«Única virtud de las tabaibas…»

Comparte esto:

“… que haya trigo abundante en los campos y susurre en lo alto de los montes; que den fruto… y broten las espigas como hierba del campo…” (del salmo 71).

“… vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles…” (del salmo 95).

“… echa simiente en la tierra… la semilla germina y va creciendo…… la tierra va produciendo la cosecha…” (Jesucristo: Mc 4, 26.34)

“… arrancó el olivo silvestre… injertó  en el verdadero olivo… desgajando… algunas de sus ramas… la rica sustancia del olivo…” (del comentario de san Juan Fisher, obispo y mártir, sobre los salmos).

“… salgo al campo… entro en la ciudad: desfallecidos de hambre… vagan sin sentido…” (del cántico de Jeremías 14, 17-21).

“… un tropel de novillos, me cercan toros…” (del salmo 21).

… pero ya en desuso, como si ninguna tuviera. Se trata de lo siguiente, y conste, me lo dijo el pastor Pepito Guedes, que en paz descanse, que picadas las tabaibas, y echadas en el terreno y bien esparcidas, su veneno limpiaba la tierra de todos los microbios, bichos, lagartas, etc., con lo cual, en otros tiempos ya pasados, cuando había agricultura y ganadería en la isla, las tabaibas eran de gran utilidad, dado que como fitosanitario eran de primer orden sin que hicieran falta otros venenos de acción permanente que inutilizan el terreno de por vida, como son los que se les echan a la tierra, para disimular su limpieza, y se acaba con su productividad, cosa que persiguen estos indeseables en cabildos y gobiernos, con tal de aprovecharse ellos mismos de los réditos o dineros que deja el puerto a la hora de importar en sus bolsillos y arcas.¡Ah desgraciados, que para forrarse unos pocos, desnudan a la mayoría dejándola con el culo al aire, al intemperie y con hambre y paro! Y si cierto es, que la dichosa tabaiba contiene algún bien, en otro tiempo (cuando había agricultura y ganadería) eran positivas y hasta un apero mas de labranza y de ganadería, hoy y al presente, al carecer de ambas, como que no tienen sentido, a no ser que vuelvan las dos citadas, pero que ni para que en ese caso si sucediera, hacen fata esté la isla llena de ellas, que para tal fin benéfico de la tabaiba, hace falta vuelvan agricultura y ganadería y con una millonésima parte de las que existen sobrarían tabaibas para llenar embarcaciones y así purificar y limpiar tierras propias y extranjeras (y exportarlas), como el mejor veneno o fitosanitario, pero es que tenemos una industria tan miserable y unos  políticos tan indecentes, que ni siquiera esta industria tabaibera son capaces de ponerla a funcionar, y todo porque ellos salen ganando con las multas que ponen, sin más, y limpiamente limpiando bolsillos en lugar de limpiar la tierra de maleza. Pero, insisto: en otros tiempos idos, las tabaibas tenían esa y hasta otra potencialidad, y es que si un animal cogía lombrices o cualquier otra suciedad de panza o tripas, bastaba con ponerle en la comida o en el agua una media gota de leche de tabaiba y el animal, quedaba limpio como el agua cristalina; pero, ¡quiá, echarle media gota de tabaiba a perro alguno, que eso arruinaría a los veterinarios! Lo llevan al veterinario, que tiene una farmacopea bien distinta y dañina, pues les cura una enfermedad -como los médicos- y te crean otra, con lo cual siguen en el negocio; no así con la leche de tabaiba, que acababa con el mal de repente y de forma definitiva, sin dejar secuelas, ni crear otras enfermedades, cosa que hacen los malandrines citados, pues de lo contrario, ¿cómo iban a seguir viviendo si curan para siempre?, pues perderían clientela, y a pasar hambre, razón por la que nunca curan. ¡Que distinta las tabaibas!, eran definitivas y muy eficaces, pero al cambiar las cosas en el mundo -mundo al revés- las tabaibas, como no endulcen su leche con algún producto por aparecer, su mala, amarga y envenenadora leche de nada nos sirven, y sin embargo llenan el territorio insular, por la ganancia en multas por ellas puestas por el miedo ambiente y el seprona  y que recaba el cabildo, en contra de su misma población a la que esquilma. Ante lo cual sugiero, reciban a los turistas con un ramito de tabaiba (previo aviso de su peligrosidad para la vista y gusto y por descontado la pérdida del traje por si les cae una gota de su leche).

El Padre Báez

Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario