Los tiene a todos locos. Un simple pestañeo suyo es portada digital. Mitad odiado y envidiado. Mitad admirado y emulado. Todo Pablo Rodríguez. Nunca un movimiento
Nunca ambicionamos éxito ni lo perseguimos. Tampoco fuimos amantes de palabras pomposas, egocentrismos o narcisismos, más propios de mediocres y perdedores. Solo reivindicamos nuestro lugar