Hace ya varias semanas que se podaron la mayoría de los árboles del parque urbano de San Juan, por no hablar de tala, porque de muchos de ellos solo han dejado el tronco. Esta poda en verano que es cuando los mismos deben dar sombra a los usuarios, resulta de lo más peculiar, pero no tanto si nos fijamos y reparamos que la poda viene dada porque la mayoría de estos árboles están enfermos por la palomilla blanca.
No es fruto de la casualidad, durante muchísimos años se han despreocupado de limpiar y dar el conveniente tratamientos a estos árboles enfermos y ahora la única salida es la tala feroz, que en muchos casos no servirá de nada y terminarán muriendo todos.
Los retos de poda se amontonan en los laterales de los parterres, tirados de cualquier forman y en muchos casos asfixiando la vegetación sobre la que han tirado los mismos. Resulta lamentable que unido al abandono secular del “pulmón verde de la ciudad” se una ahora estas montañas de ramas secas durante 4 semanas.
Llama especialmente la atención que Álvaro Monzón, concejal de Parques y Jardines y ecologista por más señas no se haya preocupado del traslado de estos restos de poda en un espacio que visitan cientos de tedenses a diario y que evidencian el abandono que se ha adueñado de este recinto que otrora fue un auténtico vergel.
Teldealdía.com
