RELATO CORTO: «LA EXTRAÑA ALIMAÑA DE LAS TRES CABEZAS» (POR JAVIER MARTÍ)

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En la Provincia de Barixal, de un País del lejano Continente, todos los años llegada la Navidad, el Concejo Provincial organizaba un Concurso de Narrativa entre todas las Aldeas y Ciudades que formaban la Provincia.

Podían presentarse al concurso todos los Aldeanos y Ciudadanos del Concejo que fueran mayores de edad y de ambos sexos que así lo desearan.

Tres premios eran los que se ponían a concurso. El primero constaba de un cheque de 500 barxils, y la publicación de la obra a nivel nacional e internacional. El segundo premio estaba dotado con un cheque de 250 barxils y el tercero, de 150 barxils.

Cosme, era el maestro de la aldea de Parpayosse. Era una pequeña aldea situada en lo alto de la meseta del Mongonse que distaba de Barixal unos 20 kilómetros.

Animado por los aldeanos de Parpayosse y de los caseríos contiguos, Cosme dispuso lo necesario para hacer realidad un relato basado en hechos casi increíbles y sueños casi reales que eran fruto de las leyendas que los ancianos del lugar habían contado a lo largo de los muchos años que llevaba en Parpayosse.

Para no contristar a los ancianos del lugar, Cosme fue recopilando uno a uno todos los relatos y fue clasificándolos, de mayor a menor credibilidad, para darles el formato preciso para que fueran entendidos por quienes formaren el Jurado del Concurso de Narrativa.

Largas noches pasó en su choza transcribiendo aquellos relatos que guardaba en su mente. Eran leyendas que pasaban de Padres a Hijos y que eran creíbles para los aldeanos que, con respeto, las hacían suyas, como lo fueron para Cosme, y para sus hijos y nietos.

En una oscura noche de invierno, Cosme despertó súbitamente de un sueño que acababa de vivir. Estaba sudoroso, nervioso y su cuerpo temblaba de miedo.

Tomando un lapicero y con la luz del candil de aceite que tenía sobre la mesa, sin prisa, pero sin pausa, fue plasmando en unas hojas de papel el sueño vivido, a la vez que acariciaba a su perro que inquieto, estaba a sus pies.

Recordó, de su sueño, la leyenda de la alimaña de las tres cabezas que el anciano hechicero le relató al poco de llegar a la aldea de Parpayosse.

En una de las cuevas cercanas a la aldea se ocultaba una alimaña con tres cabezas: eran cabezas de feroces lobos, de ojos rojos como el fuego, y de enormes y afilados colmillos.

Se alimentaba de los animales que cazaba en las aldeas en las noches de luna llena, de serpientes y de otros animales que habitaban en las laderas de las montañas.

Era una feroz alimaña de aspecto repugnante, babosa y sucia: su pelaje era negro, con una extraña marca en la espalda en forma de cruz invertida de color blanco que en las noches de luna llena se divisaba a gran distancia. Tenía aterrorizados a todos los aldeanos del lugar.

Cuentan que una noche de luna llena bajó a una de las aldeas y devoró todo cuanto se puso en su camino: perros, ovejas, cabras, gallinas, gatos y hasta algún pastor que cuidaba de sus rebaños.

Cosme fue, en su sueño, el elegido para dar caza a la alimaña.

Los aldeanos le indicaron el camino que debería recorrer hasta llegar a la guarida de la alimaña para poder darle muerte.

Contaba sólo con la ayuda de un arco y unas flechas con veneno en la punta que tendría que clavar en el centro de esa cruz invertida que la alimaña tenía en su dorso: era el único lugar en el que la alimaña quedaría inmovilizada.

Armado de valor, preocupado y con el pulso un tanto tembloroso anduvo unos metros hasta la entrada de la guarida y aprovechando que la alimaña dormía después de uno de sus atracones, se introdujo sigilosamente por el oscuro pasadizo.

Anduvo por una especie de túnel largo y oscuro hasta llegar a una gran caverna llena de estalactitas y estalagmitas que le daban una belleza sin igual al lugar. Nadie antes se había atrevido a entrar: él era el primero en hacerlo.

Alumbrado por la luz de una antorcha pudo ver a la alimaña que dormía profundamente tumbada panza arriba.

Tuvo que esperar a que se diera la vuelta y quedara boca abajo para poder situarse tras ella y así poder disparar sus flechas en el dorso y darle muerte.

