El PP canario se encuentra inmerso en la guerra de los tres días. Cada sector presiona para evitar que sea su cabeza la que ruede. Los candidatos que han perdido influencia quieren que Soria se retire y el presidente del PP regional articula estrategias para poder iniciar la renovación de los demás. El viernes se conocerá al vencedor.
El comité ejecutivo regional del PP de mañana viernes será un polvorín. El ambiente está muy caldeado y todas las partes buscan culpables y cabezas de turco que satisfagan las ansias de sangre de la militancia que ha visto como su organización regional ha sido la segunda que más ha caído en toda España.
La clave es la palabra renovación, la cuestión es por dónde. José Manuel Soria quiere centrar la debacle en los candidatos con el argumento de que está en Madrid y su influencia en la campaña ha sido mínima. Su secretario general, Asier Antona, ya ha enviado el primer mensaje al respecto recordando que él ha mejorado y otros se han hundido y que cada cual debe asumir su responsabilidad. Así, ya hay nombres en el cadalso del presidente del PP de Canarias como el de Francisco González, Mogán; María del Carmen Castellano, Telde; María del Carmen Rosario, Agaete; o incluso Juan José Cardona, Las Palmas de Gran Canaria. A este último se le recrimina especialmente su decisión de huir de las siglas y centrar la campaña en su persona. Y fracasó, luego, razonan desde el sector de Soria, poco tuvo que ver la marca y mucho el candidato. Incluso fuentes consultadas afirman que Cardona solicitó explícitamente que Mariano Rajoy no visitara las Islas y que ahora toca asumir las consecuencias.
También se baraja la posibilidad de que se corte la cabeza a la candidata a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Australia Navarro. Sin embargo, la organización insular ha cerrado filas en su entorno y los pasos que querría dar Soria podrían complicarse con el, a pesar de todo, feudo conservador.
Por su parte, los candidatos locales, sobre todo en Gran Canaria, no se están quietos. La oleada nacional de dimisiones que probablemente lleve a la celebración de congresos extraordinarios antes de las generales puede ser la oportunidad perfecta para presionar a Soria para que dé un paso a un lado. Además, el ministro de Industria,Energía y Turismo ha estado en la diana de líderes nacionales [más información en la página 40] como el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que le tachó de «antipático y arrogante» y le expuso como ejemplo de la estrategia que ha llevado al PPal fracaso a nivel nacional en las pasadas elecciones. Al mismo tiempo, le acusan de haber «minado» la campaña en las Islas, con una estrategia de comunicación «nefasta». También le recuerdan que fue su dedo quien eligió a los candidatos que ahora pretende defenestrar, y en muchos casos demasiado tarde para ser eficaces en la campaña.
Mañana se conocerá el vencedor o si hay tablas.