad es otra D.Pedro Quevedo Iturbe.
La verdad es que usted y otros dirigentes de NC buscan desesperadamente argumentos con los que salir del limbo político en donde han metido a la organización por mor de un pragmatismo oportunista, improvisado y sin sustento ideológico alguno. Usted, con su voto, sólo pretende que CC no lamine definitivamente el papel de medianero que NC ha querido volver a retomar tras el estrepitoso fracaso de la decisión de ir con el PSOE a las generales (por dos veces) y diluir la identidad nacionalista (¿?) que la organización había tratado de construir. Usted y otros dirigentes de NC redactores de ponencias de ideologia y estrategia, llamaron a los militantes y afiliados a definirnos como nacionalistas de izquierda para después sumarse a una alianza con el nacionalismo español sociai-liberal y en apenas dos años estar pensando incluso darle el voto a unos presupuestos que presenta en las Cortes una «banda criminal organizada» llamada PP. Y lo peor no es sólo que usted y otros dirigentes de NC cambien tan rápido de opiniones, argumentos y posiciones políticas sino que se pretenda insultar la inteligencia de decenas de miles de canarios que les votaron con una especie de funanbulismo discursivo que, sobrepasa su resignación, para convertirlo en una vergüenza.
José Carlos Martín Puig, sociólogo
