UN EDIFICIO EN OBRAS INVADE LA VÍA PÚBLICA EN TELDE DESDE HACE DIEZ AÑOS

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La presencia de edificios abandonados en pleno casco del municipio de Telde no es un hecho que destaque especialmente, pero los vecinos del barrio de San Gregorio sí señalan con interés la situación de uno de los inmuebles ubicados en la calle Juan Diego de la Fuente. En el número 32 de esta vía, conocida popularmente con la calle del paro por situarse precisamente ahí las dependencias del Servicio Canario de Empleo, se encuentra una vivienda en ruinas que desde hace más de una década amenaza la seguridad de aquellos que pasan por su lado. 

Se trata de una vivienda de varias plantas que en su fachada cuenta con una estructura de hierro instalada por los propios propietarios para evitar un posible derrumbe. Esta actuación fue instada por el Ayuntamiento tras constatar durante el año 2012 el peligro que constituía el estado del inmueble. 

Sin embargo, lo que parecía que sería el primer paso para su rehabilitación ha acabado en diez años de pura dejadez. Las estructuras de hierro colocadas para evitar el desplome de la fachada han permanecido todos estos años sobre la misma acera. Así se ha obstruido el acceso peatonal por este lado de la calle durante todo este tiempo. De hecho, hace apenas unas semanas que apareció pintado en uno de los laterales de la plataforma un grafiti en el que puede leerse: «Diez años con la acera ocupada», a modo de reivindicación.

A la situación además se le añade la acumulación de basura en el interior y alrededores del inmueble. Bolsas de plástico, latas y botellas han quedado estancados entre las vigas que mantienen en pie el débil inmueble y, además de generar mala imagen para la zona, también ha llegado a provocar la proliferación de ratas. 

Los residentes y comerciantes de esta calle, que es diariamente transitada por cientos de personas por encontrarse a pocos metros de la plaza y albergar una decena de negocios y dependencias públicas, miran con recelo la infraestructura, que ha acabado por convertirse en un estorbo público. 

Por este motivo muchos han solicitado que la administración efectúe directamente una actuación de demolición, como ya pasó recientemente en un edificio del barrio de La Garita. En este caso también fue la comunidad vecinal quien alertaba desde hacía 20 años los peligros que suponía uno de los inmuebles abandonados ubicado en la calle Crisantemo. Tras la caída de varios cascotes y el silencio de los propietarios, el Ayuntamiento acabó por aprobar una intervención directa y el problemático edificio fue derribado.

Sin embargo, no es posible llevar a cabo un procedimiento similar. El edificio está incluido en el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), un sistema de gestión urbana estatal, lo que significa que está protegido por sus características singulares. En este caso, porque forma parte del conjunto patrimonial del casco antiguo del barrio de San Gregorio. En concreto, es su fachada lo que ha sido considerada por los técnicos municipales como un bien de interés y no puede sufrir ninguna alteración. Este es el motivo principal por el cual hace diez años, cuando se dictó la orden de apuntalamiento, no se instó directamente a la propiedad a efectuar una reforma integral. 

La Provincia-Dlp (Judith Pulido)

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Florentino López Castro

Florentino López Castro

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