Parece que la alcaldesa imputada Carmen Hernández que es la Jefa nata de la Policia Local o su concejal delegado de Policía, Juan Francisco Martel (una responsabilidad política que legalmente no se puede delegar), hayan colocado un chip interno a los agentes de la Policia Local que trabajan con el área de Protección animal, pudiendo detectar los decibelios del ruido de los ladridos de los perros, que parece que son medidos por precisión absoluta y enviado desde el chip instalado en la dermis del policía a la base de datos de la jefatura, o eso al menos parece, por cuanto el Jefe de la Policia Local no ve necesario el uso del sonómetro para la mediación del ruido de los ladridos de un perro pudiendo sancionar a su criterio al dueño de un perro por sus ladridos sin medir los decibelios del ruido.
El sonómetro es el aparato mediante el cual se mide el ruido, bueno, más bien la intensidad del ruido que se mide en decibelios. Algunas personas los conocen como “medidor de decibelios” aunque este no es el nombre técnico.
La palabra del Policía Local prevalecerá, según el Jefe de la Policia (“presunción de veracidad” que vulnera el principio constitucional de la presunción de inocencia del ciudadano y el derecho a ser escuchado en su defensa), pudiendo sancionar el Policía Local al dueño de un perro por sus ladridos, sin ninguna medición de ruidos, “prevaleciendo la palabra del agente a las manifestaciones que pueda hacer el perjudicado”, según un comunicado del Jefe de la Policia Local de Telde Felix Ramos, del pasado 26 de noviembre del 2016.
A lo mejor el Jefe de la Policía Local de Telde le convendría colocarse un bozal y evitar estas mamarrachadas.
Manuel Ramón Santana
