«Ojalá que Tito esté en una cueva y vuelva a casa»

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«Estamos desesperados, en un constante sin vivir desde que Tito desapareció y sin que sepamos dónde se encuentra y cómo está». Este es el estado de ánimo de Antonio Galván, hermano de Lorenzo Galván, más conocido por Tito, que lleva en paradero desconocido desde el pasado miércoles. Angustia que comparten la esposa e hijo de este vecino de Telde, de 63 años y 1,65 metros de altura que el miércoles no volvió a su domicilio en el centro de la ciudad y desató todas las alarmas en su entorno. Su gran conocimiento geográfico de Gran Canaria, ya que se le considera un experto senderista, se baraja como una de las hipótesis para buscarlo en barrancos y otros lugares de la Isla, aunque también supone un hándicap para quienes lo intentan localizar «porque puede estar en cualquier sitio donde permanecer oculto si es lo que quiere».

Antonio Galván confía en que su hermano se encuentre bien y regrese cuando supere la depresión en la que metió hace casi dos meses y que él considera es la razón por la que Tito se ha marchado sin decir nada y ha dejado a su familia consternada. Él y su sobrina participan activamente en las partidas organizadas para buscarlo en diferentes puntos de Telde desde el mismo día de su desaparación y confía en que «ojalá esté en una cueva y vuelva a su casa, ya que esta es una situación que nos tiene destrozados, lo pasamos muy mal».

Tito Galván se fue el pasado miércoles después de haber ido al médico para tratarse la depresión. Vestido con camisa de color crema y pantalón vaquero azul, portaba una mochila negra en la que llevaba una manta. Un equipaje corto, donde no se sabe si también incluía comida o «si como conocedor de los barrancos él busca la comida porque no sabemos si se llevó dinero, aunque no lo parece», apunta José Antonio Bolaños, director del grupo de voluntarios del Giors, que desde el primer día de la desaparición de este carpintero, que estaba destinado en el polideportivo Rita Hernández, en El Hornillo.

Aunque se barajan varias hipótesis, Antonio prefiere destacar que «lo más importante es encontrarlo pronto y con salud y se acabe ya con esta pesadilla». Recuerda que su hermano es una persona muy reservada, que en agosto empezó a encerrarse en sí mismo, no salía ni hablaba con nadie, se encerraba en su habitación y el miércoles pasado se marchó». También considera que la desaparición no debe convertirse en un tema que los políticos usen para sus intereses de partido, al tiempo que espera que desde el Ayuntamiento se vuelquen en su localización.

Búsqueda en barrancos

Juan Martel, concejal de Seguridad y Protección Civil del Ayuntamiento de Telde, asegura ayer por la tarde que «de momento no hay rastro de Tito, ahora mismo Policía Local y voluntarios rastrean por medianías y el barranco Madrid, pero sin resultados». Asegura que se continuará con la búsqueda, aunque no se muestra optimista con los resultados habidos.

No obstante, aunque cree que «el asunto pinta feo», hay que mantener la confianza en un desenlace feliz pese a toda la incertidumbre que rodea este caso.

Asimismo, la ayuda de los voluntarios del Giors, con sede en un local de Marzagán, la cataloga como fundamental la familia del desaparecido, «ya que desde el primer día han estado colaborando para encontrarlo, con la organización de salidas por la mañana y por la tarde, hasta bien entrada la noche, y si no fuera por ellos no sabríamos qué hacer», apunta Galván.

De hecho, ayer los voluntarios de esta asociación sin ánimo de lucro, sin ningún tipo de subvención, dedicaron la mañana a distribuir en centros comerciales y establecimientos de Telde los carteles con la fotografía de Tito Galván y los datos sobre cómo iba vestido la última vez que se le vio y los teléfonos a los que se puede llamar por si alguien puede aportar datos que faciliten su localización. Unos carteles, un total de 200 donados por una imprenta de Telde, «que nos ha ofrecido de forma desinteresada su ayuda y que nos ha ofrecido darnos más si nos hacen falta», apunta Bolaños, director del Giors, que lleva más de 25 años con su labor para buscar y rescatar a personas desaparecidas. La sede en la que están, de hecho, es una cesión de la esposa de un desaparecido que localizaron hace años en Maspalomas.

Los carteles también se pegarán en papeleras y contenedores de basura para que la imagen del desaparecido esté más visible para los vecinos. «Gente mayor nos ha dicho que no leen los periódicos ni las redes, pero que la basura la tienen que tirar todos los días y creemos que es la mejor forma de facilitarles la imagen de Tito porque había gente que no se había enterado de nada porque no están al tanto de los medios de comunicación», apunta el director del Giors.

Por la tarde, después de la pagada y distribución de carteles, los voluntarios, familiares y amigos de Tito se concentraron para hacer el rastreo por la parte alta de Ejido. «El domingo estuvimos por el barranco de San José de Las Longueras y la finca de San Rafael, donde miramos los pozos, aljibes, cuarterías y los diferentes niveles de terrenos de la finca».

Un bar restaurante también colabora de forma altruista con los voluntarios con el reparto de bocadillos y bebida para estos. Suelen ser una decena, aunque el grupo lo componen casi 40 miembros.

LA PROVINCIA-DLP

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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