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El regreso a Güime fue una carrera de obstáculos… corrían sin mirar donde pisaban y por donde entraban… lo único que querían era llegar a casa y enseñarle a Dinfna y a sus Padres y hermanos el libro que Carlow había editado y del que Beneharo era el autor.
Tal era la polvareda que levantaban corriendo por los campos cercanos a la granja que Adassa y Dinfna pensaron en una tormenta de arena que se les venía encima…
Desde lejos se les oía gritar a los dos amigos… no se les entendía nada, pero los gritos eran cada vez más fuertes y… de alegría.
Adassa avisó a Achxuraxan de la acalorada llegada de Beneharo…
Rayco avisó a sus hermanas que Beneharo llegaba con algo en las manos que zarandeaba de un lado a otro mientras Diegotón portaba en sus brazos una caja…
-Sosiégate un poco –dijo Adassa. Ni que hubieras visto un fantasma a plena luz para llegar corriendo y agitando los brazos.
-¡Mi libro… mi libro! –exclamaba Beneharo. Han publicado mi primer libro…
-¡Tu primer libro! –exclamó Dinfna asombrada… ¡Cómo que tu primer libro! A saber, que habrás escrito para que te lo publiquen…
-¡Sí! –exclamó Beneharo. Mi primer libro de mis aventuras en alta mar… de lo que he visto y vivido durante la travesía desde Arrecife a Cork… De mis visitas a Inglaterra y Francia… De ti, Dinfna… de nuestro amor… de cómo nos conocimos… de cómo me recibieron tus Padres y hermanos… ¡todo!
-Hablando de Padres y hermanos –dijo Rayco. La familia de Dinfna saben ya que son abuelos… que tienen una nieta…
-¡Arrecha! –exclamó Beneharo. Con la alegría del paquete se me olvidó mandarles un telegrama para darles la sorpresa…
-¡Vamos… vamos… vamos…! –comentó Adassa. Mira que olvidarte de lo más importante…
-¿En serio que se te olvidó mandar el telegrama? –preguntó Dinfna con cara de pocos amigos…
-Yo creo que no –dijo Adassa. Conozco muy bien a mi hijo y sé que lo ha mandado… Algo me dice que lleva el resguardo en el bolsillo…
-Se equivoca Madre –comentó Beneharo. En el bolsillo sólo llevo unas perras que nos han sobrado de los vinos que nos hemos tomado en el bar Diegotón y yo…
-Pero… si hemos salido corriendo para venir cuanto antes –comentó Diegotón poniendo cara de sorprendido.
-¡Mira que eres aguafiestas! –exclamó Beneharo. ¡Para una vez que quería darles una sorpresa vas y metes la pata… ja ja ja!
-No entiendo nada, lo juro –dijo Diegotón. Estoy descolocado…
-¡Sí! –exclamó Beneharo. Es lo primero que he hecho al llegar al despacho de Correos mientras Diegotón hacía cola en la fila de recogida de paquetes… Aquí está el resguardo… entre uno de esos ejemplares lo puse para no perderlo…
-Menuda sorpresa se habrán llevado Aisling y Ryan –dijo Beneharo riéndose… me imagino sus caras al leer que son abuelos de una niñita…
-No te olvides de Niall… Connor… y Liam, mis hermanos –dijo Dinfna abrazando a Beneharo… Eso de que ya son tíos les habrá sorprendido tanto que seguro lo estarán celebrando a lo grande…
-No lo dudéis –dijo Achxuraxan… creo que ya lo saben… ¡Y tanto que lo saben!
-¿Cómo es que está usted tan seguro? –preguntó Dinfna a Achxuraxan…
-No hay más que ver como corre la motocicleta de Arico, el cartero –comentó Achxuraxan… Mirad como viene por el camino… O frena ya o se empotra en el corral…
-¡Telegrama de Galway para Dinfna y Beneharo! –exclamó Arico agitando la mano con mucho ímpetu…
-¡Para, que te vas a estrellar en el corral! –exclamó Adassa… ¡Para…!
-No hace ni quince minutos que ha llegado y he venido lo más rápido que he podido –dijo Arico. Seguro que son buenas noticias… No todos los días llega un telegrama de tan lejos a Güime…
Tomando Beneharo el telegrama lo leyó en silencio mientras Dinfna, muy inquieta y emocionada veía a su amado esposo llorar de alegría…
-¿Se puede saber qué es lo que dice? –preguntó Dinfna muy nerviosa…
-Léelo tú misma… -dijo Beneharo. Está escrito en tu idioma y sólo he podido entender sus nombres y los besos que nos mandan…
Dinfna leyó en silencio el telegrama y entre risas y lágrimas tradujo lo escrito:
Amados Dinfna y Beneharo: Esperábamos con impaciencia saber de vosotros. Sospechábamos que ese viaje nos daría a todos muchas alegrías. Aisling, tu Madre, comentó que estabas muy cambiada días antes de partir. Ella intuía que en tu vientre llevabas una nueva vida, un bebé… Hemos llorado de alegría al saber que tenemos una preciosa “cailín beag” que nació en el barco y que se llamará “Réalta Na Farraige”.
Vuestros hermanos no paran de gritar y dar saltos de alegría al saber que son tíos de una cailín beag…
Estamos preparando el equipaje para ir Lanzarote y conocer a Réalta Na Farraige y la familia Beneharo.
Avisamos llegada en breve.
Con todo cariño de vuestros Padres y hermanos que os quieren, Connor, Niall, Liam, Aisling, Ryan.
Todos los presentes guardaron silencio hasta que Beneharo lanzó un grito que hizo llorar a todos….
-¡Tus Padres y hermanos! –exclamó Beneharo… que vienen a conocer a nuestra niñita y a mi familia…
-Pero… nosotros somos gente humilde… y recibirlos aquí en la granja –dijo Adassa entre lágrimas de emoción y temor de ser rechazados por la familia de Dinfna…
-Adassa, no debe preocuparse –comentó Dinfna. Mis Padres, aunque ahora viven en Galway, se han criado en aldeas como Güime, en las montañas de Irlanda. Esto les gustará tanto como a mí me gusta.
-Si es así… bienvenidos sean… –dijo Aniagua. Les acondicionaremos el nuevo cuarto que tenemos junto al de Dinfna y Beneharo… Así estarán más cerca de su niñita que con tanto cariño esperan conocer…
Tomando Beneharo a Diegotón del brazo marcharon a la escuela a entregar a Don Salvattore un ejemplar de su libro y, de paso, otro a Don Gabino, el cura…
Beneharo comentó que era necesario buscar a Acaymo y explicarle que lo que Diegotón había estado haciendo no era nada malo, al contrario, era una aportación, una colaboración para que la segunda parte del libro tuviera más información y así Carlow lo editara con nuevas y apasionantes historias que a muchos gustaría saber y conocer.
-¿Sabes ya cuando llega la familia de Dinfna? –preguntó Adassa a Beneharo con cierta curiosidad… ¿Todo está dispuesto para cuando lleguen…?
-En unos días… –comentó Beneharo mostrando a su Madre un telegrama que había recibido el día anterior…
-Tengo ganas de conocer a Aisling y a su familia –dijo Adassa. Saber que tienes otra familia en Irlanda me alegra…
-Madre, no se preocupe –comentó Beneharo, viviremos entre las dos poblaciones durante largas temporadas siempre y cuando no tenga que viajar en el barco…
-¡La Irlandesa! –exclamó Adassa… Ese barco que zarpó hace años con un muchacho y me lo devolvió siendo todo un hombre y padre de familia…
-No Madre, no… –comentó Beneharo. En ese barco no volveré a navegar…
-¡Entonces! –exclamaron Adassa y Achxuraxan sorprendidos. ¿Dónde navegarás?
-En el “Réalta Na Farraige”… en el “Estrella del Mar” –dijo Beneharo… Un nuevo barco que he comprado y que llevará el nombre de mi niñita…
-Y… ¿Quién lo tripulará? –preguntaron todos…
-Pues… Rayco… Ayose… Iraya y Dácil… y algunos marineros que quieren navegar conmigo –dijo Beneharo mostrando el documento que acreditaba ser el único propietario del barco…
-No entiendo nada –comentó Adassa. ¿De dónde has sacado el dinero para comprar tu propio barco?
-De mis ahorros y mis inversiones –dijo Beneharo. Conocer a Dinfna y a su familia me trajo buena suerte e hice una pequeña fortuna que he invertido en un pequeño barco…
-Y… ¿dónde está ese barco? –preguntó Rayco.
-Viene hacia aquí navegando –comentó Beneharo… Es un barco mixto: con camarotes y… carga.
-Bien calladito te lo tenías –dijo Dinfna… Sé quién lo tripula y quienes vienen en él…
-¿Quién? –preguntó Aniagua con cierta curiosidad…
-¿Quiénes van a ser…? Mis Padres y hermanos –exclamó Dinfna.
-Muy segura estás tú –comentó Dácil mirando de reojo a su cuñada…
-Mis Padres y hermanos son de mar –dijo Dinfna. Por nada del mundo montarían en un avión y eso Beneharo lo sabe muy bien… ¿cierto?
-¡Cómo me conoces! –exclamó Beneharo. Ese barco estará llegando al muelle chico de Arrecife…
-Y… ¿quién es el patrón del barco, el capitán? –preguntó Achxuraxan…
-¡Quien va a ser! –exclamó Dinfna… Beneharo es el capitán del barco…
-Mi hijo Beneharo… ¿Capitán de su propio barco? –preguntó asombrada Adassa llevándose las manos a la cabeza…
-Sí Madre… Soy el Capitán del Barco –comentó Beneharo. Durante el tiempo que La Irlandesa estuvo en dique seco, en reparaciones, Rowan me animó a que hiciera el curso de Patrón de barco y… en ese barco que en unas horas atracará en Arrecife viene mi título…
-¿Cuándo dices que llega el barco? –preguntaron sus hermanas…
-Esta noche –dijo Beneharo… ya se debe ver desde el muelle…
-Y… ¿Qué hacemos todos aquí? –preguntó Adassa. Vayamos al muelle para verlo llegar…
Toda la familia fue al muelle a ver la llegada y verlo atracar… El barco de Beneharo hacía sonar sus bocinas y sirenas, y entraba arropado por las barcas y veleros que fondeaban en el muelle chico de Arrecife…
Bengalas de colores… Luces intermitentes… banderas de todos los países adornaban el barco que lentamente atracaba donde siempre lo hacía “La Irlandesa” …
La sorpresa que se llevó Beneharo fue ver en su barco a toda la tripulación de “La Irlandesa” que habían hecho la travesía para acompañar a los Padres y Hermanos de Dinfna desde Cork a Arrecife…
Rowan entregó a Beneharo el documento que le acreditaba ser Capitán de Barco y, una gorra con una estrella dorada sobre un fondo azul que representaba el nombre del barco… “Estrella del Mar”.
Tomando Achxuraxan a Rowan del brazo lo apartó de los allí presentes y le preguntó…
-¿Qué ha sido de “La Irlandesa”…?
-“La Irlandesa” sigue en dique seco en los astilleros de Cork –comentó Rowan.
-¡“La Irlandesa” en dique seco! –exclamó Achxuraxan… Permíteme que lo ponga en duda.
-¿Por qué dice eso Achxuraxan? –preguntó Rowan con picardía.
-No hay más que ver el viejo barco… ¡digo…! el nuevo y flamante barco de Beneharo –comentó Achxuraxan.
-Y… ¿cuándo estará reparada y dispuesta para volver a navegar? –preguntó Achxuraxan con cierta intriga…
-No sé a qué se refiere… –dijo Rowan como queriendo desviar la respuesta que imaginaba diría Achxuraxan.
-¡Qué no soy tonto! –exclamó Achxuraxan. Si no hay más que verlo.
-¿Ver… el qué? –preguntó Rowan.
-La reforma que le han hecho a “La Irlandesa” convirtiéndolo en un gran barco –dijo Achxuraxan. Llevo muchos años viniendo al muelle y sé distinguir cuando un barco ha sido reparado… pintado… o, como en este caso, ampliándolo en todos los sentidos. ¡Qué soy viejo… pero no tonto!
-¡Vaya por Dios! –dijo Rowan. Veo que no se le escapa ni el más mínimo detalle.
Rowan llamó a Emmet y delante del Padre de Beneharo le dijo que Achxuraxan se había dado cuenta de que ese nuevo barco antes había sido “La Irlandesa”
-Te lo dije –comentó Emmet. Sabía que se daría cuenta y acerté.
-No entiendo a qué se debe ese radical cambio de “La Irlandesa” por “Réalta Na Farraige” –comentó Achxuraxan.
-Tengo una enfermedad que está acabando conmigo –comentó Rowan.
-Es cierto –dijo Emmet. Le quedan pocos meses de vida, pero Beneharo no lo sabe ni debe saberlo, Rowan no quiere que lo sepa hasta que no llegue el momento.
-Y qué mejor regalo para Beneharo que convertir un viejo barco de carga en un lujoso barco de pasaje –dijo Rowan. Pero tranquilo, que me lo compró… lo pagó… y gracias a ese dinero me estoy costeando los médicos y las medicinas que son muy caras y me ayudan a soportar mis dolores y vivir un tiempo más.
-Y mientras tanto… ¿qué vais a hacer vosotros? –preguntó Achxuraxan.
-Nosotros somos la nueva tripulación del barco de Beneharo –dijo Rowan. Nos ha contratado y hemos aceptado gustosamente…
-Y… ¿cuándo zarpará el nuevo barco? –preguntó Achxuraxan mirando de popa a proa el flamante barco de su hijo.
-Esa decisión le corresponde tomarla al nuevo Capitán del “Réalta Na Farraige” no a mí –comentó Rowan. Yo ya solo soy un marinero más.
-La Comandancia de Marina de Irlanda le retiró el permiso de capitanear barcos por su enfermedad –comentó Emmet. Ahora se debe a su tratamiento y seguir los consejos médicos… y descansar todo lo que pueda…
-Siento que me des esa mala noticia… que ocurra eso… –comentó Achxuraxan. Puedes estar tranquilo que Beneharo no sabrá nada de lo que hemos hablado. Te doy mi palabra.
-Lo sé… Te conozco desde hace años y sé que eres hombre de palabra –dijo Rowan. Tus labios están sellados como los de Emmet.
-Cuando llegue ese momento sé que Beneharo lo sentirá y sé que escribirá tu vida a bordo de “La Irlandesa” –comentó Achxuraxan.
-Sé que le corresponde a tu hijo Beneharo narrar esa historia –dijo Rowan. Sólo él sabe dónde y cuándo lo publicará. No lo atosiguéis cuando llegue el momento.
-Que tardará… –dijo Emmet conteniendo las lágrimas que brotaban sin el más mínimo esfuerzo.
-¡Arrecha! –exclamó Achxuraxan. Dejémonos de sentimentalismos y vayamos a disfrutar del nuevo barco, no vayan a pensar que no queremos unirnos a la fiesta.
Achxuraxan y Adassa intuían que ese viaje pronto comenzaría… Veían a Beneharo muy impaciente en hacer su primera travesía como Capitán de barco. Era su mayor ilusión hacerse a la mar con su nueva familia y separarse de nuevo, aunque con tristeza de sus Padres… O eso pensaban ellos, porque la realidad fue otra muy distinta… La que Beneharo nos relatará en su próximo libro…
¿Cuándo…?
No se sabe todavía con certeza… Pero esta historia… por el momento aquí termina, con puntos suspensivos…
FIN
Javier Martí, escritor y colaborador de ONDAGUANCHE
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