«La espada sobre Hoya Pozuelo»

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No sé qué determinará la Justicia sobre el caso Hoya Pozuelo, Jaime Cortezo y demás. Tampoco es que me importe mucho respecto de ellos, porque mi verdadera preocupación gira en torno a los verdaderos afectados, a las personas que con cientos de ilusiones y miles de sacrificios pusieron todo el empeño en comprarse una vivienda y llevan unos cuantos años con la espada judicial en sus cabezas, con el fantasma del derribo en sueños.

Lo que ocurra, decía, me importa bien poquito y dudo que pueda hacerme variar mi postura en relación a esos incomprensibles posicionamientos judiciales y el sufrimiento que se le causa a las personas. No sé por qué, sigo teniendo la impresión de que los más débiles siempre suelen ser también los más desfavorecidos en el reparto de justicia por la Justicia. Cuando vemos que Bárcenas puede salir si junta 200.000 euros y que a un pobre matrimonio anciano le arruinan la vida por robar una lata de anchoas para comer, te planteas si no estamos en niveles cercanos a los de países que presumen de demócratas pero en los que, en el fondo, democracia es casi sinónimo de poder económico: el que tiene dinero está salvado, puede defenderse, contratar los mejores abogados y tener consideración ante los tribunales.

Con la Ley de Costas y mil consideraciones leguleyas más, no sé si los jueces que tienen la responsabilidad de dirimir estos asuntos habrán paseado alguna vez por Hoya Pozuelo y habrán comprobado la distancia entre las viviendas y el mar, circunstancia en discusión y que tiene arrugado el cerebro de los afectados compradores, amargados y angustiados por el temor a perder su hogar y los sacrificios económicos allí empeñados. No sé cómo es objeto de discusión la cercanía al mar de estas viviendas, cuando (solo por poner ejemplos) en primera línea de costa de Playa del Hombre o de Clavellinas y alrededores hay viviendas en situación similar a las de San Cristóbal; es más, en Salinetas hay balcones que invaden el paseo, que hay que agachar la cabeza para no partírsela contra el cemento… ¿con qué moralidad van a realizar derribos en Hoya Pozuelo? No me cabe en la cabeza.

No quiero decir nada de hoteles en Lanzarote, o en la misma zona turística de Playa del Inglés y Maspalomas. Jugar con la angustia y ansiedad de las personas puede convertirse en un arma perversa, maligna, y hacer daño de manera gratuita no parece que sea de recibo, cuando hay personas que han empeñado sus ahorros en esa casa, otros quieren disfrutar de su jubilación, y la mayoría sólo quiere vivir en paz. ¿Por qué esa espada sobre los habitantes de Hoya Pozuelo?

(*) Antonio Sánchez, colaborador de LA HOJA POPULAR CANARIA, en el número correspondiente a enero de esta publicación

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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