Hace pocos días era puesto en libertad el activista tinerfeño Roberto Mesa, que había sido detenido no solo por mandar a los borbones «a los tiburones» en su perfil de Facebook, como cabría pensar, de hecho según fuentes de la investigación consultadas este uno de los comentarios más leves de los que se le acusa.
Mesa llamó además «asesino» al Rey Felipe VI, «terroristas», «torturadores» y «asesinos» a policías y guardias civiles, además de llamar «torturador» a un mando de la Policía Nacional de la provincia tinerfeña.
Este último es uno de los comentarios más graves que figuran en la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 5 de Santa Cruz de Tenerife, aunque también posee una lista de comentarios, que serían presuntamente delictivos, publicados desde septiembre de 2017 hasta la actualidad.
Curiosamente mientras tomaban declaración a este señor, en las puertas de esta comisaria, decenas de personas se manifestaban y protestaban por la detención del activista y en defensa de la libertad de expresión.
Las grandes herramientas de la comunicación digital como Twitter y Facebook,son aliados de los medios de información tradicional para alcanzar una audiencia global, pero pueden convertirse en un lugar en el que escupir odio, quebrantar la privacidad de las personas o insultar a diestro y siniestro.
El odio se ha instalado en Internet, cada vez son más las denuncias contra esos usuarios que piensan que en las redes sociales cabe todo. Los tribunales han empezado a poner coto a aquellos comentarios vertidos en las redes sociales que atentan contra el honor, la intimidad y la propia imagen. Los mismos delitos que rigen en la vida real se replican en el mundo digital.
“Las nuevas tecnologías son gratis y permiten el anonimato. Eso desinhibe y muchos creen que pueden decir lo que quieran, que eso es libertad de expresión, aunque estén dañando a otro. A eso se suma que la palabra escrita es mucho más potente, no se la lleva el viento, y para el que recibe el daño, tener que ver continuamente la ofensa escrita es revivir la agresión una y otra vez.
Ni libertad de expresión ni cosa que se le parezca, quien insulta amenaza o va contra la ley tiene que saber que se expone a que lo condenen. La libertad es un derecho y un valor que es acompañado con el respeto y la responsabilidad.
Maribel Castro Melián, periodista y redactora del Ayuntamiento de Telde en su intervención en el programa «Más que Palabras» de este miércoles 25 de abril de 2018
