Nueva primicia de ONDA GUANCHE que salta a la prensa regional

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El periódico de tirada regional, LA PROVINCIA-DLP, se hace eco en sus respectivas ediciones impresa y digital de este jueves 19 de mayo de 2016, en las páginas locales de Telde y firmadas por la prestigiosa periodista, Brenda Saavedra, de la primicia avanzada por ONDA GUANCHE el pasado martes 17 de mayo, donde dábamos cuenta de la situación del policía local de Telde, Juan Luis Álvarez, que se ha incorporado a su trabajo con muletas, el tobillo hinchado y en sandalias. Asegura que a pesar de no haberse recuperado totalmente, le han indicado que debe volver a ocupar su puesto. El jefe Ramos le ha consolado diciéndole que el también ha trabajado con un dolor de muelas insoportable. No es la primera vez que al agente de la Policía Local, Juan Luis Álvarez, le obligan a incorporarse al trabajo con secuelas por traumatismo post-operatorio (tobillo), tras un accidente de trabajo, que la mutua laboral no le quiere reconocer por lo ha entablado un litigio que va para dos años.

Noticia publicada por LA PROVINCIA-DLP

Juan Luis Álvarez, policía local de Telde, lleva desde el lunes 16 de mayo yendo a su puesto de trabajo, en el control de entrada de la comisaría, con cholas y muleta. Desentonando con su uniforme correspondiente y la placa que luce, el teldense se ha visto obligado a acudir así por una falta de coordinación, según critica, entre el médico de empresa y el Instituto Nacional de Salud (INS). Su tobillo izquierdo hinchado, debido a una operación el año pasado por ligamento roto, le imposibilita vestir las botas pertinentes y le obliga a utilizar el instrumento de apoyo para caminar. Álvarez está indignado, asegura que tiene “la moral baja” y califica su situación de “inhumana”.

Tras su operación de tobillo el 5 de febrero de 2015, en la que “me pusieron un ancla”, y la mala recuperación que ha tenido por otros problemas de menisco, estuvo de baja un año. Al reincorporarse y estar en las condiciones necesarias para desempeñar su labor, el jefe de policía, Félix Ramos, le aconsejó que cogiera todas sus vacaciones del año y días de asuntos propios para ver si mejoraba. El plazo se cumplió y este lunes el agente se dirigió a su puesto aún con el tobillo hinchado y dificultades para caminar. Tras acudir al servicio de prevención del Ayuntamiento, para encontrar un solución a su situación, “me mandaron al servicio de urgencias del centro de salud, con un compañero, para que miraran si me cabían las botas del uniforme”. Allí, la coordinadora del centro le explicó que esa tarea no era de su competencia y que debía dirigirse al médico de empresa, “de donde había venido”, comenta, o al INS, “que es el único organismo que me puede prorrogar la baja por una misma lesión antes de cumplir los seis meses de alta tras una incorporación, o poner otra solución”, explica. Según asegura Álvarez, no pide dejar de trabajar de nuevo, “solicito que adapten mi situación a mi puesto, que me den un informe que diga que quedo excepto de llevar el uniforme, manteniendo mi categoría como policía, vestido de paisano y con funciones que pueda realizar”, añade.

Sentado en el patio del espacio policial o paseando por los alrededores, comenta que “no parece real lo que me está pasando, es como un sueño”. Así, siente una gran frustración por ir cada día a su puesto “para hacer nada”. Actualmente, el agente acude a la Jefatura para no faltar a sus turnos, ya que su jefe, Félix Ramos, “no puede mandarme a casa sin ese papel”. A pesar de su presencia a lo largo de estas tres tardes que se le están haciendo eternas “de tres de la tarde a once de la noche”, no tiene ningún servicio asignado, puesto que no puede trabajar en el control de entrada como hacía anteriormente. “No voy a estar en cholas y muleta recibiendo a la gente o guiándolos, queda feo”, critica. Referente a la valoración de distintos médicos que han tratado su lesión, explica que tanto la situación de su rodilla izquierda como la de su tobillo “no es buena”.

Así, la hinchazón que presenta en la articulación refleja que “no está curado”, además, “el especialista Gerardo Garcés pone en su diagnóstico que no puedo usar calzado cerrado”. Álvarez reafirma que le dieron el alta, en su momento, “porque me enfrenté a los grandes”, refiriéndose a la mutua, al INS y al Ayuntamiento, por desacuerdos anteriores con otros problemas de salud. Se queja de que “no me han dado espacio para que se cure bien” y de que le dieron el alta por curación y no por mejoría, defendiendo que sería lo apropiado teniendo en cuenta que “aún estoy esperando para hacerme más pruebas”. El teldense de 49 años, con cinco operaciones en su cuerpo tras varios accidentes laborales, asegura estar “cansado de siempre lo mismo” y considera que se trata de una situación de “discriminación, abuso, acoso y agravio comparativo” hacia su persona. “Los mandatarios municipales están pasando de mí como si fuera un perro”, añade desesperado.

Defiende que se ha quejado de la mutua por escrito y que, “aunque otros compañeros opinan igual”, es el único que se atreve a denunciarla, “porque yo no tengo miedo”. De tener que esperar a poder coger la baja de nuevo para finalizar con la recuperación de sus lesiones, hasta agosto no podría hacerlo. Es en este mes cuando se cumplirían los seis meses estando de alta en su puesto. Comenta que, al contrario de como se cuenta en otros medios, su jefe Félix Ramos “no se ha pronunciado”, fijando que este no puede hacer nada al respecto, más que corroborar que cumple los turnos de su cuadrante mensual ya establecido. Por ahora, sólo le queda esperar a que el médico de empresa lo avise para que su caso sea derivado al INS. “Inspección, el doctor de empresa y Recursos Humanos de Telde son los únicos que pueden poner solución”, fija Álvarez.

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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