No fue fácil la tarea, pues la alimaña, aunque descansaba y parecía dormir profundamente, siempre tenía una de sus tres cabezas despierta y vigilante ante cualquier imprevisto que pudiere darse en el entorno.

Cosme se había impregnado con unas apestosas y mugrientas grasas de animales putrefactos que por tal desagradable olor difícilmente la alimaña podría distinguir un cuerpo humano allí presente.

Aprovechando que las tres cabezas de la alimaña estaban entrelazadas y aparentemente dormidas, tensó su arco con una flecha envenenada y la disparó con tal fuerza que ésta alcanzó de lleno la cruz invertida casi atravesándole el cuerpo.

La alimaña rugió del dolor, intentó levantar sus cabezas, pero fue nuevamente abatida por otra flecha que alcanzó la unión de los cuellos dejándolos inmóviles.

Cosme siguió disparando flechas hasta ver que la alimaña yacía mal herida e inmóvil en el suelo en medio de un gran charco de sangre.

Cuando estuvo seguro de que la alimaña estaba muerta, roció sobre ésta una sustancia que, con el fuego de su antorcha, ardió rápidamente hasta dejarla totalmente calcinada.

Seguro de sí mismo y viendo que alimaña estaba ya carbonizada, emprendió el camino de regreso a la aldea.

Tenía que volver por donde entró, era un lugar siniestro, de mal olor y lleno de huesos, de esqueletos de animales devorados.

Confiado salió de la guarida: había dado muerte a la alimaña y ya nada podía asustarle, o eso creía él.

Escuchó unos sigilosos pasos que tras de sí se aproximaban con rapidez.

Notó la respiración agitada de un animal que, con su babeante lengua goteaba sobre su cuello y sin mover un solo musculo permaneció inmóvil.

Tembloroso, frio por el temor y nervioso despertó de su sueño.

CONTINUARÁ…

RESEÑA BIOGRÁFICA DEL AUTOR:

Javier María Martí Martínez, natural de Gandía (Valencia) y residente en San Gregorio (Telde) desde 2005, reconocido por su talento literario, ha decidido compartir su trabajo de forma desinteresada con la comunidad, brindando a niños y jóvenes de Telde la oportunidad de disfrutar de su imaginación a través de la lectura.

A mis queridos lectores, por dedicar unos minutos de su tiempo, en leer lo que este humilde escritor ha pensado en que les pueda gustar.

                                                                                               El Duendecillo Valiente                                                                            

1ª edición: 2016

Corrección:   M. G.  –  A. M.

Diseño de portada: Javier María Martí Martínez

Impresión/Edición: Javier María Martí Martínez

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

DEPÓSITO LEGAL: GC – 115 – 2016

NÚMERO DE ASIENTO REGISTRAL: 00 / 2016 / 2141

Florentino López Castro

Florentino López Castro

4 comentarios en «RELATO CORTO: «LA EXTRAÑA ALIMAÑA DE LAS TRES CABEZAS» (POR JAVIER MARTÍ)»

  1. Muchas gracias D. Javier por compartir el relato «La extraña alimaña de las tres cabezas». Me dejó intrigadisima. Seguiré atenta. Muchas gracias.

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  2. Muchas gracias D. Javier por compartir el relato » La extraña alimaña de tres cabezas». Me ha dejado muy intrigada. Seguiré leyéndole si vuelve a publicar su obra. Muchas gracias.

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    • Dª Carmen Suárez Hernández, muchas gracias por sus palabras.
      Como bien ha podido leer, este relato corto se ha divido en partes, por lo que esa palabra que aparece en rojo, que dice “CONTINUARÁ…” es, como bien intuye, que en breve saldrá la segunda parte.
      Me agrada ver que la primera la ha dejado muy intrigada. Espero que la segunda parte sea de igual intriga que la primera.
      Comentarios como el suyo son los que animan a que un escritor siga escribiendo esos relatos que gustan a quienes pierden unos minutos de su valioso tiempo en leerlos.
      Ud. ha sido la primera en dar su media opinión. Como es obvio, le falta la segunda parte para que su opinión tenga tanta o más fuerza. Espero que otros lectores se animen a dar sus comentarios. Muchas gracias.

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  3. Buenas tardes D. Javier. Va a publicar también el relato: «Se mecía sola la vieja mecedora?».
    También me podría decir dónde comprar sus obras?

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