El Ayuntamiento de Telde es propietario de dos pisos en el edificio de El Timón, en La Garita, un dato que obvió o no conocía la concejala de Urbanismo y Patrimonio, Gloria Cabrera, cuando declaró a La Provincia/Dlp que las obras que se realizan en ese inmueble no cuentan con licencia municipal.
Este nuevo dato hace dudar si hay realmente intención de paralizar esos trabajos de remodelación del antiguo bar-restaurante y de la fachada de El Timón, ya que benefician indirectamente a la mejora también de los pisos municipales que, por cierto, están cerrados desde hace años. Y no será porque no haya problemas de personas sin hogar que viven en la calle, duermen en sitios abandonados y con malas condiciones higiénicas a los que se les podría alojar de forma tutelada por Servicios Sociales.
La espera de la redacción de un informe jurídico es lo que alega la concejala de Juntos contra Telde para justificar que no se precinten las obras, pero para qué está el área de Disciplina Urbanística y la Policía Local, para hacer cumplir la legalidad, como a cualquier hijo de vecino. Y no se trata de frenar una actividad que pueda beneficiar al barrio y a los promotores de las obras, pero sí es obligación de tratar a todos por igual.
Si ya es increíble que caducara el informe de Costas sobre el deslinde marítimo-terrestre que condenaba a este edificio, como fue el caso también de La Tortuga, si finalmente se salva de la demolición y es bueno para todos, bienvenido sea. Pero que se cumpla con la legalidad, por favor.
Manuel Ramón Santana
