Ante la noticia de la aparición de fuel en las costas de La Aldea, IUC denuncia una vez más que la decisión de las autoridades de alejar el barco pesquero Oleg Naydenov, del puerto ha sido una irresponsabilidad y que demuestra que las autoridades “peperas” no han aprendido nada del desastre del Prestige. El entonces ministro de Fomento Arias Cañete y el vicepresidente del Gobierno Mariano Rajoy, negaban la catástrofe y la marea negra y tenían fe y confiaban en que la misma se alejara, de esta manera aunque otros países sufrieran las consecuencias de estos ineptos, quedaríamos a salvo del desastre. Pero la realidad nos enseñó a toda España que no estábamos preparados para afrontar “accidentes” como los del Prestige. Bueno, a toda España nó, porque los responsables no se mancharon las manos recogiendo el chapapote, ellos no aprendieron nada, porque de haberlo hecho el desastre del pesquero ruso Oleg Naydenov no estaría ocurriendo.
IUC denuncia que no existan planes de emergencia antes catástrofes como estas. El ministerio de Fomento no los tiene, ni tiene recursos para hacer frente a estas emergencias. No hay protocolos de actuación en casos de accidentes. Se toman decisiones cuyas consecuencias no son capaces de controlar, como ocurrió con el Prestige y cuando ocurre el desastre nos engañan, nos ocultan información, nos desinforman y niegan el desastre.
Vuelve a repetirse la historia, confiando en que las corrientes y “la divinidad” alejen el combustible a otros lugares, así “ya no será nuestro problema”. IUC denuncia que al Gobierno no le preocupe las consecuencias de nuestra contaminación en otros países, porque es otra grave irresponsabilidad.
La noticia de que el combustible está llegando a nuestras costas nos hace volver a la realidad y el hundimiento del pesquero ruso se nos vuelve una pesadilla. Volvemos a tomar conciencia de que las consecuencias sobre los ecosistemas de estos derrames son catastróficas.
IUC pide la dimisión de la ministra de Fomento Ana Pastor, responsable de que no existan planes de emergencia, ni protocolos de actuación, ni recursos anticontaminantes para paliar estas situaciones desastrosas.
IUC denuncia las medidas, como la contratación de robots submarinos, que no sirven más que para lavar la cara, distraer a la población y gastar lo que deberían haber hecho en recursos preventivos.
A IUC le produce rabia e impotencia tanta irresponsabilidad e ineptitud política, por ello hace un llamamiento a todas las organizaciones Canarias para impulsar una Marea Negra humana, contra los responsables de este desastre y exigir medidas concretas para paliar el impacto ambiental y prevenir futuras catástrofes.
