El nombre Haciendo balance de mi experiencia al frente de la Concejalía de Obras Públicas de Telde durante el último año, una de las cuestiones que más he valorado a nivel personal ha sido la toma de conciencia acerca de las graves carencias de accesibilidad que tiene nuestro municipio. Que cierto es que el ser humano está siempre aprendiendo, o al menos en disposición potencial de hacerlo.
La verdad es que nunca me había considerado ajeno a esta problemática, pero una cosa es tener conciencia en abstracto de las dificultades que suponen para muchos ciudadanos las barreras arquitectónicas, y otra muy diferente bajar al terreno de brega y descubrir la realidad concreta de este delicado asunto en toda su extensión.
Por mi recorrido por los distintos barrios y aún por el centro de nuestra ciudad, he ido apreciando que estamos muy lejos de ser un ejemplo en accesibilidad. Y es por ello que al tomar plena conciencia de estas carencias, he dedicado buena parte de mis energías a ir paliando las mismas a través de pequeños proyectos y obras que repercutieran en ir transformando la cruda realidad, en ir dando pequeños pasos para construir el Telde del futuro, una ciudad para todas las personas.
Sin lugar a dudas hay muchísimo por hacer, pero todo comienzo es una puerta abierta a la esperanza, y sobre todo a tener muy en cuenta que los espacios públicos deben estar adaptados para que puedan ser disfrutados en igual medida por todos, pues de lo contrario estamos contribuyendo al aumento de las dificultades de integración de nuestros vecinos con movilidad reducida y por ende, a una sociedad menos igualitaria y profundamente injusta.
A lo largo de este año, tanto con fondos propios como con los provenientes del plan de cooperación del Cabildo de Gran Canaria con los Ayuntamientos, se decidió desde la Concejalía que dirijo llevar a cabo distintas inversiones en este ámbito, cuyo monto global excede los 500.000€. El último proyecto ejecutado es el de las mejoras en la playa de Melenara, finalizadas hace tan solo unos días, y que convierten este popular enclave costero en la primera playa del municipio totalmente accesible, dejando además marcado el camino de lo que se debe ir haciendo con las restantes. Al tiempo presente ya están tramitándose sendos proyectos para el acondicionamiento del entorno urbano en el Distrito Caso-Centro, así como para el adecentamiento de aceras y supresión de barreras arquitectónicas en Jinámar, y en los Distritos de Costa y Medianías, que se irán ejecutando a lo largo de este año 2015 y que supondrán un costo cercano a los 400.000€.
En la actualidad me encuentro trabajando con mi equipo en un proyecto mediante el cual, si la ciudadanía otorga al CCN el necesario respaldo en las urnas en los comicios del mes de mayo, convertir a Telde en una ciudad sin barreras arquitectónicas durante el próximo mandato. Para ello pondré todo mi esfuerzo en priorizar este tipo de obras a lo largo y ancho de nuestro el municipio, ya que entiendo que forman parte de lo que debería ser la infraestructura básica de cualquier ciudad del siglo XXI.
No podemos continuar avanzando atropelladamente sin resolver con carácter previo estas deficiencias; tenemos que volcarnos con las personas y sus necesidades, porque ciertamente lo primero en cualquier propuesta política que se precie deben ser las personas, y pretendo hacer de esta máxima algo más que una mera afirmación retórica, por el contrario, convertirla en una realidad que pueda palparse en todas y cada una de las acciones del futuro gobierno de Telde.
(*) Juan Martel es segundo teniente de alcalde de Telde, concejal de Vías y Obras y candidato a la Alcaldía por el CCN
