Suzanne Powell llega este martes al teatro Juan Ramón Jiménez para ofrecer una conferencia sobre la salud del cuerpo, la mente y el alma. Pero como ella misma reconoce, y sus seguidores lo saben, termina hablando en su conferencia sobre lo que el público quiere escuchar.
Cuando la Concejalía de Cultura anunció meses atrás la fecha de la charla de Suzanne Powell, las 500 entradas del teatro municipal se agotaron en 24 horas. La expectación que ha generado su presencia en Telde dejó a muchas personas sin ticket para acceder. Sin embargo, al ser gratuitas, con la petición de donación de alimentos para Cáritas, existe una proporción de asistentes que finalmente no acude. Por este motivo, mañana a las 20.00 horas habrá una denominada «cola de los sin papeles». La instructora zen invita a los que quieran asistir a que vayan al recinto porque existen muchas posibilidades de entrar.
Powell es autora de varios libros, donde ofrece guías para estar más saludable a nivel físico, mental y espiritual. Explica que su intención no es aportar mensajes negativos, sino esperanza, y apuesta por empoderarse, es decir, tomar el poder de nuestras vidas a través del conocimiento. «La ignorancia mata. Mi labor es informar, no asustar ni crear dramatismo, sino aportar datos», aclara. Hace especial hincapié en su libro sobre el cáncer, que no habla en sí de la enfermedad, sino de las formas de reajustar hábitos y alimentación para evitarlo.
La experta en autoayuda insiste en que la mente atrae lo que más se teme y que es necesario saber que cada uno es cocreador de su propia existencia. «El mismo poder que tienes para crear un cáncer, lo tienes para crear cosas maravillosas. Pero la gente está condicionada, nos han inculcado tanta codificación, que lo ha perdido». Eso sí, apunta que tiene que empoderarse nuevamente «pero recordando quién es, de dónde viene y hacia dónde va», como relata en el libro sobre el reset colectivo. Este método elimina bloqueos en el sistema nervioso. «Es como una puesta a punto». El objetivo es que la gente aprenda a pensar diferente, ha darse cuenta del poder de la palabra y el pensamiento. «Somos cocreadores de nuestros dramas y nuestras desgracias, pero también de la abundancia y la alegría». Eso es lo que enseña en sus cursos zen: «aprender a ser vosotros mismos».
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