«Tristes formas de gobernar (o de pretenderlo)…»

Comparte esto:

Decía Aristóteles (considerado el primer precursor de la ciencia política) que «no hay una única forma de gobierno porque esa depende estrechamente de las caracteristicas del pueblo y ciudad a gobernar»…

Dando por sentado lo correcto de esa afirmación, y viendo cómo van las cosas últimamente miremos donde miremos, parece claro que la humanidad, en conjunto, va hacia atrás, con gobernantes elegidos por el pueblo que sólo piensan en sus propios intereses olvidando la función para la que TEORICAMENTE fueron escogidos…

Remarco lo de teóricamente porque a veces cuesta entender cómo la ciudadanía es capaz de otorgar apoyo con su voto a personas «sospechosas» de delitos de corrupción o de actividades que no se corresponden con la gestión honrosa y democrática que debieran desempeñar (otra cosa son los políticos que incumplen lo prometido después de haber sido elegidos, es decir, que «engañan realmente» a sus electores). Y ejemplos de ello tenemos por todas partes hoy día, desde el más pequeño Ayuntamiento hasta las más altas esferas (ahí está Donald Trump, aparente «favorito» de gran parte del electorado yanqui a pesar de las cosas que dice).

Si empezamos desde la municipalidad nos hartamos de ver comportamientos que debieran ser suficientes para el rechazo de los ciudadanos y que sin embargo siguen siendo capaces de aunar votos suficientes para gobernar o al menos lograr representación. En muchos casos los resultados de su pésima gestión aparecen después de haber sido derrotados en las urnas, cuando otros munícipes son elegidos y empiezan a comprobar en sus carnes el deterioro de su Municipio y las deudas heredadas. Ahí están ahora mismo los casos de Madrid o Valencia, pero son muchísimos más…

Como teldense tengo que fijarme (y mucho) en la grave situación que padece mi Municipio de Telde debido a pésimas gestiones anteriores que nos arruinaron y nos convirtieron en una de las corporaciones más endeudadas del Estado: primero con el aquel cuatrienio negro (2003/2007) que acabó con la detención del grupo de Gobierno por el CasoFaycán, y que tras pasar 10 años de aquello aún estamos a la espera de juicio. Pero lo más triste es que cuatro años después, en 2011, volvieran a gobernar las mismas fuerzas políticas (de hecho, con una de las personas pendientes de juicio como alcaldesa) y remataran la faena en un «cuatrienio negro bis».

Ahora afloran deudas por todas partes, debido, entre otros motivos, a vistas judiciales en las que la anterior corporaciónno se molestó en presentarse, a recortes en servicios como el de limpieza demostrando el poco interés en el ciudadano, o a gastos «ocultos» como la famosa auditoría de la que todos hablan ahora y que el actual grupo de Gobierno investiga…

Si seguimos subiendo en el «escalafón» vemos como tenemos un Presidente del Gobierno de Canarias que «presume» abiertamente de «trabajar» para los empresarios y promociona los bajos sueldos de los canarios como «atractivo» para inversores. De acuerdo que, al igual que pasara en Telde en los dos cuatrienios negros, no fue precisamente Fernando Clavijo y su Coalición Canaria quienes ganaron las elecciones, pero sí que tuvieron el apoyo suficiente para formar gobierno a pesar de saberse de antemano muchas de sus «maneras».

Pero el reflejo más patente ahora mismo del interés personal de nuestra clase política y del a veces incomprensible apoyo de la ciudadanía, lo encontramos a nivel estatal: a pesar de la corrupción extrema, del incumplimiento total de su programa, de la mala gestión realizada en cuatro años y de los recortes brutales que han empobrecido a la población, resulta que el partido más votado ha vuelto a ser el Partido Popular (aunque con casi total imposibilidad de gobernar).

El caso es que encima, las posibilidades de lograr un cambio político se tornan difíciles, no porque sea imposible formar una mayoría cohesionada para lograr un frente de izquierdas, sino porque los personalismos de quienes tienen la fuerza para hacerlo les impiden dialogar y prefieren ponerse trabas, hoy uno, mañana otro, mientras el pueblo sigue reclamando soluciones y pasando, en muchos casos, auténtica hambre y necesidad.

Pues sí, parece que si hacemos caso a Aristóteles, las características del pueblo español son tan penosas que tenemos lo que nos merecemos…

Angel Rivero García www.encanarias.wordpress.com

Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario