LA EXCAVACIÓN DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE MALVERDE EN TELDE, REVELA HALLAZGOS QUE ACREDITAN SU POTENCIAL

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Apareció a 20 centímetros de la superficie, en una zona de sorriba, muy alterada. Allí estaba Ayyur, así lo han denominado, el ídolo hallado en el yacimiento arqueológico de Malverde, en Telde, que podría marcar el camino para redescubrir la Tara en la que vivieron los antiguos canarios, antes de la conquista. Su hallazgo se ha convertido en uno de los hitos de la campaña de excavación que coordinó el arqueólogo Abel Galindo(Arkeos Arqueología) en una finca de este pintoresco caserío.

No está completo. Por un lado, se descubrió el tronco superior del ídolo, y por el otro, tres semanas después, y a cuatro metros de distancia, el brazo izquierdo. Bentejuí Motas García, propietario de la parcela y mecenas particular de esta intervención, decidió llamarlo Ayyur.

Entusiasta de las raíces amazigh o bereberes de los canarios, le buscó un nombre de aquella lengua. «Significa luna; me pareció el nombre ideal porque este tipo de ídolos femeninos estaba vinculado a la fertilidad, porque ese astro marca el ciclo menstrual y porque aquí, desde el yacimiento, contemplé la mejor salida de una luna llena que yo recuerdo».

Este hallazgo acredita el potencial para la investigación arqueológica del yacimiento y ha puesto sustento empírico y científico al sueño que en su día iluminó a Motas, un vecino que, como se encarga de recalcar Galindo, es «la primera persona física en Canarias que adquiere una propiedad para ponerla a disposición de la Cultura».

Primera datación mediante carbono 14 de Malverde

Fue Motas quien se lio la manta a la cabeza y financió de su propio bolsillo la excavación en su parcela, una iniciativa «única y pionera» que, como advierte Galindo, ha permitido acometer el «primer estudio riguroso con metodología arqueológica actual» en el poblado de raíces prehispánicas de Tara y obtener, además, la primera datación en Malverde.

Este dato fue posible gracias a otro hallazgo, un hueso de ovicáprido, no está claro si de oveja o de cabra, que estaba bajo tierra, a un 1,10 metros de profundidad, en suelo de ocupación primaria y bajo varias capas estatigráficas bien definidas. Les desveló, mediante el método del carbono-14, que data de entre finales del siglo XIII (1281) y finales del XIV (1396).

El dato de este periodo temporal, anterior a la conquista, resulta crucial. Pone sobre la mesa que, pese a que estas cuevas han sido reutilizadas durante siglos, hasta fechas muy recientes, aún albergan restos ocultos de su pasado aborigen.

El ídolo y esta datación dan «argumentos científicos para la implicación institucional», como subraya Bentejuí Motas, que, de hecho, avanza que se están dando los pasos para que eso sea posible. De entrada, el Gobierno de Canarias ya se ha interesado por el yacimiento y va cobrando forma la posibilidad de que financie una segunda excavación. Es más, se trabaja en la idea de aprovechar esta coyuntura para investigar otros terrenos cercanos, ampliar el foco para usar Malverde como punta de lanza para recuperar el valor arqueológico de la Tara aborigen.

Esta primera campaña de sondeos se prolongó tres meses, de mayo a agosto de 2023, y se contó con la colaboración de voluntarios de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas.

En la memoria hecha por Galindo y entregada a la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural se hace constar también el hallazgo de una ingente cantidad de vestigios, catalogados en 431 registros, tanto de época indígena como posterior, de los que 183 son de guijarros cerámicos (conforman más de 3.000 fragmentos) y 108 de industria lítica tallada y de molienda (casi 1.000 piezas). Todos, por cierto, han sido ya depositados en El Museo Canario.

Estos registros sustentan la hipótesis de Galindo, que vincula este espacio con una zona de trabajo dedicada a la molienda, tostado y almacenamiento del grano, antes y después de la manufactura. No en vano, han aparecido muchos restos de molinos, hasta 60.

Igualmente les han llamado a atención los restos esqueléticos de un équido, posiblemente de los años 70 u 80 y al que han denominado Estrategos, que Motas y Galindo quieren mantener ‘in situ’ como recurso didáctico para el día, cada vez más cercano, en que este yacimiento se abra a las visitas.

Canarias7 (Gaumet Florido)

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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