Micro-agresión machista

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La última de esas “machonas” (que le gusta éste calificativo a Dolly), feministas, es la micro-agresión machista.  Ustedes se preguntarán, ¿de qué va esto?, sencillamente de que unas catalanas, que no tenían nada que hacer, solo dar por saco, se levantaron una mañana, con eso de los 28 días.

Bien, pues empezaron con el sobre uso de sus móviles, para actividades no telefónicas y se subieron en el pajarito azul ese twitter, curioso entretenimiento, consistente en enviar y leer cada día cientos de mensajes telegráficos, sobre los asuntos más variados, pero el problema llega, cuando se convierte en el principal medio de creación de opinión política, sobre todo por parte de algunos partidos expertos en esloganizar su absurdo ideológico.

Resultando que, ahora los hombres en las guaguas, deben ir con los pies cruzados, de lo contrario, con los pies abiertos, están cometiendo una micro-agresión machista y egoísta.

Imaginaros si el cabrón egoísta (también las hay cabronas egoístas, aunque abultan mucho más, por motivos naturales), tiene los huevos grandes, que le impiden cruzar los pies, pues le toca joderse con el dolor y a cruzar los pies.

Y, ¿qué dicen a ello, nuestras dirigentes políticas?, nada, no dicen nada. Pero no se olviden de la fecha, que llegará el momento en el cual, ellas, todas ellas, aprobarán una moción en cualquier pleno municipal y nos obligaran a caminar, como las modelos, cruzando los pies. No me imagino, entrar en una guagua junto a mi amiga “azulita” y que sólo haya, dos asientos libres. Que no me lo puedo imaginar, eso se lo dejo a la imaginación de ustedes.

Estas payasas, solo buscan el enfrentamiento por el enfrentamiento. ¿Cuántas veces se han subido a una guagua y una de esas, está ocupando dos asientos, por la feminista grandeza de la constitución natural?, muchas, muchísimas y nadie dice nada, pero si un “macho” abre los pies, ya está la payasa de turno, denunciando una MICRO-AGRESIÓN MACHISTA. No quiero ni pensar la re-conversión del calificativo, si el macho en cuestión, los tuviera como los del Caballo de Espartero, ya ahí me pierdo.

Estas podemitas no son micro, debido a que no se entrenan, son MACRO-GILIPOLLAS integrales. En cualquier momento, nos van a obligar por ley, a mear con las piernas cerradas y sentados, no nos acusen de agresión micro-machista.

Supongo, que, a las mujeres, que vayan por la calle marcando pezones, o con la mariposa aplaudiendo, les impondréis latigazos y burka. Eso lo considerareis una macro agresión, a los 4 géneros: heterosexuales, homosexuales, transexuales y «casandras», supongo.

Se supone, que una de las cosas que hace humanos, a los integrantes de nuestra problemática especie de bípedos implumes es, o al menos, así hemos querido creerlo, la capacidad de pensar, de utilizar la reflexión voluntaria e individual, para comprender y tomar decisiones, a diferencia de ésos a los que, desde nuestras alturas, llamamos “animales irracionales”, condenados a tomarlas, mediante el resorte automático y grupal, del instinto.

Todo esto nos afecta tanto en nuestra esfera individual, como en la social. Pues no es lo mismo una sociedad compuesta por personas capaces de prestar atención, de informarse, de aprender y de pensar, que otra compuesta, por “irracionales antropomorfos de encefalograma plano habituados a reaccionar irreflexiva y grupalmente a estímulos primarios”.

Para mear y no echar MICRO-gota.

Doramas

Florentino López Castro

Florentino López Castro

2 comentarios en «Micro-agresión machista»

  1. Lo que está claro, es que lo que es, es y no hay vuelta de hoja. Yo les daria azotes hasta que saliera sangre y ahora no me salgáis con que soy machista, pues cuando dijo lo mismo, el coletas, bien que cerrasteis la boca.

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