«MARÍA CALDERÍN Y LAS BANDERAS AZULES: SONRÍE MIENTRAS EL COCHE DA VUELTAS»

Comparte esto:
La concejala y vicealcaldesa de Telde, María Calderín, ha vuelto a hacer gala de su habilidad para el postureo político, recogiendo con una sonrisa que ya es marca registrada las flamantes banderas azules de las playa de Telde. Una sonrisa de esas que brillan más que el solajero de julio, y que parece decir: “Aquí está todo perfecto, aunque tú vengas sudando del coche y todavía no encuentres dónde aparcar”.
 
Porque sí, Melenara tiene bandera azul, pero lo que no tiene es aparcamiento. O mejor dicho: tiene un solar perfectamente ubicado y vallado, propiedad de unos señores que, muy amablemente, están esperando a que el Ayuntamiento de Telde tenga el mínimo gesto de levantar el teléfono y negociar su uso. Pero claro, pedir eso es casi como exigirle a María Calderín que venga a recoger una bandera roja con la misma sonrisa. No, eso no. Aquí lo importante es la foto, el titular y si puede ser, que se vea la bandera ondeando aunque el coche lo tengas que dejar en Alcampo.
 
La situación es de manual. Playa con bandera azul, sin plaza para aparcar, con un solar cerrado como si fuera un búnker y con cientos de ciudadanos girando en bucle como si estuvieran en una versión canaria del videojuego Mario Kart. Algunos incluso empiezan a sospechar que Calderín ha firmado un pacto secreto con las gasolineras del municipio, porque eso de dar vueltas y más vueltas le está saliendo muy rentable a alguien.
 
Y lo más gracioso —si es que todavía queda sentido del humor después de buscar aparcamiento durante 45 minutos— es que el solar no está embargado, ni está bajo disputa judicial, ni es zona militar clasificada por la OTAN. Simplemente, nadie del Ayuntamiento ha tenido la feliz idea de llamar a los dueños para negociar un acuerdo. Ni un WhatsApp, ni un “¿qué hay de lo mío?”, ni una paloma mensajera. Nada.
 
Así que mientras los ciudadanos se broncean dentro del coche y los vecinos de Melenara ensayan su paciencia estoica, María Calderín recoge banderas azules como quien colecciona cromos de verano, posando para la foto y colgando el momento en redes como si fuera la reina de la gestión de playas. Pero no. La reina de las playas sería aquella que, además de colgar banderas, logra que la gente llegue sin tener que recorrer 3 kilómetros andando y con la sombrilla al hombro.
 
Conclusión: Melenara tiene calidad en el agua, limpieza en la arena, una bandera azul que da gusto… y una gestión que, en cuanto a movilidad, está más cerca del chiste que del mérito. Aunque pensándolo bien, quizá lo próximo sea pedir la bandera azul al mérito en descoordinación urbana, y ahí sí que María Calderín no tendrá rival.
 
Porque en Telde, donde las playas brillan y los coches sudan, el aparcamiento sigue siendo una leyenda urbana, y las soluciones… una playa más lejana.
 
Juan Santana, periodista y locutor de radio
 
Florentino López Castro

Florentino López Castro

Deja un comentario