Suicidios en Telde

Comparte esto:

Los últimos datos sobre muertes por suicidios en el municipio de Telde arrojan revelaciones significativas. La última en Lomo Magullo. ¿Existen motivos que expliquen la conducta suicida? El paro, los desahucios y el resto de consecuencias de la crisis económica, que digan lo que digan, seguimos arrastrando, han tenido una evidente importancia y agravan situaciones, pero no son las causas concretas que producen este tipo de muerte. Circunstancias como perder tu puesto de trabajo suelen ser la gota que colma el vaso para gente que ya arrastra síntomas delicados.

El gran problema que combatir, es la falta de planes institucionales en torno a esta cuestión y la ausencia de ayudas por parte de la Administración. En Telde se desconocen las actuaciones efectuadas durante los últimos 10 años y si existe alguna planificación para estos casos.

El suicidio es la respuesta desesperada del individuo cuando todo lo demás le ha fallado. Hablar del suicidio sería tocar la problemática de la realidad social y humana de un país y a la vista de los datos, hay mucho que mejorar, pero esto no es políticamente correcto ni agradable y por eso se tapa, se esconde, es un tema “TABÚ”.

El acto del suicida es una putada para los que se quedan, los que se van seguramente descansen. Imagino, que la angustia de no saber vivir los lleva al egoísmo de dejar tirados a sus familiares, compañeros o amigos. Dejar traumatizadas a una o a 10 personas a tu alrededor no es una buena herencia.

Es triste que la gente se suicide, pero más triste es que los políticos utilicen esas estadísticas para lavar a su propia imagen. Como no, políticos cambiando la forma de hacer las estadísticas para que cuadren a su antojo, como hacen con las víctimas de accidentes de tráfico.

Es cierto que hay muchas menos muertes anuales por accidentes de tráfico que por suicidios, pero para el sistema es mucho más cómodo esconder las segundas y darle al carrete de las multas y las prohibiciones que es lo que le pone y mucho al sistema social que tenemos establecido.

Viendo las estadísticas de los que se quitan la vida por edades, la inmensa mayoría de ellos varones, no tengo por menos que entonar un mea culpa por esta sociedad que los abandona a su suerte como si fueran colillas que ya no se pueden fumar. Las personas, digamos que mayores, son las más vulnerables ante situaciones de desarraigo social, económicas, soledad, etc. y si encima les ponen contra la pared sin salida aparente a su terrible situación, entonces el final está cantado.

Pero el sistema prefiere mirar para otro lado y abandonarlos a su suerte antes que afrontar una realidad que está muy latente en estos tiempos que corren, que no son precisamente los más felices. El día después de que ocurra sigues en fase de shock. No estamos preparados para asumir algo así. Nos negamos a creerlo.

Palabras llenas de dolor que descubren un cambio de vida obligado después de sufrir esa experiencia. Nunca volverás a ser la persona que fuiste. A diferencia de otras muertes traumáticas, nunca entenderás las razones, como puedes comprenderlas con una enfermedad o un accidente. El interrogante te perseguirá siempre y la culpabilidad es eterna.

Y es que los familiares son los verdaderos supervivientes del suicidio. Tienen que aprender a seguir cada día viviendo con la ausencia de un ser querido que ha atentado contra su propia vida. Deben convivir tras este tipo de muerte, y quienes, de hecho, son los verdaderos olvidados en esta traumática experiencia. Los familiares no tienen ayudas.

Es un duelo complicadísimo con una dificultad añadida que es la falta de solidaridad y empatía de la sociedad. A menudo los familiares sienten vergüenza de decir “mi familiar se ha suicidado” por miedo a un enjuiciamiento social sobre el fracaso que hay detrás de un suicidio. Y eso es precisamente lo que hace falta tratar. Es necesario ‘desestigmatizar’ y hablar con serenidad del asunto.

“Los grandes olvidados” en los suicidios: los familiares. El duelo no es como el de un familiar que ha estado enfermo o que ha tenido un accidente real. Existen evidencias científicas de que no es así; el sentimiento de culpabilidad que muchas veces despierta esta situación requiere una atención inmediata y un seguimiento que no está contemplado en nuestro sistema de salud pública y mucho menos en el sistema politico.

El suicidio es el resultado de un terrible sufrimiento emocional interno. Nadie quiere morir y los que mueren por suicidio tampoco, si hubieran encontrado otra salida en su mente a su sufrimiento.

Doramas

Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario