Sin sueldo ni paro por otra negligencia del Ayuntamiento de Telde

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Tania Santana está atrapada en un agujero negro municipal. Limpiaba el estadio Pablo Hernández, pero su empresa dejó el servicio. Está subrogada, pero sin sueldo ni paro. Espera por otra compañía

«Llevo así dos meses, enero y febrero, y lo peor es que no sé hasta cuándo», se lamenta. Se ha reunido varias veces con la alcaldesa, Carmen Hernández, y nada. Una de las veces le ofreció acogerse a ayudas de Servicios Sociales, pero Tania le explicó que solo quiere su puesto de trabajo. Nada más, y nada menos. La suerte ha querido que tenga pareja y que su marido trabaje, por lo que entran ingresos en casa, pero una cosa es que no le urja el dinero para poder comer, y otra cosa es que tenga que ver cómo se ponen en solfa sus derechos como trabajadora.

A pesar de que es muy joven, lleva ya 15 años trabajando. Empezó con 19 y siempre limpiando estas instalaciones. Lo hizo con Eulen, luego con MTI y ahora por último con Serlider. Las empresas han ido cambiando y Tania García ha sido reiteradamente subrogada. Su contrato es de 35 horas semanales, de lunes a viernes, de 07.00 a 14.00 horas. Y aunque su lugar de trabajo habitual es el estadio Pablo Hernández, también las trasladaban a limpiar las canchas de Lomo Cementerio, Caserones Alto y Bajo, Playa del Hombre y Hoya del Pozo.

Su calvario empezó en diciembre de 2017. Entonces trabajaba para Serlider. Fue el último mes que cobró. Antes ella y su compañera en el servicio sufrían atrasos, pero no pasaban de dos meses. «Evitaban los tres meses, porque entonces podíamos denunciarla». Sin embargo, pasó enero, y febrero, y llegó marzo de 2018 y las dos empleadas de Serlider seguían sin cobrar. Así las cosas, en abril, desesperada, se cogió una baja por ansiedad. Nunca más le pagó la empresa. Lo que percibía era de la Seguridad Social.

Denunció a la empresa para forzar la rescisión de su contrato, pero Serlider le ofreció pagarle la deuda si no se iba. Aceptó, y al final ni cobró ni se fue. Su otra compañera sí optó por marcharse. Así que se quedó ella sola hasta que en noviembre su empresa dejó el servicio y, poco después, le dio de baja. Ella se entera porque le llega una carta de la Seguridad Social. Se reunió con la alcaldesa y la tranquilizó. «Me dijo que iban a sacar ya el concurso». Tania pensaba cobrar el paro, pero tampoco. Le dijeron que no tenía derecho, que estaba como subrogada. Hasta la fecha.

Canarias7

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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