La farmacia imposible de Jinámar

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Sanidad adjudica en 2016 una botica en un ámbito tan concreto y colmatado del Valle en el que «no hay ni un solo local libre» para abrirla, de ahí que el concesionario solo pida que le amplíen la zona a todo el barrio o le dejen elegir otra en la isla.

Un calvario. Eso es lo que ha supuesto para Francisco Suárez que Sanidad, tras superar un concurso de méritos, le adjudicara en julio de 2016 el derecho a abrir una farmacia en un sector muy concreto de Jinámar, el situado entre la calle Lomo Las Brujas (desde la Gerencia hacia el mar), Eucaliptos II (no incluye el Cortijo de Belén) y la parte oeste de la calle Fernando Sagaseta, justo hasta el cruce con la calle Lotus Kunkelli, hasta el centro comercial El Zoco.

Lleva año y medio y no ha podido. No hay locales disponibles que cumplan además con los requisitos que fija la ley para un servicio público así. Los únicos que ha detectado, asegura este farmacéutico, son propiedad precisamente del Gobierno canario, de Vivienda, pero están en manos de un tercero, un vecino del Valle, que gestiona todo un centro comercial, el de El Zoco, alegando una concesión de los locales que al principio el propio gobierno desconocía y cuya situación jurídica no pudo precisar siquiera a este periódico la propia directora general de Vivienda, María del Pino León.

Suárez ha solicitado a la Consejería de Sanidad que tenga en cuenta estas circunstancias y que le abra el abanico de la adjudicación a todo el Valle o que le permita elegir una nueva zona en otro punto de la isla. Al fin y al cabo, recuerda, primero, los méritos que le llevaron a estar entre los 60 que cogieron plaza en el concurso los sigue atesorando, y segundo, ha acreditado ante el Gobierno la imposibilidad material de abrir justo en el ámbito de la adjudicación. El Valle de Jinámar en esa zona está colmatado urbanísticamente. Los espacios libres que hay son para dotaciones públicas o zonas verdes. Es decir, no puede comprar un solar y construir su farmacia. Y los locales que hay son todos del Gobierno, cedidos u ocupados por terceros, en situación regular o irregular, pero, en la práctica, no disponibles.

Prórroga. ¿Y qué le responde Sanidad? Hasta ahora solo ha conseguido que le concedan tres meses más de prórroga, porque se le iba a expirar el plazo legal que se le dio para montar la farmacia. Pero no parecen proclives a permitirle abrir en otro ámbito. A Francisco Suárez le cuesta entender esta postura dado que es la propia consejería la que zonifica la isla sobre plano con la pretensión última, se supone, de garantizar una prestación adecuada de este servicio público, que los vecinos tengan siempre una farmacia cerca. «¿Si es así, qué sentido tiene que la consejería pinte una zona para que albergue una farmacia si luego no se puede abrir?», se pregunta el afectado. ¿Y los derechos del adjudicatario? Según explica Suárez, cuando se gana el concurso, no se adscribe al adjudicatario a ninguna zona. Es luego el propio concesionario el que elige dónde quiere montar su farmacia pero tiene que limitarse a las zonas en las que Sanidad ha dividido Gran Canaria. Dan apenas unos días para seleccionar el ámbito. «En ese tiempo es imposible que tú verifiques cómo están los locales del ámbito que eliges; pensé en Jinámar porque es una población grande, situada entre la capital y Telde; nunca imaginé que Sanidad dibujara las zonas así, sin tener en cuenta circunstancias como las que me estoy encontrando».

Francisco Suárez dejó un puesto de trabajo estable para emprender el proyecto con el que soñó media vida y ahora vive en una pesadilla que ha hecho de su futuro profesional inmediato un túnel de dudas e inseguridades, sobre todo porque lo que quiera que pase no está en su mano. Así y todo, confía en que la administración flexibilice su posición. «Quiero creer en que tanto esfuerzo ha valido para algo».

Canarias7

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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