Los empleados del campo de golf de El Cortijo de San Ignacio y de sus instalaciones anexas están en pie de guerra. La sociedad para la que trabajan ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implicará, si fructifica, el despido de 24 empleados, 10 de los cuales ya fueron despedidos.
Un grupo de trabajadores blandía este lunes banderas de un sindicato y se hacía acompañar por pancartas con duros mensajes. Ladrón corrupto, fuera mafia, rezaba una de ellas. Estuvieron gritando consignas desde las tres a las cuatro de la tarde. Así llevan desde el 24 de mayo pasado. Y así seguirán, día tras día, durante un mes completo. Protestan contra el ERE que acaba de presentar la sociedad para la que trabajan, Club de Campo El Cortijo, cuya matriz está vinculada a la familia Manrique de Lara. Actualmente está en concurso de acreedores y la preside Rocío Muñoz-Rojas Manrique de Lara, que formó parte del equipo directivo que en verano pasado desalojó de la presidencia, tras 18 años, a Agustín Manrique de Lara. De aquel grupo ya se descolgaron dos, Luis González y Jaime Suárez. Este periódico pidió sin éxito la versión de Muñoz-Rojas.
Salvador Ramos, delegado sindical por CC OO, denuncia un ERE que no solo implicará el despido de 24 trabajadores, sino que, según sus palabras, pretende imponer «cláusulas abusivas» a los 15 que se quedarían en la empresa, que se expondrían a pasar de tener contratos indefinidos a discontinuos, a quedar fuera del convenio marco por el que ahora se rigen y a una reducción salarial de entre un 10 y un 70%. 10 de los 24 que entran en el ERE ya fueron despedidos a principios de año, pero dos han ganado la demanda por despido nulo. Los otros ocho también la interpusieron.
Los trabajadores se quejan del trato. «Hace dos o tres semanas nos reunieron para informarnos de que la cosa iba bien y pedirnos que arrimáramos el hombro, y luego presentan el ERE en el Juzgado de lo Mercantil», se quejan. Achacan parte de sus males al administrador concursal.
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