Una de las palabras de moda en política, es la de “postureo”, entendido como aquella actitud superficial y estética cuyo único objetivo es mostrar una imagen forzada e impostada de aquello que queremos aparentar.
El sustantivo postureo y el verbo posturear aluden a la adopción de ciertos hábitos, poses y actitudes más por apariencia que por convicción.
Así pues el postureo político al que asistimos en Telde es exactamente eso: una pose, una apariencia, una ficción, por eso mayoritariamente los ciudadanos están hartos de tanta pantomima, de tanta imagen sin que venga a cuento del concejal de turno, que se coloca cual pasmarote en la misma.
Detrás de tanta foto no hay nada, no hay gestión, por eso resulta patético este postureo ridículo, una especie de cuento chino mil veces disfrazado con mayor o menor habilidad con la que amañar la realidad la performance, con la que embobecer a los ciudadanos.
Fuente: Teldealdía.com
