No vamos a descubrir a estas alturas de la película la situación paupérrima de los servicios públicos de Telde. Si les contamos que las calles no se limpian, que los contenedores apestan, y que los jardines sobreviven porque la naturaleza es muy grande, no les estaremos contando nada nuevo, por desgracia.
Las campañas de fumigación y control de plagas en alcantarillas y demás lugares propicios hace mucho, mucho tiempo que desaparecieron, por lo que cucas, ratas, y demás compañías indeseables prosperan de proporción directamente inversa a la tranquilidad vecinal. Vamos, que está los residentes en este municipio dejado de la mano de Dios hasta el gorro de pagar, pagar y pagar para no recibir a cambio más que buenas palabras y propaganda, eso sí, mucha propaganda de lo buenos que son, lo bien que lo hace, y lo felices que tendríamos que estar siendo.
Las fotos que ilustran este reportaje son de Piletillas, urbanización residencial ubicada al sur Telde, muy cerca de Cuatro Puertas, en la carretera que une este municipio con el de Ingenio. Pero para el caso, es lo mismo, podrían ser de cualquier punto del municipio.
Las fotos hablan por si solas. Contenedores rebosantes de residuos, cuya gran capacidad es incapaz de amortiguar la indolencia gobernante, enseres y otros trastos por los suelos, sin que se recojan con la periodicidad deseable, calles cubiertas de hojas y aceras pobladas de malas hierbas dibujan el panorama de una zona que, pese a retener sus características de calidad de vida, reflejan igualmente el abandono municipal. Súmese a esto la incívica actitud de algún residente, que también los hay. Los menos, pero su efecto se hace notorio.
Otro dato. Junto a los colegios Plácido Fleitas y Poeta Fdo. González hay unos contenedores que, a juzgar por su pestilencia extrema y aspecto infecto, no han sido debidamente aseados en meses, ¿acaso años? Y eso a metros de varios centros escolares con niños a partir de tres añitos.
Pronto habrá elecciones. Al cabreo “nacional” que traen, traemos, acumulado muchos ciudadanos de este bendito país, hay que sumar el hastío ante tanta dejadez y pasotismo de los responsables municipales y sus corifeos, llámense oposición blandita.
La sorpresa, que no debería ser tal, ya ha comenzado a asomar por tierras peninsulares, y a buen seguro que aquí va a dejar a más de uno y una con un buen palmo de narices. Luego vendrán con discursos manidos de izquierdas y derechas, de arribas y abajos, cuando de lo que se trata es de hartazgo, o como decimos los canario coloquialmente, “jartera”.
Teldealdía.com
