Vecinos de Caserones denuncian la ocupación de una calle, Río Guadiana, por parte de una ciudadana, que se la ha reservado para su uso particular y privado colocando dos mallas a uno y otro lado. La vía es corta y estrecha, casi un pasadizo entre viviendas, pero hasta en Google Maps figura como calle.
Este conflicto ya tiene unos años. Al menos se arrastra desde 2010. Una de las familias que residen en esta vía que hace las veces de serventía alegó que una parte de la calle era de su propiedad y bloqueó el acceso hasta el camino por dos puntos, por los lados este y oeste, y lo amueblaron como si se tratase de una terraza privada, con macetas, mesas y sillas y otros elementos típicos de un porche. Pese a las reiteradas protestas de los vecinos, la familia no despejó la vía. Incluso han llamado a la Policía Local, que hasta ahora se ha declarado sin competencias para revertir lo que está pasando.
Ni los tribunales, que ya se han pronunciado en contra, han logrado devolver la calle al libre tránsito de los vecinos. Uno de los afectados, la empresa Cabral y Ramos SL, que levantó un edificio de pisos entre las calles Guadiana y Bentaguaya, denunció a la familia en 2010 y hasta se hizo con una sentencia favorable, dictada en febrero de 2011 por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Telde, en la que la juez sustituta María del Pilar Barrado Liesa condenó a los denunciados «a la retirada del material que impide el paso por el camino, paso, o serventía», y les conminaba a que, «en lo sucesivo», se abstuviesen «de inquietar o perturbar» al demandante.
Lo cierto es que a día de hoy la calle sigue ocupada. Por más que esta empresa ha levantado actas notariales para comunicar al juzgado lo que está pasando, todo sigue igual. En 2014 intentó cumplir por su cuenta la sentencia, pero tampoco pudo.
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